martes, 30 de abril de 2013

Capítulo 19.

Capítulo 19. I missed you.

*Narra Laura*

Liam nos contó todo lo que pasó en Manchester con Gwen. Nos quedamos un poco molestas con esa tal Jennette, pero bueno, supongo que esa tipa ya sabrá que nadie se mete con nuestro Coco. También nos desanimamos al saber que no hubo ni un triste beso. Igualmente se lo pasaron muy bién. Llamaron a los chicos para ir a ensayar y nos despedimos de ellos. Últimamente, al menos yo, notaba a Harry y Maddy muy raros. Cariñosos. ¿Dónde habían quedado esas peleas? Las habían, pero no como las de antes. La detective Laura lo investigará (cuando se me presente la ocasión). Lo reconozco, veía mucho el detective Conan.

-Oye Lau, ¿Hacemos galletas?- me animó Jenna sonriente. Asentí divertida. Le prometí que le enseñaría a prepararlas. Abrí mi libro de postres y escogí unas simples galletas con M&M's. Sorprendentemente nos salieron bastante bién, así que avise a las demás para que viniesen a probarlas. Guardamos unas pocas para los chicos, que seguro querrán.


-¿Cómo le irá a Gwen?- preguntó Lexi, y dejamos la pregunta en el aire.

*Narra Gwen*

Nos escondimos rápidamente detrás de unos arbustos. Shirley se quedó mirando a Brad embobada, sin darse cuenta de que habíamos desaparecido de su lado. Brad se acercó a ella con una sonrisa tímida, y los ojos realmente brillantes. Al menos, pudimos escuchar un poco lo que decían.

-Hola Shirley- la abrazó y ésta le correspondió el abrazo totalmente roja.

-Hola Brad, ¿Cómo estás?- contestó después de ese dulce abrazo.

-De maravilla- dio un suspiro, feliz-. Corté con Jennette.

-¿De verdad?- dijo con demasiada felicidad. Tosió un poco y esbozó una sonrisa, no tan grande como la anterior.

-Si, no me sentía bién con ella. Ya sabes, se pasaba todo el tiempo ignorándome y cuando le daba la gana, me arrastraba con ella como un perrito- rió, y Shirley se unió a su risa. Se veían como una pareja perfecta.

-Vaya, lo siento- contestó tímida.

-No lo sientas, lo hice por una buena razón- se acercó lentamente a Shirley, poniéndola nerviosa.

-¿A sí? ¿Cuál?- preguntó tocando suavemente su brazo. Brad agarró su mentón.

-Por tí- acabó con la distancia que los separaba y junto sus labios con los de Shirley. Katy, Bic y yo ahogamos un gran grito de emoción. Los dejamos de ver y nos miramos entre nosotros. Mejor darles un poco de intimidad. Estuvimos charlando en susurros hasta que escuchamos una tabla de skate alejarse y a Shirley como preguntaba por nosotras. Salimos de detrás de los arbustos y por poco tiramos a Shirley al suelo por el enorme abrazo que le dimos.

-¡Cuéntanos! ¡Cuéntanos!- gritó Bic dando saltitos felizmente.

-Nos tomaremos nuestro tiempo- sonrió encogiéndose de hombros. La miramos con cara de interrogante-. Que de momento no somos nada, pero me ha dicho que me quiere y yo a él. ¿Y dónde demonios os habíais metido, mal nacidas?

-Era para daros intimidad- habló Katy-, Gwen nos dijo lo que iba a pasar.

-Era un plan- expliqué-, que organizamos Brad y yo- Shirley se ruborizó, con una dulce sonrisa-. Yo... Bueno, yo le dije que cortara con Jennette, porque él realmente no la quería.

-Eres la mejor del mundo Gwen- me abrazó tiernamente. Nos encaminamos de vuelta a casa. Cuando faltaban unos cinco minutos para llegar a nuestra calle, nos encontramos con Jennette y la que parecía ser su madre. La señora se me quedó mirando con una sonrisa curiosa, y Jennette me miró con odio. Vaya, no olvidaba lo del otro día. Cuando pasamos por su lado, la señora me paró con una radiante sonrisa.

-Oye bonita, por curiosidad, ¿Eres modelo?- Jennette bufó frustrada, mirando molesta a su madre.

-No, no lo soy- sonreí amable. No entendía a que venía la pregunta.

-¿Te gustaría pasarte por mi oficina y hacerte una sesión de prueba? Me gustaría ver si lo haces bién, tienes una cara muy bonita- me extendió una tarjeta. La cogí y observé lo que ponía. La señora se llamaba Grace Ellery. ¿De la revista Fabulous? ¡Es la revista que lee Jenna! Sonreí emocionada y le estreché mi mano a Grace.

-Claro, me pasaré.

-Perfecto. ¿Puedes pasarte mañana por la mañana?- asentí. Me despedí de ella con otro apretón de manos y con una mirada helada a Jennette. Katy, Bic y Shirley me sonrieron igual de emocionadas que yo.

-¡No me puedo creer que hayas hecho éso, mamá!- escuchamos gritar a Jennette, ya un poco lejos de nosotras. Arrancamos a carcajadas mientras caminábamos en dirección contraria.

*Narra Jenna*

-¡Boo! ¡No huyas de la fea de Lexi!- grité corriendo detrás de ella, y Lexi detrás de mí, persiguiéndome.

-¿No será que huye de tí, cosa horrorosa?- gritó un poco lejos de mí, con la voz entrecortada por correr.

-Soy la cosa más bonita del mundo- chillé entre risas. Boo no paraba quieta y ya me estaba cansando, pero por el amor de Dios, me divertía mucho corriendo detrás de esa pequeña y adorable bolita con patas. Cada vez Boo iba frenando más, así que al poco tiempo la cogí y la alcé en mis brazos, lanzando un grito de victoria al cielo. La acurruqué entre mis brazos, dándole caricias en la cabeza.

-Oye Jenna, ven- me llamó Lexi acostada en la hierba. Estábamos en el jardín de casa. Me acerqué a ella y me senté de piernas cruzadas, con Boo en ellas.

-Dime- le sonreí tiernamente, acariciando otra vez la cabezita de Boo, quien iba cerrando los ojos lentamente.

-¿No crees que Madison y Harry están muy raros?- enarqué una ceja. Yo los veía igual que siempre.

-No, sufres alucinaciones. ¿Te he dicho que las drogas no son buenas?

-Lo siento, la Malikhuana es adictiva- sonrió pícaramente y yo reí por su estúpida broma-. No, ahora en serio. ¿Qué te juegas a que están saliendo?

-¿Quieres apostar? Apostemos.

-Bién. Yo digo que estan saliendo.

-Yo digo que no.

-Si alguna de nosotras pierde, le tiene que pedir al novio de la otra una cita- sonrió. Negué con la cabeza, pero lo pensé bién, yo no iba a perder. Así que al final sonreí y estreché su mano. A ver quién de las dos gana.

*Narra Madison*

La mirada penetrante de Laura me ponía de los nervios. ¿Qué pasa? ¿Tengo monos en la cara? Pero seguía igual la muy tonta, mirándome fijamente con los ojos entrecerrados y de vez en cuando sonreía un poco, sin enseñar los dientes. Persona rara... Al final me levanté de golpe del sofá, asustándola y me puse delante suyo.

-¿Qué demonios te pasa? ¿O qué me pasa a mí, que me miras tanto?- soltó una carcajada.

-Tengo una pregunta- dijo en pequeñas risitas.

-¿Y no podías hacérmela y dejar de mirarme todo el rato?- me senté de piernas cruzadas delante suyo, y ella se agachó un poco, con los codos apoyados en sus piernas-. Anda, habla de una vez.

-¿Qué ocurre con Harry?- dijo de golpe y noté como mis mejillas se coloraban en ese mismo instante. Soltó otra carcajada y me tapé la cara.

-Nada- susurré y augmentaron sus carcajadas.

-No me lo creo, anda cuéntamelo- suplicó. Abrí un poco mis manos para poder verla y estaba con el labio inferior hacia fuera. Suspiré y retiré las manos de mi cara, la miré fijamente.

-No lo cuentes Lau, prométemelo.

-Lo prometo- llevó una mano a su corazón. Asentí.

-Estamos saliendo en secreto- me tiré hacia atrás y quedé tumbada en el suelo. Mis mejillas rojas a más no poder. Laura gritó unas cosas incomprendibles y se tiró encima de mí, tomándome de las mejillas y pellizcándolas. La saqué de encima mío entre risas y puñetazos. Que ella contraatacaba con arañazos y más risas.

-Que monos que sóis, jo- dijo ya más calmada. Reí y le di un abrazo.

-Pero te callas, catalana- le di un jalón de pelo mientras la abrazaba, que respondió con una palmada en mi cabeza.

-Que si, Maddy, me callo- no estaba muy segura si lo decía en serio o no, pero lo dejé ir. Confiaré en Laura, aunque no lo haga mucho.

*Narra Gwen*

Al día siguiente me levanté temprano y me metí a bañar. Al salir fui al armario a elegir algo cómodo para ir a la oficina de Grace. Un jersey gris con pequeñas estrellitas, unos tejanos negros y unas botas de agua. Me puse una bufanda y cogí todo lo necesario para meterlo en una bandolera. Con todo listo bajé a desayunar. Fui a la cesta de la fruta y cogí la única manzana que quedaba. Tendré que ir a comprar. Me lavé los dientes, me puse rímel y un poco de gloss, y me marché rumbo a la oficina.


***

-Muy bién Gwen, ahora coloca las manos en tu cintura y sonríe lo más natural posible, por favor- me ordenó Grace, mirando a través de la cámara. Hice lo que ordenó y un flash iluminó toda la sala. Me estaba empezando a gustar, todo esto. Era realmente divertido. Grace me llamó y fui con ella. Me enseñó todas las fotos. Yo las veía normales, tampoco es que fuese gran cosa, pero a ella le pareció gustar mucho-. Está bién, cámbiate, tengo una idea- me llevó a una espécie de camerino. Allí me dieron la ropa que me tenía que poner y me maquillaron y peinaron. Para esta ocasión, me dieron unos tejanos Levi's y una camiseta bàsica negra, que dejaba mi ombligo al descubierto. Me peinaron con una coleta alta y dejaron algunos mechones sueltos. Volví a la sala donde Grace me esperaba con una enorme sonrisa. Me coloqué delante de una tela blanca, como antes-. ¿Te cuento mi idea mientras hago las fotos?- asentí-. Bién, tu haz la poses que quieras. Mientras te cuento- así hice, me coloqué de la primera manera que se me pasó por la cabeza. Un flash iluminó todo-. Verás Gwen, necesitábamos a una modelo para la sección de moda- otra pose, otro flash-, y resulta que la que teníamos, le dieron una oferta en una revista mayor y nos dejó- flash-, así que pensé en tí. Hoy lo has hecho estupendamente, y solo me falta tu autorización- otro flash-, para poder publicar las fotos. Y, me gustaría que aceptaras trabajar aquí, como modelo en la sección de moda.

-¡Pues claro que sí!- di un gran salto de la alegría que tenía contenida, y Grace aprovechó para tomarme una foto. Las dos juntas empezamos a reír. Después de un par de fotos más, me cambié de ropa y me puse la que traía de casa. Con Grace quedamos que me llamaría al día siguiente para volver aquí y hablar un poco sobre mi nuevo trabajo. Nos despedimos y volví a casita, donde me esperaban Katy, Bianca y Shirley para explicarles todo.

*Narra Lexi*

Jenna dejó a Boo en el jardín dando vueltas como loca y las dos nos metimos en casa. Al entrar al salón vimos a Madison y a Laura abrazadas. Maddy le dio un jalón de pelo a Laura, que le respondió con una palmada en la cabeza. Nos sentamos delante de ellas dos, en el sofá. Estaban en el suelo, ahora ya separadas al vernos.

-¿Qué pasa?- pregunté con una sonrisa inocente.

-Maddy y Harry están saliendo- dijo Laura de golpe, sin pensarlo y rápido se tapó la boca. Miró a Madison con miedo, y ésta sacaba humo por las orejas.

-¡Te mataré Laura!- gritó a todo pulmón y Lau se levantó lo más deprisa que pudo, corrió hasta la cocina y se encerró ahí. A Maddy no le dio tiempo a cogerla y cuando vio la puerta cerrada, le dio un puntapié. Volvió con nosotras y se sentó de piernas cruzadas en el suelo, mirándonos completamente sonrojada.

-¿Es verdad?- preguntó Jenna, levantando una ceja. Madison cerró los ojos y asintió, suspirando. Me levanté de un salto del sofá, asustando a las dos tontas que había ahí.

-¡Si! ¡Gané! ¡He ganado!- empecé a gritar, luego fui bajando el volumen de mi voz al procesar toda la información-. He ganado. ¿He ganado?- como decía la apuesta, la que perdía le pediría una cita al novio de la otra, así que Jenna le pedirá una cita a Zayn. Pues no, moriría de celos-. Joooooo, he ganado- me lamenté sentándome otra vez en el sofá. Jenna pareció entender lo que me ocurría y estalló en carcajadas. Claro, encima la idea de la apuesta fue mía.

-A ver, a ver... ¿Qué ocurre por aquí?- interrumpió Maddy. Jenna le contó rápidamente lo de nuestra apuesta, entre pequeñas carcajadas, mientras yo no paraba de lamentarme por haber ganado. Y por haber hecho la apuesta, claro. Lo tengo más que claro, algo tendré que hacer para evitar que Jenna le pida la cita. Ella siempre cumple lo que dice. Pero, ¿Qué haré?

*Narra Jenna*

Tres días después y seguía buscando el momento perfecto para pedirle la cita a Zayn. Y nunca lo encontraba. Primero porque no quería que Louis estuviera delante y se enfadara conmigo, y segundo porque quería que Lexi estuviese delante, y reirme un rato de su cara. Pero siempre tenía a Louis conmigo, y cuando no, no encontraba ni a Lexi ni a Zayn. Jopes. Esa mañana me llegó un mensaje de Gwen, que pedía urgentemente que comprara ya la revista Fabulous. Y aquí estaba pasando las páginas con sumo cuidado, no entendía por que tanta urgencia.

-Esta chica esta fat...- paré de hablarme a mí misma al pasar de página y encontrarme todo de fotos de Gwen. ¿Hola? ¿Qué demonios es esto? Pegué el chillido más fuerte que pude hacer nunca y me fui a buscar a todas. Nos reunimos en la habitación de Lexi, quien se estaba haciendo una coleta-. Mirad esto, chicas- les enseñé el artículo de la sección de moda. Se taparon las bocas con las manos, de lo sorprendidas que estaban.

-Maddy, llama a Gwen, vamos- dijo Laura saliendo del trance. Madison cogió el móbil de su bolsillo y marcó el número de Gwen, lo puso en altavoz y todas nos apiñamos alrededor.

-...Tonight let's get some, and liv... ¡Hey, hola Maddy!- saludó riendo, la habíamos pillado cantando Live While We're Young.


-¿¡Cómo es eso de que sales en mi revista favorita!? ¡Explícamelo ya!- chillé. Escuché las risas de nuestro Coco, a las que se unieron Laura, Maddy y Lexi. Pues a mí no me hace gracia. Durante más de media hora nos explicó lo que le ocurrió hace unos días, sobre la señorita Grace Ellery y todo de la sesión de fotos. Yo no podía más con mi entusiasmo. ¿Gwen, modelo? Es lo mejor que le podía haber pasado.

-... Y dentro de unas semanas iré a ver un desfile de modelos, con Grace y la estúpida de su hija, suerte que Grace me ha dejado traer gente, que si no me moriría con Jennette a mi lado. Y según Grace, tengo que estar muy atenta al desfile, porque voy a ir a uno de ellos.

-¿Irás a desfilar?- preguntó Lexi.

-Si, pero espero no caerme. He visto algunos de los tacones que llevan y yo con eso no puedo. Y aunque por ahora solo trabajo para la revista, Grace me comentó que hay algunas marcas interesadas en mí. Que me vieron en la revista y les gusté.

-¡Que chachi!- comentó Madison, haciendo reir a Gwen.

-¿Y qué ocurre por ahí?

-¡Maddy y Harry están saliendo!- dije entre risas. Madison me fulminó con la mirada y se cruzó de brazos.

-¿En serio? ¡Que monos! Si ya sabía yo que acabaríais juntos.

-Tú y todos- interrumpió Laura al borde de la risa.

Verdad, todos lo sabíamos.

*Narra Madison*

Sabía que este día llegaría, pero no esperaba que fuese tan pronto. Era hora de despedirnos. Los chicos tenían una gira por delante, y no podíamos obligarlos a quedarse con nosotras (aunque quisiéramos). Hoy viajarían a Glasgow, para dar su cuarto concierto del Take Me Home Tour.

-¿En qué piensas Gnomito?- me dijo Harry al oído, abrazándome por la cintura. Me giré y quedé a milímetros de sus labios, que no me resistí a besarlos.

-En que te voy a echar de menos, bueno, a tí y a todos. Pero a tí más- sonrió y mordió mi nariz.


-Sabes que volveremos a estar por aquí. En Abril. Y morirás a besos.

-Bueno, eso me lo suponía- dije riendo-. Espero que el tiempo pase muy rápido.

-Yo igual, no voy a soportar estar lejos de tí- hizo un pequeño puchero.

-Ni yo de tí, pero eh, cuidado con quien vas Styles. Te recuerdo que tienes novia.

-La más bonita- me sonrojé levemente y Harry se encargó de eliminar toda la distancia restante para juntar nuestros labios.

***

Me prometí que no iba a derramar lágrimas, pero a quién voy a engañar. Con cada abrazo de despedida es una lágrima más que quiere salir, pero no le dejo. Pero cuando llega el momento de despedirme de Harry, todas ellas caen con fuerza. Harry me mira con ternura y me abraza, dipositando antes un beso en mi mejilla.

-Pórtate bién, Mad. Te quiero- me susurra y se aleja un poco de mí.

-Tu igual. Te quiero Styles- con los ojos cerrados le beso suavemente. Harry coloca sus manos en mi cintura y me acerca más a él.

-Siento cortaros el rollo, pero tenemos que irnos ya Hazza- me separé lentamente de Harry y asentí, alejándome unos pasos. Harry me lanzó un beso y se fue con Louis, a donde estaban los otros tres chicos. Suspiré y volví con las chicas. Sin duda va a ser duro estar sin él.

*Narra Laura*

Me desperté por el ruido que emitía mi móbil. A tientas lo agarré, tenía un mensaje.

Buenos días princesa :) ¿Sabes una cosa? Hoy cumplimos seis meses juntos. Te echo muchísimo de menos. No es lo mismo sin tí. Espero volver a verte pronto. Te quiero.

Esbocé una gran sonrisa. Froté mis ojos con los puños y contesté a su mensaje.

Buenos días Nialler :D Me acordaba perfectamente. Yo igual :( Me haces falta a mi lado, Horan. Y yo también. Te quiero cielo.

Dejé el mobil con cuidado sobre la mesita de noche y salí de debajó de la fina sábana que cubría mi cuerpo. Se notaba un poco de calor, ya que estábamos en Junio. Cambié mi pijama por una camiseta de manga corta de color gris y unos tejanos cortos de un rojo oscuro. Me calcé unas Vans negras. Ya lista, bajé a desayunar con una gran sonrisa en los labios. Los mismos labios que ya echaban de menos los de Niall.

-Buenos días Lau- me saludó Jenna, con una taza de té en la mano y en la otra, una revista. Le contesté lo mismo y me senté a su lado a comer una rica tostada con mermelada de melocotón. Jenna se disculpó un momento y fue al baño, justo cuando cerró la puerta sonó el timbre de casa. Me levanté masticando el último mordisco de mi tostada, lo tragué y abrí la puerta.

-¡Laura!- chilló la chica de detrás de la puerta. ¡Era Gwen! Nos abrazamos como nunca antes, regalándonos besos en las mejillas cada dos por tres.

-No me puedo creer que seas tú, Coco malo. ¿Qué haces aquí?- pregunté al separarnos.

-He vuelto, Lau, me quedo- señaló las maletas que estaban detrás de ella-. Ahora te cuento todo, ¿Puedo pasar?- preguntó con su carita inocente. Asentí con una pequeña risita y me aparté a un lado para que pasara. Le ayudé con una de sus maletas y las dejamos en el salón. Le ofrecí algo de desayunar.

-Ya he vuelto, me ha lla...- paró de hablar al ver a Gwen con un bollito de chocolate en la boca, sobresaliendo. Se acercó corriendo a ella y se tiró encima, cayendo al suelo. Jenna pegó un gran grito de emoción-. ¡No me puedo creer que estés aquí, Gwen!- se levantaron con cuidado del suelo. Jenna tenía los ojos negados en lágrimas.

-He vuelto Jenna, me quedo- dijo agarrando sus manos. Se fundieron en un abrazo al cual me obligaron a unirme. Riendo me separé de ellas. Nos fuimos al salón y Jenna y yo nos sentamos delante de Gwen, para escucharla atentamente.

-A ver, empezaré por mis padres. Como os conté se fueron a Canadá por dos meses- asentimos con la cabeza-. Bién, pues el día antes en el que supuestamente volvían, me llamaron diciéndome que se iban a Australia, por unos... Cuatro o cinco meses. Me enfadé un montón con mis padres y empecé a gritarle a mi madre por teléfono. Al final le colgé, y aunque intentaba llamarme nunca se lo cogí. Después de una semana se dio por vencida y ya no llamó más.

-¿Y tu trabajo?- le pregunté.

-Ah, verdad. Se me olvidaba esta parte- sonrió-. Grace se ha mudado a Londres. Y como no tenía nada mejor que hacer allí, me vení. Así será un poco más fácil todo. Por suerte la estúpida de su hija se quedó en Manchester, no aguantaría verla ni un minuto más.

-¿Liam sabe sobre tu trabajo?- pregunté pícara. Negó con la cabeza, tapándose la cara con el pelo. Seguramente estaba sonrojada.

-¿Te quedarás para siempre?- le preguntó Jenna.

-A no ser que venga un Alien y me lleve a su planeta, sí. Para siempre- sonrió-. Dije que volvería, y aquí me tenéis.

Nos levantamos de golpe y nos fundimos en un largo abrazo. Las cosas volvían a ser como antes, solo nos faltaban nuestros chicos.

*Narra Madison*

Maldita distancia. Siempre la he odiado, ahora más que nunca. 5 meses saliendo con Harry. Y aunque han estado por aquí en cuanto han podido, no hemos podido disfrutar del tiempo como nosotros queríamos. Cuando se fue no llevábamos ni un mes, ahora ya son cinco. Hace menos de un mes que Gwen volvió. Boo y ella se han vuelto prácticamente inseparables, menos cuando está Jenna cerca. Boo prefiere a Jenna.

-Venga Maddy, ayúdame con las galletas, encima que querías aprender he hecho yo casi todo- se quejó Laura. Me había quedado un poco empanada pensando en todo. Le sonreí y le ayudé en lo poco que podía. Es que desde esta mañana no podía parar de pensar en Harry. No he recibido ni una llamada, ni un mensaje, nada. Parece que ni se ha acordado de que hoy es una fecha especial. Supongo que dije que no me importaban las fechas, pero llevar cinco meses con la persona a la que quieres es algo importante-. ¡Hoy si que estás pensativa, Madison!- refunfuñó Lau.

-Perdón- le contesté riendo. Acabamos de recoger todo el desorden de las galletas y nos fuimos al salón a ofrecer unas cuantas a las chicas.

-¡Qué ricas! ¿De qué son?- preguntó Jenna degustando la galleta.

-De canela, pero llevan un poco de Cola-Cao, a Maddy se le ha caido un poco en la masa- contestó Laura. Me encogí de hombros. No fue mi culpa, se cayó solo. El timbre de casa sonó, y no se por que me levanté a la velocidad de la luz y fui a abrir. No me esperaba que fuese esa persona, pero la persona a la que esperaba ver era imposible que apareciese por aquí.

-¡Charlie! ¿Dónde te habías metido Cocodrilo? ¡Hace meses que no te vemos!- le regañé. Me abrazó entre risas y besó mi mejilla.

-En Nueva York.

-¿Otra vez?

-Pero estaba con Cara- acabó por decir con un ligero sonrojo en sus mejillas.

-¿Estáis juntos?- le pregunté sonriente, se ruborizó-. ¡Estáis juntos!- estallé en grandes carcajadas. Lo tomé del brazo y lo llevé a dentro, cerré la puerta detrás de nosotros-. Tengo una sorpresa para tí, Cocodrilo.

-¿Qué es?- levantó una ceja. Lo hice callar y entramos al salón. Se quedó mirando a Gwen como si viese un fantasma. Le pellizqué el brazo y allí fue cuando reaccionó y se tiró encima de ella, llenándole la cabeza de besos-. ¡Gwen!

-¡Cocodrilo!- chilló la aludida-. Cuanto tiempo sin verte, Charlie. Ya podías haberme visitado, ¿No?- se giró hacia todas nosotras, con los brazos cruzados-. Un momento, vosotras también podríais haberme visitado. El único que me visitó fue Li.

-Con él ya es bastante, Coco. Por cierto, ¿Cómo os fue?- preguntó Lexi, con una sonrisilla pícara. Se tapó la cara con el pelo.

-Da igual, Charlie tiene muchas cosas que contarnos, ¿Verdad?- comenté pasando un brazo por sus hombros.

-Y vosotras a mí, frutas malas- refunfuñó. Pasamos toda la tarde hablando, sobre lo que había pasado durante todo este tiempo. Desde que Charlie desapareció de Londres, y nosotras ni nos dimos cuenta. A eso de las ocho de la tarde, sonó otra vez el timbre de casa. Las chicas me mandaron a abrir y a regañadientes fui.

-¿Hola?- saludé a un chico de unos veinte años, con un gran ramo de flores en las manos.

-¿La señorita Madison Laurent?

-Yo misma- le sonreí. Me entregó el ramo de flores rosas, junto a una carta.

-Esto es para tí- sonrió. Dio media vuelta y se fue. Cerré la puerta tras de mí, recosté la espalda en ella y fui bajando hasta tocar el suelo. Dejé las flores a mi lado y abrí la carta, curiosa.

5 meses Gnomito, te quiero.

Unas simples palabras, que devolvieron la sonrisa de enamorada a mi rostro. ¿Quién dijo que no existía el chico perfecto?



*Narra Lexi*

Llegó el día. El día en que nuestros chicos volvían. Me coloqué bién la bufanda, con movimientos cansados. Eran poco más de las cinco de la mañana. Louis le mandó un mensaje a Jenna, diciéndole que llegarían hacia esa hora. Pues bonita hora para llegar. Recosté mi cabeza en el hombro de Laura, cerrando poco a poco mis ojos. La maldita de Gwen se quedó en casa durmiendo, para darle una sorpresa a Liam (que no sabía que Gwen estaba en Londres, se pensaba que estaba en Manchester). Por raro que parezca, no había prácticamente nadie en el aeropuerto. Me refiero a fans o paparazzis. Mejor para nosotras. Mi cara cuando estoy dormida es para romper la cámara. Escuché de fondo un gran grito de Jenna y como se caían unas cuantas maletas. Abrí los ojos de golpe, para encontrarme con el bonito de Zayn corriendo (o trotando haciendo malabares con todo los que llevaba) hacia mí. Finalmente soltó un gruñido y lo tiró todo por los aires. Me levanté lo más rápido que pude, pero acabé en el suelo con Zayn encima mío.

-Te he extrañado muchísimo- llenó mis labios de besos, entre dulces risas.

-Yo igual chico malo, te quiero- lo abracé tan fuerte como me permitieron mis brazos.



Este capítulo no me convence mucho, pero bueno... Espero que os guste. He intentado acabarlo lo antes posible para que no tengáis que esperar mucho, y me parece que me ha salido largo, jeje:P
Bueno, besitos princesas ♥

martes, 23 de abril de 2013

Capítulo 18.

Capítulo 18. San Valentín.

*Narra Jenna*

San Valentín se presentó en Londres como un día soleado. Mejor que los últimos dos días, que no había parado de llover. Me levanté por el sonido que emitía mi móbil. Era un mensaje, de Lou.

Feliz San Valentín tontita mía. Te quiero un montón, ¿Lo sabías? En fin, esta tarde no hagas planes (y si ya los tienes, los cancelas) que el señorito Tomlinson te tiene preparado algo. ¿Aceptas?

Miedo me das, Louis. Le contesté:

Feliz San Valentín a tí también bobo. Te quiero más, ¿Lo sabías? Tampoco tenía planes, listo. Me das miedo, pero confio en tí. Si, acepto. (típico de las bodas, tú ya me entiendes)

***
 
Nadie me quiere más que tú (bueno, Boo me quiere un poco más). Pues vale lista, no soy adivino haha no tengas miedo de mí, ya sabes que mis sorpresas siempre son buenas. Oh, ¿Te casarás conmigo?

***

A mí más, chínchate. Haha! Lo se Boo bear:) No me refería a eso, bobo. Pero acepto.

***

Pues no, chínchate tú (pero te quiero muchísimo, así que no te enfades). Ya se a lo que te referías, tontita. Chachi, señorita Jenna Tomlinson.

***

Contigo es imposible enfadarse. Me gusta como suena, Tommo. Me voy a desayunar, nos vemos luego. Te quiero Boo Bear!:)

Dejé el móbil encima de mi cama, sin esperar una respuesta y bajé a desayunar con el pijama. Por raro que parezca, Lexi estaba levantada.

-Lexi, buenos días- dije dándole un beso en la mejilla. Bostezó y sonrió, contestándome lo mismo-. ¿Qué haces despierta tan temprano?

-El tonto de mi novio- sonrió sin darse cuenta-. Me ha preparado algo, y me ha llamado hace un rato. Esta tarde me pasa a recoger. A tí no te pregunto porque siempre te levantas temprano.

-Cierto- reímos-. ¿Así que a tí también te han preparado una sorpresa?

-¿Eh?- preguntó bebiendo de su vaso lleno de zumo de naranja.

-Tommo también me ha despertado, por lo mismo. Dice que es sorpresa- reí. Saqué el zumo de piña de la nevera y me serví. Lexi me miraba divertida, seguramente porque saqué el zumo de piña, y yo soy la Piña. Nos miramos y reímos. Luego ya desayunamos tranquilamente.

*Narra Liam*

No sabía que hacer. ¿Llamaba o no? ¿Esperaba un rato más? Era muy pronto y no me gustaría despertarla. Pero muero por verla. Bueno Liam, ahora o nunca. Dejé mi maleta al lado del coche que había rentado y caminé hasta la puerta de su casa. O espero que fuese esa y Lexi no se huviese equivocado al apuntarla. Llamé al timbre y esperé paciente a que mi princesita abriese la puerta. Ya que según lo que me contó, sus padres se habían ido a Canadá.

-¡Ya voooooooy!- gritó alguien dentro de la casa. Reconocí su voz, era Gwen. Parecía un poco molesta. A los cinco minutos de esperar como un tonto delante de la puerta, ésta se abrió-. ¿Liam? ¿¡Liam!? ¡Liam!- fue gritando cada vez más fuerte, y se tiró a mis brazos fuertemente. Empecé a dar vueltas con ella en mis brazos, sin poder parar de sonreir. Paré de dar vueltas, y la solté con cuidado-. No me puedo creer que estés aquí- sonrió.

-Pues créetelo- la volví a abrazar.

-¿Cuánto tiempo estarás?- me preguntó cuando nos volvimos a soltar.

-Me voy mañana por la mañana- contesté triste y ella hizo un puchero-. Pero tranquila, ¿Sabes que vamos a hacer un concierto aquí, en Manchester? El 15 y 16 de marzo y el 19 de abril.

-¿De verdad? ¡Yo quiero ir!- gritó emocionada. Me invitó a pasar y justo me fijé que llevaba un gracioso pijama de Hello Kitty, pero ella pareció olvidarse-. Espera aquí, me iré a cambiar.

La agarré del brazo antes de que se fuese.

-Ponte un bonito vestido, tengo una sorpresa para tí- le sonreí. Besó mi mejilla y desapareció por las escaleras.

*Narra Gwen*

Busqué como loca el vestido que compré hace poco. Toda la ropa del armario acabó por el suelo, la cama y debajo de ésta. Al fin lo encontré, en la parte más alta del armario (que ni loca llegaba). Empecé a saltar como una tonta para intentar cogerlo, pero solo conseguí darme un golpe en el codo y caerme al suelo. Suerte que estaba lleno de ropa, que si no me habría pegado la ostia del siglo. Escuché a Liam que subía las escaleras con paso rápido. Abrí un poco la puerta de mi habitación y enseguida entró. Miró todo el desorden con los ojos como platos. Me sonrojé, completamente.

-¿Me coges ese vestido?- le señalé el vestido, en lo alto del armario. Sin ni siquiera ponerse de puntillas lo cogió, después me lo entregó-. Gracias.

-De nada- nos sonreímos. Se quedó allí unos segundos, mirándome sin parar de sonreir. ¿Se lo digo?

-Em... ¿Liam?

-¿Si?

-Me tengo que cambiar- señalé el vestido que estaba en mis manos. Se sonrojó y pidiendo disculpas se marchó cerrando la puerta suavemente. Reí por dentro. Me saqué el pijama y lo tiré encima de la cama. Me puse el vestido con cuidado para no arrugarlo. Ahora faltaban los dichosos zapatos. Encontré en el armario unos de un color parecido al del vestido, por suerte a una altura a la que llegaba. Me los puse y me fui a peinar. Me dejé el pelo completamente suelto. Luego me maquillé ligeramente, no solía maquillarme mucho. Busqué la americana marrón que hace un rato había tirado por la cama y me la puse. Lista. Bajé con cuidado las escaleras para no matarme y me encontré a Liam parado debajo de éstas, mirándome tiernamente. Quedé en un escalón más alta que él. Y no se por que, pero me dieron ganas de besarle. Pero no, Gwen, no puedes. ¿Por que no? Porque no ha venido hasta aquí para que solo lo beses. ¿Y quién dice que no? Jo, odio cuando hablo sola y tengo esas batallitas en mi interior.

-Estás preciosa princesita- cogió mi cintura y me bajó del escalón. Besó mi nariz.

-Gracias- sonreí y lo abracé. Lo había extrañado demasiado-. ¿Qué sorpresa tienes para mí?

-Una sorpresa- dijo divertido y reí irónica. ¿De verdad? No me digas.

-Que tonto eres- le pegué de broma en el brazo.

-Bueno va, refunfuñona- pasó un brazo por mis hombros-. ¿Nos vamos?

-Cuando quieras- nos sonreímos. Cogí el móbil y las llaves de casa, y antes de ir con Liam a la que se suponía que era su sorpresa, fui a casa de Shirley y le avisé a su madre de que estaría fuera casi todo el día (eso es lo que me dijo Liam). Saludé a Shirley y a Bic rápidamente.

-Pásatelo bién Gwen- me sonrió Shirley dulcemente.

-Diviértete- les di un beso en la mejilla a cada una y fui hasta el coche que Liam había rentado. Él ya me esperaba dentro, así que entré y me senté en el asiento del copiloto.

*Narra Laura*

-Jo Nialler, ya sabes que no me gusta que me metan prisa- dije entrando rápido a su casa. Me llamó hace una hora y me pidió urgente que estuviese aquí enseguida. Tenía una idea en la cabeza de para qué, pero igualmente me dijo que me pusiera algo bonito. Así que vine en unos tejanos negros ajustados, una camisa rosa clarita y unos tacones del mismo color que la camisa. También me puse una diadema de flores, me hizo gracia ponérmela.


-Oh... Estás preciosa, princesa- me cogió de la cintura y me regaló un beso en la frente. Me sonrojé con ese gesto que para mí significó mucho. Me entregó una rosa roja, preciosa.

-Gracias- acepté la rosa y aprobeché para mirarlo bién, llevaba una camisa medio desabrochada, unos tejanos oscuros y unas Vans negras-. Tú no te quedas atrás.

-Es lo primero que he cogido- dijo para quitarle importancia. A lo que reí tiernamente.

-¿Cúal es la sorpresa Horan?- pregunté levantando levemente un ceja. Me miró sorprendido.

-¿Cómo sabes que tengo una sorpresa?

-Louis tiene una sorpresa para Jenna, Zayn para Lexi, y Harry para Maddy. Y como Harry no sabe cerrar la bocota le dijo a Maddy que me tenías una sorpresa, y ella me lo ha dicho.

-Mataré al ricitos- murmuró con el ceño fruncido-. Bueno, ven- me cogió la mano, sonriente. Me llevó a la cocina, donde había una mesa puesta para dos, con todo de flores y velas, muy bonito.

-¿Lo has hecho tú?- pregunté sorprendida.

-No te mentiré, me ha ayudado Louis- dijo y reí-. Más bién, casi todo lo ha hecho él. Yo solo he probado la comida para ver si estaba envenenada o algo.

-¿Y lo estaba?- apartó mi silla y me senté-. Gracias.

-De nada- nos sonreimos-. Por suerte no- se sentó-, ya sabes como es Louis y de lo que es capaz.

-Mejor no fiarse- dijimos a la vez, nos miramos y enseguida reímos. La comida transcurrió divertida, entre bromas y muchas risas. Después vimos una peli los dos abrazados en el sofá y nos quedamos dormidos allí mismo. Pero antes de caer en un profundo sueño, escuché a Nialler decirme:

-Gracias por hacerme tan feliz, princesa- y se acurrucó a mi lado, con un brazo en mi cintura.

*Narra Lexi*

-Como me obliges a subirme a ese trasto otra vez, te las verás conmigo- lo amenacé cuando pasamos por debajo del London Eye. Por suerte no paramos y seguimos caminando, así que suspiré de alivio. Se rió de mi cara y le pegué con el puño de la mano que tenía libre en el hombro (íbamos agarrados de las manos, entrelazando nuestros dedos).

-Oye, que agresiva- hizo puchero con los labios mientras se sobaba el hombro con su mano libre.

-Te lo mereces por despertarme tan temprano. ¿No te he dicho alguna vez que me gusta, más bién dicho, me encanta y necesito dormir mucho?

-¿Y yo no te he dicho alguna vez que me gusta, más bién dicho, me encanta molestarte?- respondió con una sonrisa pícara. Solté su mano y me crucé de brazos, sin dejar de caminar. Obviamente me enfadé de broma, a mi también me gusta molestarle.

-¿Lexi?- me agarró de la cintura y con un movimiento brusco quité sus manos de ella-. Por favor cariño, era una broma.

Moría de amor cuando me llamaba cariño, y en este mismo instante estaba que explotaba de la risa por lo preocupado, confuso y triste que sonaba.

-Por favor, no te enfades cielo- lo miré de reojo y hacía puchero con los labios. Las ganas de reir disminuyeron un diez por ciento. Pero aún estaban-. Háblame, venga- otra vez lo miré de reojo y sin querer sonreí. Creo que no lo notó-. O me dices algo o te obligo a subir al London Eye otra vez.

Me paré de golpe y lo miré fijamente a los ojos. A sus preciosos ojos.

-No serás capaz- dije y al momento, Zayn esbozó una gran sonrisa y me abrazó fuertemente. Riendo, le correspondí al abrazo.

-Pensé que nunca más me hablarías- sonreí cuando lo dijo-. Lo siento por decirte eso, pero me pareció la única manera de que me hablaras. ¿Me perdonas?

-No estaba enfadada bobo- toqué la punta de su nariz-, me gusta molestarte.

-Por hoy te lo dejaré pasar. Pero eh, si algún día te despiertas con un bigote pintado en la cara no quiero saber nada- se encogió de hombros.

-Que malo eres, Malik- besé su mejilla rápidamente.

-Vamos Greenwood, tu sorpresa te espera- cogió otra vez mi mano y con paso rápido llegamos a un parque que no había visto nunca. Pero aún así era muy bonito. Pasamos por entremedio de unos arbustos-. ¡Tachán!

Había una manta de picnic, más bién dicho la misma manta de picnic del día en que me pidió ser su novia (o más bién dicho, yo me proclamé su novia primero). También había una cesta de picnic, con fruta, dulces, bocadillos y refrescos. Miré a Zayn dulcemente y me acerqué a besarlo. Cosa que me recibió con mucho gusto.

-Muchas gracias chico malo- me abrazó a él-. Te quiero.

-De nada chica mala- besó mi frente-. Feliz San Valentín.

*Narra Jenna*

Louis pasó a recogerme después de comer. Y mira que se veía bién con esa camiseta básica y la chaqueta vaquera. Pero bueno, ese no es el caso. Me tapó los ojos con una venda negra y me metió en el coche con cuidado. Después de una media hora noté como el motor del coche paraba y Louis abría la puerta del piloto. Unos segundos más tarde abría la puerta del copiloto y me ayudaba a bajar.

-No te saques la venda- dijo rápidamente al notar que subía las manos.

-Por favor- supliqué-. No veo nada.

-Ésa es la idea, cariño- besó mi mejilla, tomó mi mano y a regañadientes lo seguí. Nos paramos a los cinco minutos de caminar. Louis se puso detrás mío y quitó la venda con cuidado, dejándola caer al suelo. Me abrazó por la cintura desde atrás y puso su cabeza en mi hombro.

-¿El Támesis?- pregunté extrañada al ver ese río delante de mis ojos.

-Exacto, daremos un paseo por el Támesis, ¿Te parece?

-¿Nadando?- pregunté de broma.

-Claro que no, tontita. Vamos a navegar- señaló un pequeño barco turístico. Emocionada empecé a dar saltitos mientras daba palmas con las manos. Me giré para quedar de cara con Lou y lo abracé como nunca antes.

-Te quiero Boo Bear- le dije cerrando mis ojos.

-Te amo- susurró. Abrí los ojos de golpe, pero no me separé de él. ¿Me ama? ¿Louis Tomlinson me ama? Me quedé unos segundos callada, recordando a cada momento esas dos palabras. Hace días pensaba en éso. Creo que lo amo, pero no estoy preparada para decírselo todavía-. No hace falta que me contestes a la fuerza, entiendo que seguramente fue muy rápido, pero juro que siento ésto. Ya no podía aguantarlo más, Jenna, te lo tenía que decir.

Lo abracé más de lo que pude, cerré mis ojos y besé su mejilla. Es el chico más perfecto que jamás he conocido.

*Narra Madison*

Estúpidas películas románticas. ¿Acaso no hay una buena peli de acción para verla después de comer en la televisión con un enorme cuenco de palomitas? La respuesta seguro es no, hoy es San Valentín, el estúpido día de los enamorados. Y no me quejo, que yo estoy enamorada (de Harry, obviamente). Pero no entiendo por que tanta cursilería. Solo es un día más en el año. Dejé el cuenco en el sofá y me levanté con pereza, ya que alguien llamó a la puerta. No esperaba visitas, al menos, que yo recordase.

-¿Harry?- pregunté al abrir la puerta y ver al guapo del ricitos. Notó mi enorme sonrisa y también sonrió.

-¿Cómo estás?- besó mi mejilla suavemente, y reí.

-No hay nadie, no hace falta que actues- le dije sin parar de reír. Cuando acepté ser su novia estuvimos hablando y decidimos no contarles a los chicos, y al menos disimular delante de ellos. ¿La razón? Supongo que... La vergüenza. O no tener ganas de que nos molesten. Ni nosotros sabemos por que decidimos éso, pero lo hicimos.

-Es bueno saberlo- dijo y acortó la poca distancia que quedó entre nosotros, para juntar sus labios con los míos. Aún no me acostumbraba a ellos, pero me sentía de lo más cómoda cuando me besaba.

-¿Quieres pasar?- le pregunté entre sus brazos, después de un largo y dulce beso. Negó, con el ceño fruncido.

-Te dije que tenía una sorpresa.

-Si tiene que ver con San Valentín, paso- reí y Hazza me miró sorprendido.

-¿De verdad?- asentí-. Me acabas de quitar un peso de encima- suspiró divertido-. En realidad me daba mucho palo, pero estuve pensando y como todos tenían sorpresas para sus chicas, como ya te conté, pues me uní.

-¿Y cuál era la sorpresa?

-No es muy especial, pero sería dar un paseo por el parque mientras devoramos un helado triple de chocolate.

-Contigo cualquier cosa es especial Hazza- le sonreí con sinceridad y volvió a probar mis labios, con una risita suave.

-¿Qué hacías?- me preguntó después de dejarle entrar.

-Ver la tele y mirar si hacían una peli, pero todas son románticas- hice una mueca.

-¿No te gustan?- negé con la cabeza-. ¿Por que no te encontré antes?- parece que se lo preguntó a si mismo. Lo abracé suavemente por la cintura y lo achuché fuertemente. Puso su cabeza en mi cuello y me dio un pequeño beso, que me dio risa. Nos sentamos en el sofá, cambiando de canal todo el rato. Mientras íbamos comiendo las palomitas y en menos de diez minutos se nos acabaron. Así que nos cansamos de la tele y me recosté con la cabeza en sus piernas mientras él jugaba con mi pelo.

-Me gusta tu pelo Gnomito- dijo de la nada, haciendo que sonriese inconscientemente.

-Gracias, a mi el tuyo. Es muy tocable- reí por lo que dije. Se lo escuché a una chica que se lo decía a su amiga, y accidentalmente lo escuché.

-Y tus labios besables- me acarició la mejilla dulcemente, mirándome fijamente-. I find your lips, so kissable. And your kiss, unmissable- empezó a cantar y lo callé con un beso. ¿Por que siempre encuentra una canción acorde con la situación? Es perfecto.



*Narra Gwen*

-¿Qué es ésto?- le pregunté cuando nos detuvimos frente a un pequeño y rústico restaurante.

-Un restaurante, ¿Nunca has estado en uno?- dijo divertido.

-¿Me tomas el pelo?- pregunté un poco molesta por sus estúpidas (pero divertidas) respuestas. Nos miramos y reimos tontamente.

-Es un poco pronto para comer, así que he pensado que podríamos dar una vuelta, ¿Quieres?- me ofreció sonriendo tiernamente. Como decirle que no a esa sonrisa.

-Venga va, me parece que hay un parque por aquí cerca- nos bajamos del coche y efectivamente, a unos treinta metros había un parque bastante bonito y tranquilo. Pero se volvió un infierno cuando vimos a Jennette caminando hacia el banco donde estábamos sentados.

-Vaya, buenos días Gwen- fingió una sonrisa amable. Miró a Liam y se lamió los labios.

-Hola Jennette- dije fastidiada. Lo único que me faltaba era encontrarme con ella.

-¿Esa es la Jennette de la que me hablaste?- me susurró Liam en mi oreja. Asentí y escuché a Liam suspirar.

-Mm... ¿Eres Liam Payne, cierto?- le preguntó con una sonrisa pícara.

-El mismo, ¿Qué se te ofrece?- sonrió levemente, supongo que para ser un poco amable con ella, aunque no se lo merecía.

-Bueno, solo venía a aconsejarte- se acercó peligrosamente a él-. Será mejor que no te juntes con perdedoras como ésta- me señaló y le enseñé el dedo corazón, cosa que ignoró-, se te irá todo lo bueno que tienes- lo miró de arriba a abajo con una mirada juguetona-, y hay mucho- susurró mordiéndose el labio.

No aguanté y una gran carcajada salió de mi garganta. ¿Así es como las tontas como ella intentan seducir o lo que sea que hacía a un chico? Liam me miró divertido, intentando aguantar la risa. Jennette parecía querer matarme en aquel mismo momento.

-Lo siento Jennette- dijo Liam mirando a la tonta-. No cambiaría a Gwen por nada en el mundo. Ella es mi princesita, y la prefiero tal y como es.

-Tú te lo pierdes- dijo Jennette señalándose a si misma.

-Prefiero perdérmelo a perderla a ella- pasó uno de sus brazos por mis hombros y me acercó a él para besarme la mejilla. Jennette se marchó no muy contenta. Seguro que ahora mismo me odia más que antes.

-Eres el mejor Liam- dejé caer mi cabeza en su hombro.

-Todo por tí- dijo y besó mi cabeza.

*Narra Lexi*

Nos recostamos en la manta de picnic después de comernos un bocadillo cada uno. Zayn tiró de mí para estar más cerca de él, y puse mi cabeza en su pecho. Cerré los ojos mientras escuchaba su corazón latir con suavidad. Noté como una mano empezaba a acariciar mi pelo y sonreí ante aquello. Después de un rato, dejé de sentir el movimiento de la mano, así que levanté mi cabeza levemente para ver a mi precioso novio dormido plácidamente. Reí con dulzura a ver su carita inocente y tierna. Volví a la posición de antes, con los ojos cerrados. Y al poco tiempo, el sueño me venció.

Desperté al sentir como Zayn se movía lentamente, supongo que para levantarse. Abrí mis ojos con pereza. Miré a Zayn quien estaba bastante concentrado en intentar salir sin despertarme, cosa que ya lo estaba. Reí de su cara de concentrado y fijó su mirada en mí.

-¿Te he despertado?- dijo tomándome del mentón.

-No- sonreí y luego lo besé. En realidad si me había despertado, pero preferí decirle que no.

-Mentirosa- dijo riendo al separarse de mí. Le saqué la lengua. ¿Cómo lo ha sabido? Da igual-. ¿Damos una vuelta?

-¿Y quien recoge todo esto?

-Alguien lo hará, pero te aseguro que yo no- se levantó y me tendió su mano para levantarme también. Salimos de detrás de los arbutos y nos pusimos a caminar por el bonito parque.

-¿Lexi?- escuché una voz conocida detrás de nosotros y murmuré unos cuantos insultos. ¿Qué demonios hacía él aquí? Me giré para ver su estúpida sonrisa fingida. No le quitaba los ojos a Zayn, y éste, lo miraba con asco. Como el que sentía en estos momentos.

-Hola Flinn- apreté la mano de Zayn y este me devolvió el apretón, con suavidad.

-¿Qué hay? ¿Qué haces por aquí?

-Vine a pasar un agradable día de San Valentín con mi novio- sin querer acentué la palabra 'novio', a lo que Zayn rió por lo bajo.

-Oh, que casualidad, yo también vine con mi novia. Es rubia, alta, de ojos azules, modelo y con un cuerpo realmente admirable- ¿Me parece a mí o intenta darme celos? Porque no lo está consiguiendo.

-¡Flinn!- gritó una chica y nos giramos a verla. Era más o menos de mi estatura, morena, de ojos verdes y seguramente tonta a más no poder. Flinn se puso nervioso de golpe. La morena se acercó a él y le dio un salvaje beso en los labios-. ¿Cómo está el novio más guapo del mundo?

-¿Novio? ¿Pero no me acabas de decir que tu novia era rubia, alta y de ojos azules?- levanté una ceja incrédula. ¿Quién es el idiota que tiene dos novias a la vez? Quién no, Flinn. Zayn se empezó a carcajear, y me uní a él. La morena le pegó una fuerte bofetada al idiota y se fue gritando insultos a todo el mundo. Me encogí de hombros cuando Flinn me miró, sobándose la mejilla, y con Zayn nos alejamos de ahí-. No me puedo creer que salí con un idiota como él.

-¿Por que saliste con él, si dices que es un idiota?- Zayn pasó un brazo por mis hombros.

-Porque al principio se portaba genial conmigo, pero después ya me demostró que era lo que es. Un completo y estúpido idiota- dije con una mueca en el rostro.

-No importa, ahora estás conmigo cariño- tiró de mí y me dio un largo beso en los labios, que recibí con una tonta sonrisilla.

*Narra Jenna*

-A ver Louis, tonto, el señor dijo que no nos acercaramos mucho a ese lado del barco porque es el sitio donde uno se puede mojar más- le expliqué cuando lo vi irse al sitio donde el guía nos explicó que no fuéramos. Se giró con una sonrisa inocente.

-Hace rato que estaba mirando hacia aquí y no caía agua.

-¿Eso es lo que hacías mientras te estaba hablando?- dije refunfuñando.

-¿Me estabas hablando?- exclamó sorprendido.

-Pues claro, tonto. ¿A quién crees que le hablaba? ¿Al abuelito de enfrente?- lo señalé con disimulo. Louis se encogió de hombros y volvió la vista al río. Vaya, ahora un río es más interesante que yo. De repente, una lancha pasó rapidísimo por delante de Lou y lo mojó de la cabeza a los pies. Una fuertísima carcajada salió de mi garganta. El guía corrió a buscar una toalla para Lou y después de darle una buena regañina, nos dejó solos. Abracé a Lou que estaba sentado a mi lado y temblaba de frío.

-Lo siento Jenna- me susurró y lo abracé más a mí.

-No pasa nada Boo Bear, si aún así te quiero- besé su fría mejilla.

*Narra Madison*

-Venga Hazza, deja de hacer el tonto- cuando le dije eso se puso a hacer el cangrejo. Mis carcajadas augmentaron.


-Si en el fondo te gusta que haga el tonto- sonrió juguetón-. Y encima te ries.

-Porque me da risa- me encogí de hombros.

-Me aburro Mad- se sentó a mi lado, con las manos detrás de su nuca. Lo abracé por la cintura y puse la cabeza en su pecho, que subía y bajaba tranquilamente. Quitó sus manos de su nuca para abrazarme también.

-Te quiero Hazza- dije contra su pecho.

-Y yo a tí Maddy- besó mi cabeza. Nos quedamos viendo un documental sobre naturaleza que después de todo, era mejor que las películas que ponían; y sin darnos cuenta, nos quedamos dormidos tal y como estábamos.

*Narra Gwen*

Terminamos de comer y nos fuimos a dar una vuelta. No se cuanto tiempo pasó que al girar una esquina nos encontramos con el amor platónico de Shirley, Brad. Solo hemos intercanviado palabras un par de veces, pero nos llevamos bastante bién. Y las veces que hemos hablado casi nos hemos contado nuestras vidas enteras. Nos saludamos con un abrazo y un beso en la mejilla.

-Hola Gwen, hace días que no te veía- dijo con una risilla.

-Me viste el sábado, bobo- contesté divertida. Liam estaba serio, sin decir nada y con la mirada en el suelo-. Te presento a Liam. Liam, él es Brad, un amigo.

-¿Él es el famoso Liam?- preguntó con una sonrisa pícara.

-Cállate tonto- le pegué en el brazo de broma, y él y Liam se pusieron a reír. Que vergüenza, por favor.

-Bueno, me voy ya, Jennette me espera- hizo una mueca de desagrado.

-¿Para lo que hablamos?

-Para lo que hablamos- afirmó-. Un placer, Liam- estrecharon manos-. Nos vemos, Gwen. Ya te contaré- nos dimos un abrazo y desapareció en su tabla de skate.

-¿Con que el famoso Liam, eh?- me preguntó pasando un brazo por mis hombros. Me sonrojé a más no poder. Mataría a Brad.

-Le hablé de tí- me encogí de hombros.

-¿Mucho?

-Quizás más de lo necesario- reímos.

Después de caminar un rato, nos dirigimos a casa y le enseñé a Liam la habitación en la que se quedaría a dormir. Le insistí mucho en que se quedara, así que no le quedó más remedio que aceptar. Le di un tour por la casa como él hizo cuando me quedé con él en Wolverhampton. Acabamos y nos fuimos a jugar a la play mientras cenábamos una rica pizza. No era una manera muy romántica para acabar el día de San Valentín (si, me di cuenta que vino por éso), pero estar con él era lo único que quería. Y lo había conseguido.


Hellou bonitas♥ Aquí tenéis el capítulo 18 (me parece que ha salido un pocito largo, idk) (idk= I don't know jejeje). He subido cap porque hoy, 23 de abril, es Sant Jordi! El día del libro y la rosa. Y me pareció un buen día para subir jeje:P Pue' eso, espero que os guste! Besoooos♥
P.D. Éste es Brad:
 
 

jueves, 11 de abril de 2013

Capítulo 17.

Capítulo 17. No podemos seguir así.

*Narra Lexi*

Pasó un poco más de una semana desde el cumpleaños de Harry, que celebramos entre amigos en nuestra casa. Más concretamente, era 10 de febrero, y por lo que notábamos, Liam se ponía más nervioso a cada día que pasaba. Maddy y Harry volvieron a como estaban antes. Harry y Cara rompieron unos días antes del cumpleaños de Harry, por acuerdo de los dos. Pero Cara seguía viniendo a casa, nos había caído realmente bién. Y por lo que notábamos, había mucha química entre ella y Charlie. Jenna nos presentó a su cachorro, Boo. Por ahora se quedaría con Lou, que también era suyo. Niall y Laura celebraron su primer mes de novios en un pequeño viaje a Irlanda. Y mira que solo hacían un mes, ni que llevasen un año juntos. Pero así son de raros esos dos. Y bueno... Zayn y yo, lo llevábamos mejor que nunca. Creo que cada día me enamoro más de él.

-¡Leeeeexi! ¡Abre la puerta!- me gritó Maddy, con el ordenador encima de sus piernas. Ni cuenta me di de que habían llamado a la puerta. Encima la muy morruda no se puede levantar a abrir, que las dos estamos en el salón. En fin, me levanté y fui a abrir. Eran Zayn, Louis, Harry, Liam, Niall y Charlie. No se por que, pero me reí. Todos pasaron dentro, mirándome confundidos. Zayn, que fue el último en entrar, cerró la puerta y se giró para mirarme. Me limpié una lágrima que cayó por culpa de la risa.

-¿Qué te pasa, cielo?- me preguntó rodeando sus brazos en mi cintura, con una sonrisa divertida.

-No lo se, solo me ha hecho gracia- volví a carcajearme. Zayn se unió a mis risas de loca.

-Estás muy loca, bonita- me sonrió y me acerqué a besarle dulcemente.

-Loca por tí, chico malo- ahora me besó él. Dios, como amaba sus labios.

*Narra Jenna*

Escuché ruidos en la planta de abajo y fui a cotillear un poco. Fui hasta el final de las escaleras, y vi un chico que estaba de espaldas hablando con Harry. Lo reconocí enseguida y corrí a tirarme a su espalda. Pegó un grito por el susto.

-Looooooou- le di un montón de besos en la mejilla. Él no paraba de reír tontamente. Me bajé de su espalda con cuidado.

-Hola Jenna- me besó en la frente. Lo abracé rodeando con mis brazos su cintura.

-Hola tontito, ¿Cómo está Boo?

-Extrañándote- sonreí-. ¿Quieres venir a verla esta tarde?

-Claro. ¿Sabes?

-No, dime- me sonrió.

-Te quiero muchísimo.

-¡Ah! Entonces si lo sabía- dijo riendo-. Yo también te quiero.

-Me parece que también lo sabía- reímos los dos.

-Las demostraciones de amor en otro sitio, por favor- dijo alguien. Nos giramos y vimos a Harry.

-Hazza, consíguete una novia- le molestó Louis. Harry me miró como pidiendo ayuda, y yo solo señalé a Maddy mientras subía y bajaba las cejas varias veces. Se fue y se sentó al lado de Charlie, indignado.

*Narra Gwen*

No me puedo creer que volviésemos a la misma rutina de siempre. ¿Por eso me pidieron que viviese con ellos? ¿Para que al cabo de unos días volviesen a desaparecer por culpa del trabajo? Ahora más que nunca odio a esos señores que se hacen llamar 'mis padres'. Por lo menos confían un poco en mí y no han contratado a una niñera, pero si que han avisado a la madre de Shirley de que de vez en cuando me eche un vistazo (al menos me dijo que no hacía falta, y que por ser amiga de Shirley y Bic me lo perdonaría). Me cayó bién. Desde ayer no veo a mis padres. Se fueron a Canadá a hacer no se que por no se que más. Ni los quise escuchar. Solo me enteré de que volverían en dos meses. ¡Dos meses! Mejor para mí, vaya.

-¡Gweeeeeeen! ¡Abre la puerta!- escuché ese grito a pleno pulmón. Me asomé al balcón de mi habitación y vi a Katy con los brazos cruzados, con la mirada en mí. Me quité los auriculares de las orejas y dejé que la canción Nobody Said It Was Easy siguiera sonando a todo volumen. Le abrí la puerta y subimos a mi cuarto-. Hasta que por fin me abres, Coco malo. Llevaba veinte minutos llamando al timbre- refunfuñó tumbándose en mi cama.

-Perdón Katy, estaba escuchando música y no me he enterado- cogí el móbil y apagé la música, guardé los auriculares en el escritorio y me senté en la silla que estaba al lado de mi cama.

-¿Qué escuchabas?

-Nobody Said It Was Easy.

-¿Problemas?

-Muchos.

Se levantó de la cama y me abrazó.

-Me tienes aquí para todo. ¿Me quieres contar?

-Supongo que ya lo sabes. Lo mismo de antes.

-¿Por tus padres?

-Si, lo único bueno de haber venido a vivir con ellos ha sido conoceros a vosotras tres- me sonrió y me volvió a abrazar.

-Pero no es lo único, ¿Verdad?

-A veces me pregunto como es que me conoces tan bién, Katy- dije en una pequeña carcajada-. Mi vida no es fácil.

-Explícate Gwen- rió.

-Extraño a montonazos a Liam, mis chicas, los chicos y otras muchas personas. Yo no escogí esta mierda de vida, pero me tocó a mí. Mi vida nunca ha sido perfecta, pero al menos antes era un poco más feliz, cuando vivía en Londres con las chicas. No digo que con vosotras no me divierta, pero allí tenía mis amigos más cercanos. No me preocupaba yo sola por una casa tan grande. No estaba sola las veinticuatro del día- cayó una lágrima traicionera por mi mejilla-. Creí que pasarían más tiempo conmigo. No sabes lo sola que me siento. ¿Sabes eso de estar totalmente rodeada de gente, pero sentirte completamente sola? Hace tiempo que no me sentía así, desde que era pequeña.

-Lo siento muchísimo Gwen, la verdad no se que decirte- se puso de cuclillas delante de mí y cogió mi mano.

-No tienes por que decir nada, con tu compañía tengo suficiente.

-Eres una gran persona, ¿Lo sabías?

-Pues no- contesté riendo, secándome una pequeña lágrima. Me pegó de broma en la frente y se levantó para abrazarme fuertemente. Un abrazo. Lo único que ahora mismo necesitaba.




*Narra Laura*

Al escuchar tantas risas en la planta de abajo, me levanté de la cama. Me vestí con algo simple y bajé al salón. Por sorpresa mía (o tampoco tanta, ya que se pasaban la vida aquí) estaban los chicos y el pequeño Cocodrilo. Nialler se levantó del sofá al verme y me recibió con un bonito beso en los labios.

-Que raro veros por aquí- dije y rieron todos.

-Me parece que ya se ha vuelto como su segunda casa- comentó Lexi, divertida. Zayn pasó un brazo por los hombros de su novia, y riendo asintió con la cabeza.

-Jo, que asco dais, sois unos acaramelados- nos reprochó Charlie, a Jenna, a Louis, a Lexi, a Zayn, a Nialler y a mí. Liam, Maddy y Harry rieron por debajo de la nariz.

-Cállate y búscate una novia, mejor posible si es Cara- dije y todos estallaron a carcajadas. Todos menos el pequeño Cocodrilo, que infló las mejillas, enfadado. Sonó su teléfono, miró la pantalla y se ruborizó al instante.

-¿Es Cara?- preguntó Jenna, a lo que Charlie se sonrojó más-. ¡Es Cara!- chilló riendo.

-Cállate, maldita Piña- murmuró haciendo gestos exagerados con las manos, descolgó el teléfono a continuación-. ¿Cara?- lo vimos sonreir. Se levantó y se encerró en la cocina, seguramente para hablar más tranquilamente.

-Seguramente Charlie me matará por decíroslo, pero solo es pura venganza. Me dijo que se llaman cada día, aunque sea para hablar cinco minutos- dijo Maddy, encogiéndose de hombros. Jenna pegó un pequeño gritito de felicidad. Nos hizo reir a todos.

*Narra Jenna*

Después de comer, Lou y yo nos fuimos rápido a su casa, ya que el muy tonto olvidó dejarle comida a la pobre Boo. Me abrió la puerta y entré corriendo a buscarla. Paré de golpe al encontrármela tan tranquilamente en el sofá, mordiendo unos calzoncillos azules de Superman. La gran carcajada de mi garganta no tardó en salir, y Louis se quedó a mi lado mirándome extrañado. Le señalé a Boo y ahogó un grito, corriendo hasta ella. Se sentó a su lado e intentó quitarle la prenda, pero solo consiguió romperla más. Mis carcajadas aumentaron.

-Vamos Boo, dale a papá sus calzoncillos- le decía mientras acariciaba su cabeza-. Que son sus preferidos.

Boo lo miró por unos instantes y luego saltó ágilmente del sofá, para esconderse debajo de la mesita de café. Me senté al lado de Lou, que miraba a Boo con enfado. Pasé un brazo por su cintura, me miró y sonrió. Acomodé mi cabeza en su hombro.

-Amo a esa perrita, es la mejor- comenté riendo.

-¿Y a mí no?- me preguntó haciendo un puchero.


-A tí más- besó mi nariz. Reí, me hizo cosquillas.

-Eres adorable- dijo de repente y me sonrojé.

-Te prometo comprarte otros calzoncillos- cambié de tema, no soportaba estar sonrojada. Me miró divertido. Se habrá dado cuenta.

-¿De Superman?- preguntó inocentemente y asentí-. Oh, eres la mejor- me besó en los labios dulcemente. En medio del beso no pude evitar sonreir. Él tampoco.

*Narra Madison*

-¿De verdad?- pregunté asombrada. Hazza me miró divertido y asintió con la cabeza un par de veces.

-¿No te lo crees?- negé con la cabeza, pero luego asentí. Harry rió confundido-. Aclárate mujer.

-Bueno, es que no se, nunca los he probado- me encogí de hombros.

-Un día te los cocino.

-¿Sabes cocinar?- pregunté otra vez, asombrada.

-Ay, como si no supiese hacer nada- se hizo el indignado.

-Perdón, perdón- reí-. Pues hecho, un día me cocinas unos tacos- estrechamos nuestras manos en señal de pacto.

-¿Y tu comida favorita?- me preguntó él.

-Creo que los donuts- dije y Harry estalló en carcajadas.


-¿Y eso de que las chicas os preocupáis mucho por vuestro peso?

-Seré una excepción.

-Me gusta esta excepción- murmuró sonriente. Aparté mi mirada rápidamente para que no viese mi sonrojo. ¿Me parece a mí, o me dijo que le gusto, pero en otras palabras? ¡Tonta, tonta y tonta! Pues claro que no, no te montes películas en tu cabeza. Seguimos hablando como si nada, de cosas que nos gustaban. Parecía que ya había olvidado lo que me había dicho hace un rato, pero creí mal.

-¿Sabes otra cosa que me gusta?- me preguntó.

-No, ¿Qué?

-Tú.

En ese momento tuve unas ganas enormes de pegarle un golpe a Harry, ni idea de por que. Pero todas las ganas se fueron cuando sentí sus labios rozar los míos con suavidad. Por impulso, acabé por juntarlos. Harry se sorprendió de mi acto, pero más sorprendida estaba yo. ¿Por que lo hice? ¿Y por que él no se separa? Me faltó el aire en mis pulmones, así que lentamente me separé de él. Una voz en mi interior me decía que lo volviese a besar, pero no podía, estaba un poco confundida. ¿Por que demonios no se separó? Abrí mis ojos de golpe y Hazza todavía los tenía cerrados. Seguramente estará pensando, como yo hacía hace unos segundos. Ni cuenta me di que los volvió a abrir y se acercó, juntando sus labios otra vez con los míos. Puse mis brazos alrededor de su cuello, y noté como sonrió. Así que yo también sonreí. Rodeó mi cintura con ambos brazos. Ya tenía todas mis dudas claras. Le gusto, el mismo me lo dijo.

*Narra Harry*

Sonreí como un estúpido al sentir como ponía sus brazos alrededor de mi cuello. Noté como ella también sonrió, sentí una gran alegría cuando lo hizo. Por impulso puse mis brazos en su cintura. Maddy volvió a sonreir. Esta chica quiere volverme más loco de lo que estoy por ella. Se fue separando de mí, poco a poco, como si no quisiese hacerlo. Nos miramos a los ojos y me reí de lo sonrojada que estaba. Ella también se rió de mí, supongo que también estaba sonrojado ya que notaba mucho calor en mis mejillas. Luego me di cuenta de que todavía tenía mis brazos en su cintura, y ella sus brazos en mi cuello. Pero ninguno de los dos hicimos movimiento alguno para separarnos.

-No podemos seguir así- susurré, mirándola fijamente.

-¿Así, cómo?- preguntó sin quitar su mirada de la mía.

-¿No te das cuenta?- negó suavemente con la cabeza-. Te quiero Maddy. Todos se han dado cuenta menos tú- dije y rió, la miré confundido.

-No eres el único- empezó a jugar con mi pelo, haciendo que una estúpida sonrisa apareciera en mi rostro-. También te quiero, y no te das cuenta.

-¿Me quieres?- pregunté felizmente y ella asintió con una pequeña risita-. Me has hecho el chico más feliz de Londres.

-¿De Londres?- rió-. ¿Y de todo el mundo?

-Solo si aceptas ser mi novia- asintió tímidamente, sonrojada. Acorté la distancia y probé sus labios una vez más.