sábado, 23 de febrero de 2013

Capítulo 13.

Capítulo 13. Unforgettable.
 
*Narra Lexi*

Jenna volvió de la cocina de la mano de Louis, y en la otra mano la carta que había dejado Gwen en la nevera; la carta que habíamos leído mil y una veces. La miramos nerviosas, a saber que diría. ¿Estaría enfadada con Gwen?

-Supongo que ya la has leído- Laura señaló con el dedo la carta, y volvió la mirada a los ojos de Jenna.

-Si- sonrió débilmente-. Perdón por las bromas que os gastamos y que creo que ya sabéis- levantó la carta, haciéndonos reír.

-No importa, prometo no hacer mi venjanza ¿Vale?- dijo Madison con una sonrisa inocente.

-Vale- contestó una Jenna un poco más animada-. ¿Cuándo se fue Gwen?

-Hace una semana exacta- respondí. Suspiró.

-No importa- susurró para si misma, pero al menos creo que Louis y yo la escuchamos. Lou la agarró por la cintura y le besó la mejilla suavemente.

-¿Aceptarías ir con Mr. Carrots a dar una vuelta y que Mr. Carrots te compre un rico helado?- le propuso.

-Acepto encantadísima- le sonrió para después depositar un dulce beso en sus labios. Que se interrumpió por el sonido del timbre de la puerta. Todos fijaron la mirada en mí.

-Ya voy, ya voy- refunfuñé-. Siempre tengo que ir yo; vagos, que sois unos vagos.

Al menos conseguí que sacaran una risotada. Abrí la puerta y como un rayo entró mi chico malo, cerrando la puerta a la vez. Me miró, me besó rápidamente y fijó la mirada por la mirilla de la puerta.

-Zayn, cariño, ¿Qué demonios haces?- reprimí una risita. Me miró otra vez, todavía enganchado a la puerta.

-Harry me quiere matar- soltó.

-¿Por que?

-Porque le corté un rizo esta mañana, y cuando veníamos se ha dado cuenta. Como el conducía no me ha podido hacer nada, por éso cuando estaba aparcando he saltado del coche y he llamado al timbre. Por cierto, has tardado un poquitín. Por poco me alcanza.

-Te lo habrías merecido- me encogí de hombros. Ahogó un grito.

-Que mala eres, ahora no te llevo a ningún lado- bromeó, aunque al principio me lo creí. Le delató la sonrisa que traía en su rostro. Lo abracé por detrás cuando volvió a mirar por la mirilla.

-¿No le piensas abrir?- pregunté.

-¡Claro que no!- gritó-. ¿Es que quieres ver a tu novio muerto en manos del chico de los rizos de chocolate?

-Claro que no- dije pegando mi rostro sonriente en su espalda.

-Bueno, como te has portado bién, esta tarde te invito a lo que quieras- se dio la vuelta y me cogió de la cintura. Llevé mis manos a su cuello.

-¿A lo que quiera?

-Si, a lo que quieras- contestó, ahora no muy seguro de sus palabras. Sonreí perversamente.

-Primero ábrele al pobre Harry que debe estar muerto del frío- se escondió detrás de mí.

-Pero protégeme- dijo en mi oído, en un suave susurro. Un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral. Abrí la puerta.

-¡Zayn yo te mato!- gritó nada más entrar. Le miró, que se escondía detrás de mí. Se iba a acercar pero lo miré de la manera más aterradora que pude. Retrocedió hasta pegarse un golpe con la pared.

-No te acerques a él o te corto yo todos los rizos- amenacé y como un niño pequeño asintió. Entró al salón lo más rápido que pudo esquivando mi mirada. Zayn agarró mi cintura y giré sobre mis talones para encontrarme cara a cara con su radiante sonrisa.

-Gracias por protegerme chica mala- sonrió-. Cualquiera diría, nos hemos cambiado los papeles.

-¿Los papeles?- reí.

-Normalmente, son los chicos los que protegen a las chicas de chicos psicópatas con la cabeza llena de rizos- explicó juntando nuestras frentes. Reí nuevamente y le robé un pequeño beso.

-Tampoco te acostumbres- susurré y volví a besarle.

*Narra Gwen*

No podía estar más aburrida. Mi padre dormía en el sofá que estaba a mi lado. Mi madre no se que hacía en la cocina pero ya me daba miedo. ¿No pensaría hacer una tarta, verdad? La última vez acabé en el hospital. Le salió asquerosa. Me tumbé en el sofá en el que estaba y saqué mi móbil del bolsillo de los tejanos. Llamé a Liam.

-Gwen, te hecho de menos- dijo nada más descolgó (no fueron más de tres segundos).

-Y yo a tí, Li. Me aburro muchísimo. ¿Qué me cuentas?

-Que Jenna y Louis han llegado hoy, o llegaran más tarde. Zayn le ha cortado un rizo a Harry, pero él no se ha dado cuenta y me ha pedido que no se lo diga. Niall creo que se ha ido a preparar una cosa para Laura, vete a saber el qué. Y yo estoy en casa, aburrido. ¿Tú que cuentas, Coco?

-No tantas cosas como tú- reí-. No conozco a nadie. Mi padre duerme y mi madre está cocinando. Me da miedo, porque creo que está cocinando un pastel, y la última vez acabé en el hospital.

-¿De verdad?- preguntó. Seguramente tendría los ojos abiertos como platos.

-De verdad- aseguré. Llamaron al timbre y mi madre fue a atender. Me hizo unas señas para que fuese con ella-. Te tengo que colgar Liam, mi madre me llama. Un beso.

-Otro para tí Gwen, en la noche hablamos- colgué, guardé de nuevo mi móbil y me levanté a ver que quería. En la puerta habían tres chicas. Las tres eran rubias. La primera llevaba un gracioso gorro que parecía una mofeta y tenía los ojos de un color azul verdoso. La segunda tenía el pelo un poco más corto que la primera, los ojos azules y llevaba un gorrito de lana negro. La última sonreía de una manera muy tierna. Llevaba una trenza. Tenía los ojos marrones y vestía un jersey con un elefante. Me enamoré de ese jersey.

-Hola- me saludó la primera chica, con un gesto tímido.

-Hola- devolví el saludo, igual de tímida.

-¿Qué se os ofrece bonitas?- preguntó mi madre a las tres chicas, ya que creo que tenían un poco de vergüenza y no decíamos nada.

-¿Podemos hablar contigo?- me señaló la chica del medio. Mamá asintió y se fue de nuevo a la cocina.

-Verás, resulta que somos tus vecinas- dijo la chica de la trenza-. Yo vivo en la casa de la derecha, con mi prima Bianca. Y Katy vive en la casa del otro lado.

-Yo soy Bianca- dijo la primera chica, la del gorro de mofeta.

-Yo Katy- sonrió la chica del medio.

-Y yo Shirley- habló la chica de la trenza y me tendió la mano. La estreché.

-Me llamo Gwen- les sonreí dulcemente.

-¿Te apetece ir un rato con nosotras? Si no tienes nada más que hacer, claro- dijo Bianca.

-Estaba muy aburrida- reímos-. ¡Mamá me voy!- grité, cogí una chaqueta y sin que contestase salí con mis nuevas vecinas.


 


*Narra Madison*

-¡Gnomito, ayúdame!- gritó Hazza entrando al salón y tirándose encima de mí. Me aplasto por completo y no podía mover ni un solo músculo. Puso su cara en mi cuello, y me dio un escalofrío cuando noté su aliento.

-¿Gnomito?- preguntó un Louis divertido, con la traviesa de Jenna entre sus brazos.

-Shhhht- le mandó a callar Harry-. Es mi Gnomito.

Sonreí tiernamente.

-Y tu eres mi cabeza de escarola pero quítate de encima, que me aplastas- lo empujé con cuidado. Salió de encima, se sentó y cuando conseguí volverme a sentar me abrazó fuertemente, como si tuviese miedo-. Cabeza de escarola, ¿Qué pasa?

-Me da miedo Lexi- susurró, que solo lo escuché yo.

-A todos nos da miedo, pero la queremos igual- dije entre risas. Lexi y Zayn entraron al salón cogidos de las manos. Harry me apretó más el brazo que había enganchado al suyo. De repente Lexi se soltó de la mano de su novio y se llevó las manos a la cara, mirando a Zayn atentamente.

-Olvidé que mañana es tu cumpleaños- dijo nerviosa caminando fuera del salón-. Voy a comprarte un regalo- gritó en el pasillo. Se escuchó como subía las escaleras y más tarde las bajaba a toda prisa. Se acercó a Zayn, le besó y se marchó corriendo. Zayn tardó en reaccionar, pero cuando se dio cuenta salió detrás de ella. También corriendo. Alcanzamos a escuchar como gritaba:

-¡Espera Lexi, yo te llevo!

Y cuando la puerta se cerró empezamos a reír a carcajada limpia.

-Haber, explicadnos por que lo de gnomito- dijo Jenna con una ceja levantada. Harry y yo nos miramos para después, reír como un par de tontos. Hazza agarró el collar del gnomo (que no me lo había quitado desde que me lo regaló) y se lo enseñó.

-Por el collar que le re... Que Santa Claus le regaló.

Solté una risita irónica. Claro Hazza, Santa Claus...

-Sigo sin entender nada- reclamó Jenna.

-Pues que me recuerda a un gnomo, solo es éso- rió.


*Narra Lexi*

¡Pero que cabeza la mía! ¿Cómo había podido olvidar el cumpleaños de Zayn? Y encima es mañana. Si fuese Zayn, me pegaría.

-¡Leeeeeeexi! ¡Espera!- me giré al escuchar su bonita voz. Venía con la carita roja de tanto correr y la respiración agitada.

-Pero Zayn, no me acompañes que entonces tu regalo no será sorpresa- le regañé. Estiró sus brazos y me rodeó con ellos.

-No quiero que te vayas sola, yo te llevo a donde quieras- sonrió-. Te dije que hoy te invitaría a lo que quisieses.

-Es verdad- sonreí maliciosamente-. Primero me llevas al centro comercial, luego me invitarás a un café en el Starbucks y luego jugaremos en casa a la wii, delante de todos para que vean como pierdes delante de tu novia.

-Yo no pierdo, te dejo ganar- se cruzó de brazos y lo arrastré hasta su coche.

-Venga, vamos, que ya tengo pensado tu regalo- dije riendo. Me abrió la puerta del coche y le agradecí con un beso en los labios. Se subió y manejó hasta el centro comercial, donde compré su regalo, y nos compramos algún que otro capricho.

*Narra Gwen*

Después de caminar durante una hora o así, nos sentamos en unos bancos que habían en un parque cercano a nuestras casas, en el mismo barrio. Me terminé mi pastelito de chocolate y seguimos hablando de nuestras vidas. Estas tres chicas me habían caído genial. Solo hacía una hora que las conocía, pero era como si nos conociésemos de toda la vida. Me divertí mucho con ellas. En tan poco tiempo ya teníamos un montón de confianza.

Oímos unas risas bastante falsas al otro lado de la calle. Las cuatro nos giramos a ver que era. Tres chicas de nuestra edad, con pintas de chonis que venían hacia nosotras. Katy apretó los puños con rabia.

-Pero mirad quiénes son- rió la chica que iba por delante de las otras dos-. ¿Qué hay perdedoras?

-Nada que te importe, Jennette- escupió Bianca.

-¿Y tú quién eres?- me preguntó la tal Jennette-. Tu cara me suena un montón.

-¡Es Gwen Bennet!- chilló una chica morena de mechas claras-. ¡La novia de Liam Payne!

¿La novia? ¡Pero qué se inventan!

-¡Es verdad!- chilló la chica de pelo castaño recogido en un moño alto.

-No soy su novia- murmuré. Jennette me miró de arriba a abajo y sonrió irónicamente.

-No sé que es lo que Liam encuentra en tí, la verdad. Eres poca cosa- las otras dos rieron-. Como las chicas con las que te juntas.

Katy se iba a levantar, seguramente a partirle la cara a esa zorra, pero Bic y Shirley la agarraron a tiempo. Soltó un bufido molesto. Yo si que me levanté y me puse cara a cara con Jennette. Por suerte yo era más alta, así que sonreí victoriosa.

-No tienes derecho a meterte conmigo sin ni siquiera saber mi historia. No sabéis nada sobre nosotros, así que callad la boca.

Éso las dejó un poco en shock. Volví a mi sitio e intenté ignorarlas, pero volvieron a hablar.

-Si que sabemos, lo hemos leído por Internet- dijo la morena moviendo las pestañas.

-¿Así que sabes leer, Camille?- preguntó Bianca, en tono burlón.

-Pues claro, no es tonta- atacó la castaña del moño alto.

-Pero tú si, Julie- contraatacó Katy, enfadada.

-Vámonos chicas, aquí huele a mierda- exclamó Jennette con indiferencia.

-Debes de ser tú- sonreí y por fin se fueron moviendo las caderas exageradamente. Miré a mis nuevas amigas, que me miraban con una sonrisa amplia en sus rostros.

-Te adoramos, Gwen- soltó Katy con una risilla.

-¿De verdad conoces a Liam?- preguntó Shirley un poco tímida. Asentí sonriente-. ¿Y eres su novia?

-No- reí-. Aunque ya me gustaría- musité despacio, pensando que no me iban a oír. Pero me escucharon perfectamente.

-Que mona- exclamó Bianca.

-Si claro, como un elefante- dije con sarcasmo.

-Y dale con los elefantes- bufó Katy-. En una hora Gwen, en una hora los has nombrado tres veces.

-Bueno, quizás estoy un poco obsesionada con ellos, ¿No crees?

-Lo hemos notado- comentó Bic.

-Da igual- reí-. ¿Alguna de vosotras me dirá quién demonios es Jennette?

-Una puta zorra- murmuró Katy con desdén.

-Una chica que nos hacía la vida imposible, por no ser como ella y sus clones.

-¿Y sólo a vosotras?- pregunté.

-Si, éramos las únicas que le replicábamos las cosas cuando hacía falta. Ninguna más se atrevía. ¿A quién le gustaría tener a la chica más popular del colegio en su contra? A nosotras nos daba igual, la verdad. Ella sólo es una chica más- aclaró Shirley.

-Y si ya habéis acabado el último curso, ¿Por que os sigue molestando?

-No lo sabemos, quizás porque no tiene nada mejor que hacer- sonrió Bianca-. Pero hoy contigo a sido impresionante. Nunca en su vida había acabado una pelea con ella perdiendo.

-Pues, me siento.. Guay- reímos.

*Narra Liam*

Ya lo tenía todo planeado. Si, la visitaría para San Valentín. Por mala suerte ese día tenemos ensayo para el Take Me Home Tour, pero me las arreglaré para que me perdonen al menos un día. Llamaré a Louis, él lo entenderá.

-¿Diga?- contestó el chico zanahoria por la otra línea.

-Lou, necesito un favor- dije tímido.

-Dispara; pero a mí no, que me harás daño- rió escandalosamente.

-Tontito- reí con él-. Verás, para San Valentín quiero ir a ver a Gwen a Manchester, pero como ese día tenemos ensayo, pue...

-Ve, a Paul no le importará que faltes un día. Y a nosotros por supuesto que tampoco- esbocé la sonrisa más grande que pude. Ellos si eran unos buenos amigos.

-Muuuuuchas gracias Boo Bear- escuché su risita-. ¿Puedes preguntar a las chicas cuál es su dirección? Me da vergüenza preguntárselo yo.

-¿Habéis oído chicas?- preguntó. ¿De qué habla este loco?

-Si- rió Jenna.

Mierda. El altavoz. Mataré a Louis.

-Que tierno eres Leeyum- escuché a Harry a lo lejos. No sólo eran las chicas, si no que también estaba el Rizos.

-Bueno, cuelgo chicos- escuché como decían a coro un no-. Adiooooos.

-Adios Liam- gritó Jenna y colgó. Ahora tendré que planear todo para cuando esté en Manchester. Vamos Liam, tú puedes.
 


*Narra Jenna*

-Adios Liam- grité y colgé. Le pasé el móbil a Louis y me levanté de golpe. Todos me miraban con cara rara. Bueno, sus caras normales.

-¿Qué pasa Jenna?- preguntó Boo Bear.

-Tengo antojo de helado, así que vamos ya o me pondré a gritar- amenacé. Se levantó riendo y me besó-. Aún así quiero mi helado. Pero tranquilo, no voy a gritar- le sonreí inocentemente.

-Venga vamos- sonrió feliz. Cogimos las chaquetas, dinero y yo cogí un gorro de lana para la cabeza, y fuimos en mi coche hasta la heladería más cercana. Me compró un helado de dos bolas, una de vainilla y la otra de Coco Loco (era coco con chocolate pero la dependienta nos dijo ese nombre). Él se compró una tarrina de helado de chocolate con sirope de caramelo. Nos fuimos a unas mesas que había dentro del establecimiento y empezamos a conversar de cualquier cosa. Riéndonos, mirándonos con sonrisas bobas y de vez en cuando, besándonos. No podía ser más feliz a su lado.

*Narra Madison*

Después de que Jenna y Louis se fueran, Laura y Niall se fueron a la cocina a preparar galletas o alguna cosa por el estilo, no los escuché muy bién. Me quedé a solas con Harry, sentado a mi lado, jugando con sus manos. Parecía que estaba pensando, pero no, sería demasiado difícil para él. Bueno va, que me prometí no ser tan mala con él.

-Y... ¿Qué tal?- preguntó Harry para romper el silencio, se le notaba nervioso. Estallé en sonoras carcajadas-. ¿De qué ríes Gnomito?

-De que hace rato que estás aquí y ahora me preguntas como estoy Escarola- al final, él también acabó riendo.

-¿Escarola, eh? Ahora verás- gritó lo último y se me tiró encima, haciéndome cosquillas.

-Para, para, paraaaaaaaaaa- grité entre risas-. Párate Harry, que no puedo respiraaaaaaar- volví a gritar como loca. Finalmente paró y me miró fijamente a los ojos, tan tiernamente que se me puso la piel de gallina.
 


-¿Quieres ver algo inolvidable?- me susurró. Asentí con una pequeña sonrisa. Y lo que pasó, sí, fue inolvidable.
 
 
Holitaaaaaaaaaas♥ ¿Cómo estais?:) ¿Qué tal la semana?
Bueno chicas, dos cosas:
Primera: Hoy me he puesto como loca a escribir para poder acabarlo y subirlo, ya que hoy(chananananáaaaan....) HA NEVADO EN BARCELONA!!!! Yeaaah soy muy feliz:) Pues eso, que lo he subido porque era feliz (okno.) :P Jjajaj
Y segunda: Os voy a presentar a Shirley, Bic y Katy:)
Shirley:
 
 

Bianca:
 
 
Y Katy:
 
 
Espero poder subir el próximo capítulo pronto, pero no prometo nada.
Besooooooooooooooos♥

martes, 19 de febrero de 2013

Capítulo 12.

Capítulo 12. Una llamada, un adiós.

*Narra Laura*

Llegé a Londres después del fin de año que pasé con mis primos en Cambridge. Era dos de enero, seguramente Lexi y Gwen ya estarían en casa. Maddy se había quedado allí con Harry, y por lo que me contó, lo pasaron muy bién. No es por ser mal pensada, no me quiero parecer a Gwen, pero cuando me lo dijo, ya me imaginé cosas. Estaba en medio de la estación de trenes, buscando a mi rubito irlandés. Me dijo que estaría a esta hora al final del todo. Decidí mandarle un mensaje, que no pude enviarle porque alguien me cogió por detrás.

*Narra Lexi*

Aquí estábamos, Maddy, Gwen y yo, sentadas en el sofá escuchando todo lo que nos contaba Gwen. Me apetecía muchísimo dormir. Que este Coco charlatán no callaba ni debajo del agua. Creo que Maddy estaba igual que yo, pero lo disimulaba mejor.

-... Y fue muy gracioso- rió Gwen, seguramente recordando lo que nos acabaría por contar ahora-. Que cuando estabamos comiendo las uvas, que les expliqué lo de la tradición española de comer las 12 uvas y les gustó la idea, pues, no me enteré que empezaron hasta que ya iban por la quinta y empecé a tragarlas todas de golpe. Me atraganté y se las escupí todas a Liam. No me reí tanto en mi vida. Bueno, si, esa vez que a Lexi se le cayó un bote de mostaza encima del trabajo del profesor de música, o esa vez que Maddy llegó a clase con la mitad del pelo azul. Fue la mejor broma que gasté en mi vida, suerte que me ayudó Jenna- Maddy la interrumpió, un poco molesta.

-¿Fuistéis vosotras?

-Si, lo siento por no decirlo, pero sabes que siempre acabo diciendo las cosas tarde o temprano- rió, con esa risita de niña pequeña.

-No sabes lo mal que lo pasé intentando decirle a mi madre una excusa convincente- se cruzó de brazos y sopló un mechon de pelo que caía por su frente.

-Y lo de la mostaza fue culpa tuya, Coco listo- le recordé, intentando no cerrar mis ojos.

-Bueeeno, fue sin querer. Jenna me empujó y se me cayó.

-¿Me parece a mí o siempre que pasa algo malo estáis vosotras dos metidas en medio?- preguntó Madison y asentí en total acuerdo con ella.

-Lo de tu pelo no fue tan malo, Frederic te pidió salir.

-Lo se, pero el pobre chico era feo.

-A Lexi le gustaba- abrí los ojos de golpe, ya que se habían cerrado sin querer.

-¡No me gustaba! ¡Solo dije que era mono!- por suerte el timbre de casa interrumpió a Gwen antes de dijese alguna que otra tontería más. Me levanté a regañadientes ya que las otras dos no querían y abrí la puerta para encontrarme a mi chico malo junto a Liam y Harry. Besé a Zayn y abracé a los otros dos, que después de éso pasaron a ver a las chicas.

-¡Otra vez con gafas!- gritó Liam con una mano en la boca y la otra señalando a Gwen. Vale, este chico me parece que es muy raro.

-Te hacen más lista- sonrió Harry y Gwen enarcó una ceja-. No, no te estoy llamando tonta, aunque lo seas un poco.

Y se ganó una colleja de parte de Madison.

-¿Nada más llegar y ya la insultas? Pobrecita- rió Maddy finalmente. Liam se acercó a Gwen y la abrazó fuertemente, tanto que cayeron del sofá. Ni me preguntéis cómo.

-Bueno va, lo siento Coco listo.

La aludida miró a Harry desde el suelo y le sonrió.

-No pasa nada Hazza- ahora el que sonrió fue Harry-. Liam quítate, que me vibra el móbil.

-Alaaa, que cosas dices Coco marranote- dijo Liam levantándose. Le tendió la mano a Gwen para ayudarla a levantarse.

-No me gusta que esté con sonido, que me pego sustos. Y calla que me estan llamando- se puso el móbil en la oreja-. ¿Diga?

Se oyó un murmuro al otro lado de la línea y la cara de Gwen cambió por completo, casi que se puso pálida. Caminó hacia la cocina y Liam la siguió, cosa que Gwen no protestó. Cerró la puerta detrás de ellos. Nosotros nos miramos sin entender nada, y seguimos hablando un poco.

*Narra Gwen*

-¿Diga?- escuché un leve suspiró.

-Soy mamá, hija.

Vale, ésta no me la esperaba. Me puse seria de golpe, y seguramente blanca como la leche. La que vendría ahora con esta charla. Mejor que ellos no se enterasen, así que me fui a la cocina. Liam me siguió, pero no le dije nada, le tenía suficiente confianza y no me importaba si escuchaba. Cerré la puerta detrás de nosotros y hablé.

-Hola mamá- suspiré-. ¿A qué se debe tu llamada?

Liam, que estaba delante de mí, me cogió la mano y la besó suavemente. Le sonreí.

-Fue tu cumpleaños, y quería felicitarte.

-Bueno, éso mismo; fue mi cumpleaños- recalqué el fue-. No pasaría nada si llamases al día siguiente, o como mucho dos días después, ¿Pero sabes cuántos días han pasado? Once días mamá, Once días.

-Lo siento hija, ya sabes, el trabajo.

-Lo se, siempre es el trabajo. ¿Algo más?

-Con papá hemos pensado una cosa.

-¿El qué?

-Ahora mismo estamos viviendo en Manchester, y queremos que vengas a vivir con nosotros.

-Pero...- me interrumpió.

-Por favor Gwen, queremos estar contigo. Hace mucho que no nos vemos cielo, te extrañamos- ya no podía más, odiaba oír a mi madre tan triste.

-Bueno, mamá, creo que lo pensaré.

-Por favor Gwen- susurró. Cerré mis ojos al oír la voz temblorosa de mi madre. No, no podía dejarla así. Pero... ¿Y las chicas, los chicos y sobretodo, Liam? Tampoco quiero dejarles. Suspiré pesadamente.

-Está bién mamá, iré con vosotros- Liam me miraba confundido.

-¿De verdad? ¡Que alegría! Pasamos por tí en dos días, ¿Te parece bién?- preguntó, ahora más animada.

-Claro mamá, necesito tiempo para despedirme. Nos vemos, adiós- sin dejar que me contestase le colgé y tiré el móbil por la encimera de la cocina. Me tapé la cara con las manos, que enseguida se quitaron con la ayuda de Li. Liam me miraba todavía más confundido, y un poco triste.

-¿Tiempo para despedirte? ¿Qué ocurre, Gwen?- me acarició la mejilla, pero ni con éso pude sonreír.

-Me voy a Manchester, para no se cuánto tiempo. Me voy con mis padres, a vivir con ellos- sus ojos se aguaron, y una lágrima traviesa corrió por su mejilla. Me partía el alma verle así-. Liam, por favor, no llores.

-¿Cómo quieres que no llore, Gwen? Ya te dije que eras muy importante para mí. Si te vas no voy a poder, Gwen, no voy a poder- susurró lo último y me tiré a sus brazos, en un mar de lágrimas.

*Narra Laura*

Me giré a la velocidad de la luz y sin mirar a la cara de aquel chico, le pegé una bofetada y después, con la rodilla en sus partes. Cuando el chico ya estaba en el suelo muerto de dolor y vi esa melena rubia, me eché al suelo riendo, intentando tranquilizar a Niall.

-Lo siento- intenté decir, pero entré las muecas de dolor de Niall, que prácticamente daban risa y su incansable movimiento, casi no podía.

-¡Laura, ¿Pero tu me quieres matar?!- gritó, casi que aguantando una carcajada.

-Lo siento- le besé y pareció curarse al momento.

-Bueno, va, te perdono, pero porque eres tu, ¿Eh?- me dio otro beso y con mi ayuda se levantó del suelo. Cogimos mis maletas y esperamos a que pasara algun taxi.


***

Después de que Niall pagara al amable señor que nos trajo a casa (en realidad era un viejo asqueroso que había intentado ligar conmigo), abrí la puerta y justo en ese momento vi pasar a Liam y Gwen, los dos con lágrimas por las mejillas, hacia el salón. Gwen me miró y sonrió débilmente, corrí a abrazarla.

-Ven Lau, vamos al salón, hay algo que tengo que contaros- me cogió del brazo y con Liam y Niall detrás nuestro, llegamos delante de Maddy, Lexi, Zayn y Harry.

-¡Ei! Hola Lau. ¿Qué tal con tus primos?- preguntó Maddy, articulé un bién con los labios y miré a Gwen, esperando que hablase. Liam le pasó un brazo por los hombros y se medio abrazaron.

-Hay algo que tengo que contaros...- empezó por decir, Harry la interrumpió.

-Liam, ¿Estás embarazado?- los cuatro que estaban sentados se pusieron a reír por la bromita del señor Styles, pero viendo como habían salido Gwen y Liam de la cocina, tenía que ser algo serio. Se calmaron al ver que ninguno más reía.

-Me mudo chicos, a Manchester, con mis padres- soltó porfin, con la voz temblorosa. La abracé como pude, ya que todavía estaba el brazo de Liam por en medio. Y unas lágrimas traviesas corrieron por mis mejillas. ¿Se va? ¿Para siempre?

*Narra Madison*

-Me mudo chicos, a Manchester, con mis padres- dijo Gwen, y mi cara se desfiguró por completo. ¿Cómo que se iba? ¿Cuándo? ¿Por que? ¿Y nos dejaría aquí?

-¿Por que?- preguntó Lexi con los ojos aguados. No era muy habitual verla así. Finalmente me cayó una lágrima, una pequeña lágrima traicionera.

-Mis padres Lexi, con éso lo digo todo- susurró, envuelta en los brazos de Liam.

-Pero no te puedes ir Gwen- dije intentando controlar la próxima lágrima que caería de mis ojos.

-Lo siento, mucho. De verdad- sorbió por la nariz y continuó-. Tengo dos días para despedirme.

Vale, ésto ya era pasarse. ¿Solo dos días? Definitivamente, odio a sus padres.

-Ésto será demasiado para Jenna, ya sabes que te quiere muchísimo- comentó Laura, entre los brazos de Niall. Lau bajó la cabeza, Nialler le besó la coronilla.

-Lo se, y creo que se enfadará si no me despido de ella. Pero quedan muchos días para que vuelva a casa- sollozó-. No se que voy a hacer. Os voy a extrañar tanto.

-Tranquila Gwen, te llamaremos y si hace falta te visitaremos. No te preocupes, ¿Si? Siempre nos tendrás contigo, pase lo que pase- me impresioné con las palabras de Harry. Fue tan dulce al decirle éso a Gwen, dejando las bromas aparte. Me quedé mirándolo fijamente, hasta que volteó a verme, sonrió enseñando sus perfectos dientes. Mi sonrisa de estúpida se agrandó.

-Bueno, ahora basta de ésto- se secó las lágrimas y sonrió, aunque le salió una mueca rara que nos hizo reír, incluso a ella misma-. ¿Qué planes hay para hoy?

-¿Quedarnos en casa y ver una peli, así, en parejas?- propuso Lexi. Zayn asintió de acuerdo con su idea.

-Te recuerdo que aquí hay cuatro solteros..- Harry me interrumpió.

-Muy sexys- rió, junto a Gwen y Liam. Solo rodé mis ojos, ya volvía el Harry de las bromitas.

-Pero estáis perfectamente emparejados- Zayn chocó los cinco con su novia, completamente divertidos. Niall y Laura miraban atentos.

-¿Y éso quién lo dice? Yo no me veo un futuro con Harry- dijo Gwen con una cara entre divertida y de asco.

-Porque tu pegas más con Liam- gracias Lexi, tu mete cizaña.

-¿Qué película ponemos?- cambié radicalmente el tema, ya que podía ver como las mejillas de Gwen empezaban a tomar un color rojizo intenso.

-Phineas y Ferb a través de la segunda dimensión- dijo nuestro Coco lo más rápido que pudo.

-¡Nooo, ésa no!- gritaron Laura y Lexi. A mi ya me daba completamente igual.

-Yo la quiero ver- comentó Niall contento-. Nunca la he visto.

-Y yo tampoco, debe de ser divertida- añadió Hazza.

-Pues nosotras la hemos visto más de cincuenta veces, así que elegimos otra.

-Venga ya, Laura- se quejó Gwen-. Que levante la mano el que quiera ver mi peli- enseguida ella misma y Liam levantaron la mano. Zayn, Niall y Harry los imitaron. Para no quedarme atrás, también la levanté.

-Mayoría; así que vemos ésta- dijo Harry y Gwen fue a buscar su película dando saltitos. Volvió y la dejó sobre la mesa, se giró pensativa.

-¿Os puedo contar un chiste? Quizás es un poco malo...- dudó.

-Cuéntalo- instó Zayn.

-Es verde y vuela por la cocina, ¿Qué es?- se aguantó una sonrisilla divertida. Liam levantó las manos, en señal de que no lo sabía.

-No se- dijo Hazza pensando.

-Super lechuga- la sonrisilla que se estaba guardando salió. Todos los chicos, y nosotras, menos Zayn empezamos a reír a carcajadas. Si, era un poco malo, pero nos dio risa.


-No lo pillo- intervino Zayn. Volvimos a reír todavía más fuerte.

-Zayn, ¿De qué color son las lechugas?- preguntó Lexi, Zayn contestó que son de color verde-. Pues si es super lechuga, quiere decir que vuela.

-Pues éso no tiene sentido, las lechugas no vuelan- protestó.

-Es un chiste, cariño- Lexi le acarició la mejilla, intentando controlar su risa. Zayn refunfuñó algo más y se cruzó de brazos. Supongo que seguía sin entender el chiste.

-¡Vamos a poner la peli!- gritó Gwen, la puso y volvió al sofá. Mientras la ponía Zayn y Lexi fueron a buscar mantas. Así que me tapé con mi manta azul cielo y Harry se puso a mi lado, con otra manta, ésta morada. Niall y Laura compartieron una manta verde musgo, Zayn y Lexi otra de color naranja. Liam cogió la última que quedaba, de leopardo. Y como no habían más, Gwen la compartió con él, los dos con timidez.

*Narra Gwen*

Ésos dos últimos días con mis chicas, y por supuesto, también con los chicos, se pasaron volando. Cuando quise darme cuenta, quedaba solamente una hora para que llegasen mis padres. Todas mis cosas ya estaban en el salón, en mi cuarto solo quedó la cama y pocas cosas más; estaba segura que algún día volvería. Liam, Harry, Niall y Zayn habían venido a despedirse por última vez de mí. El pobre Li estaba que no podía aguantar las lágrimas. Ni yo tampoco. Cogí mi libreta y empecé a pasar las páginas, recordando cuando había hecho esos dibujos de las chicas. Cogí un boli, y cuando me paré en una hoja en blanco, escribí una nota de despedida, para Jenna. La arranqué y la pegé en la nevera. Pedí a las chicas que por favor no le dijeran nada sobre mí a Jenna hasta que viese la nota. Y que cuando la viese, por favor no me llamase, no me gustaría oírla llorar. Volví al salón, dejé la libreta y el boli en mi mochila y me senté junto a Liam en el sofá. Me abrazó con un brazo por la cintura. Mi cabeza se recostó sobre su hombro.

-¿Sabes qué, Gwen?- me llamó la atención Zayn. Le miré con una pequeña sonrisa-. Ya he pillado el chiste del otro día, el de la lechuga. Lexi me lo intentó explicar por más de media hora, hasta que lo entendí- todos sacamos una pequeña risa, no había ganas de reír demasiado. Nos quedamos hablando de cualquier cosa, para pasar el rato. El tiempo llegaba a su fin, hasta que sonó el timbre de casa. Me levanté con pesar, y con Liam a mi lado con un brazo por mi cintura; abrí la puerta. Delante mío, había una mujer de unos cincuenta y poco años, cutis perfecto, de pelo castaño tirando a rubio y unos ojos azules preciosos. Mi madre, mi querida madre. Nótese la ironia. Me abrazó, cosa que no correspondí. Me soltó y tuve que enseñar mis dientes en una mueca parecida a una sonrisa, para no decepcionarla.

-Que grande estás cariño- pellizcó una de mis mejillas, a la vez que miraba a Liam confundida-. ¿Quién es tu amigo, Gwen?- preguntó sonriente.

-Liam- dije seca. Li le plantó la mano a mi madre y ésta la estrechó, un poco más confusa que antes.

-Encantado- dijo, intentando parecer amable.

-Igualmente- volvió a sonreir y automáticamente se invitó ella misma a pasar. La miré incrédula y cuando estaba a punto de replicarle, Liam me tomó del brazo y me hizo pasar de nuevo para adentro. Mi madre estaba saludando a Lexi, Maddy y Laura, que tenian cara de pocos amigos.

-Mamá, ellos son Harry, Niall y Zayn- les fui señalando a cada uno. También saludaron a mi madre; bueno, en realidad fue ella la que los saludó, ya que ellos no hicieron ni un movimiento.

-¿Tienes ya tus maletas, cielo? Nos espera el taxi fuera- preguntó mi madre, con una sonrisa tierna.

-Me despido de ellos y voy, coge ya las maletas si quieres- asintió y cogió mis maletas, saliendo de la casa. Nada más oír la puerta cerrarse, ya tenía a mis tres chicas sobre mí, llorando. Nos abrazamos como nunca antes, intentando disfrutar del poco tiempo que ya quedaba. Ahora me preguntaba, ¿Por que diablos acepté? Dejaba atrás a toda la gente que me importaba, incluso a mi primer beso, Liam; y solo por unos malditos padres que durante todo un largo tiempo no se preocuparon de mí y ahora por un capricho quieren que me vaya a vivir con ellos. Como digo, la vida es injusta. Las chicas se separaron y otros tres chicos más se tiraron encima de mí, los tres llorando, también. Mis lágrimas ya se acumulaban en mis ojos, pero no, no querían salir. Uno a uno se fueron separando, dejándome ver la imagen de Liam llorando en silencio, mirándome con infinita tristeza en los ojos. Las primeras lágrimas bajaron de mis ojos, empapando mis mejillas. De las pocas fuerzas que me quedaban, corrí la poca distancia que había entre nosotros y me tiré a sus brazos, sollozando. Me cogió fuertemente de la cintura, como si así me pudiese quedar de por vida con él. Le agarré del cuello, con mi cabeza en su pecho, dejando mis lágrimas en su camiseta. Después de no se cuánto tiempo, me separé de él lentamente, dejándome ver sus preciosos ojos negados de lágrimas. Ni me lo pensé dos veces y le di un beso casi en la comisura de los labios. Me miraba con los ojos abiertos como platos, y una pequeña sonrisilla. Se lo debía, por querer evitar a toda costa el tema de nuestro beso. Cogí la única maleta que quedaba y mi mochila, me despedí por última vez de los demás con un fuertísimo abrazo y salí con Liam a fuera. Allí estaban ellos dos, con unas sonrisas que daban ganas de quitárselas con una bofetada. Bueno no, que son mis padres al fin y al cabo. Mi padre cogió mi maleta después de darme un beso en la mejilla y mirar a Liam de abajo a arriba, incomodándole.

-¿Lo tienes todo?- asentí. Me giré para mirar a Liam.

-Te extrañaré- susurré.

-Y yo a tí. ¿Prometes llamarme cuándo llegues? O al menos, cuando puedas- susurró de vuelta. Nos abrazamos una vez más y me metí al taxi. Se metieron mis padres y el conductor empezó a manejar. Miré por la ventanilla. Allí, el chico al que quería de verdad, haciéndose cada vez más pequeño, con una lágrima cayendo por su mejilla.

-Te quiero Liam- susurré para mí, cuando ya lo dejé de ver por completo. Enterré mi cabeza entre mis rodillas, y llorando en silencio me quedé dormida.

*Narra Jenna*

Intenté meter la llave en la cerradura, pero éso de llevar una maleta en una mano, una bolsa en la mano que llevas la llave y otra bolsa aguantándola con los dientes, no es normal. Y encima el tonto de Louis detrás mío mirándome y partiéndose el culo mientras lo intentaba. Me giré y se empezó a carcajear más que nunca.

-Para de reír, se un buen novio y ayúdame- grité, aguantando la fuerte carcajada que iba a salir en cualquier momento. Se acercó a mí, cogió la bolsa de mi boca y la otra que llevaba en mi mano-. Claro, gracias majo, pero me refería a que abrieses tú la puerta, ya que no llevas nada.

-Ahora si- me enseñó mis bolsas y gruñí como respuesta. Finalmente pude abrir la puerta, lanzando al aire un grito de victoria tan alto que creo que hasta lo escucharon en la otra punta del mundo. Lou entró conmigo.

-Hola señoritas- saludé a las chicas cuando entré al salón. Bueno, no a todas, Gwen no estaba-. ¿Y Gwen?

-Hola Jenna- saludó Laura-. No lo se.

¿Cómo que no lo sabe? La lista de Gwen siempre dice dónde va al menos a una persona.

-No importa, me muero de sed- dije dejando la maleta en el suelo y entrando en la cocina. Iba a por un vaso, pero una nota en la nevera me dejó a la mitad del camino. La cogí, ya que llevaba mi nombre en grandes letras de boli azul. Empecé a leerla.

Antes de nada, antes de que leas nada más, solo quiero decirte que te quiero un montón, que siempre fuiste una hermana para mí, aunque nunca te lo dije. Ahora lo sabes.

Y te pido porfavor que no me mates, te conozco. Te preguntarás dónde estoy, ¿Verdad? Estoy en Manchester, Jenna; y no, no son vacaciones. No tengo ni idea de cuánto tiempo estaré allá, ni de cuándo volveré. Vivo con mis padres. Si, por fin aparecieron. Mi madre me llamó once días después de mi cumpleaños y no me apetece mucho recordar la charla, pero acepté ir con ellos. Ya sabes, una de mis debilidades es la tristeza de mi madre (Y si, la otra es Liam). Quiero que esta carta no sea una despedida (Aunque técnicamente si lo sea, o puede que un hasta luego), quiero que sea una carta para recordar todos los momentos juntas. ¿Recuerdas cuando le pintamos medio pelo azul a Maddy? Fue nuestra primera broma, lo recuerdo muy bién. Y se me escapó el otro día, ya lo sabe. ¿Recuerdas cuando le rompimos el espejo a Lexi y culpamos a su hermana? Esa tarde no corrí más en mi vida, Joyce tiene mucha resistencia. ¿O cuando pegamos la manga de Laura a la mesa, en clase y luego no se podía levantar? Fue demasiado bueno para poder olvidarlo. ¿O cuando le pedimos a Frederic que le guiñara un ojo a Lexi y ésta se calló de su silla? Todavía le debemos dinero a Fred. ¿Y cuando Maddy llegó a casa con los pantalones blancos llenos de manchas moradas? La mejor clase de pintura. Supongo que algún día hará su venjanza, tal y como juró. Aunque fue sin querer, tú me empujaste y yo me caí con el bote de pintura morado en mis manos, que cayó accidentalmente sobre sus pantalones, ¿Verdad? ¿Y cuando le organizamos una cita a ciegas a Laura con el cochino de Anthony? Lo malo fue que nos obligó a hacerle los deberes durante todo un mes, la muy morruda. ¿Sabes a dónde quiero llegar? A que todo ésto solo lo he hecho contigo, Jen (Se que odias que te llame así, lo siento), y que no lo podía haber hecho con alguien más que no fueras tú. Eres la mejor chica que he conocido nunca, Louis tiene mucha suerte de estar contigo. Y como te haga algo malo, que sepa que tengo mis contactos y puedo hacerle la vida imposible. Y bueno Jenna, creo que ya es hora de acabar esta carta para recordar recuerdos - carta de despedida / hasta luego (¿Me ha quedado chulo, no?). Te quiero mucho, que lo sepas.

Gwen A. B.

Cuando acabé de leerla ya tenía las mejillas empapadas de lágrimas. Sentía rabia, mucha, y sobretodo odio hacia sus padres. Sentía tristeza. Sentía... Suena raro, pero un poco de felicidad. Por recordar todos esos buenos tiempos. Nuestras bromas, nunca las olvidé. Y lo que más rabia me daba, era que no había visto a Gwen desde el cumpleaños de Louis. Antes de que ella volviese de Wolverhampton, yo me fui a Oxford, a visitar mis abuelos. Mis padres eran los únicos que vivían en Londres, de nosotras cinco.

-¿Qué ocurre Jenna?- escuché la voz de Louis detrás mío. Me giré y al ver mis lágrimas me abrazó fuertemente. Luego le di la carta para que la leyese, y aunque sus caras al leerla me daban risa, no podía reír, no me salía. Me devolvió la carta, abrazándome con una ternura increible-. No sabía que fuéseis tan malas- me susurró en el oído, haciendo que sonriese.

-Eran otros tiempos.

-Y quiero que sepas algo- me miró directamente a los ojos, con una sonrisita en los labios-. Nunca te voy a hacer algo malo, porque te quiero demasiado, y perderte sería como el fin del mundo- no aguanté y le besé con la más grande sonrisa en mis labios. Lo de Gwen me dolió, pero la conozco más que a nada y se de sobras que ella está más dolida que yo, o incluso Liam. Espero que algun día llame, estoy segura que ahora mismo ella no quiere que la llame. Aunque muero de ganas, esperaré. Tiempo al tiempo.

 
 
Holaaaa♥ Sólo quería decir una cosita. ¿Sabéis el gif en el que salen los chicos riendo (menos Zayn)? Ahí salen los cinco, pero en la historia representa que Louis no está, que está todavía en Doncaster. Bueno, sólo era decir éso. Supongo que subiré dentro de unos cuantos días, todavía no he acabado el capítulo 13 y a no ser de que queráis el capítulo muy corto tendréis que esperar, lo siento. Un besooooooo♥

sábado, 16 de febrero de 2013

Capítulo 11.

Capítulo 11. There's nothing wrong with who you are.

*Narra Madison*

A la mañana siguiente me levanté más tarde de lo normal y con un dolor al menos soportable de cabeza. En la cocina solo estaba una Jenna todavía medio dormida preparando café para todas. Le di un sonoro beso en la mejilla y le agradecí la taza de café que me ofrecía. Nos sentamos la una delante de la otra, mirándonos fijamente y dando pequeños sorbos a nuestros cafés.

-Así que ya has perdonado a Harry- murmuró. Asentí.

-Y tú a Louis- respondí. Asintió.

-Molamos- murmuró otra vez y dio un sorbo a su café. Reí negando con la cabeza suavemente.

-¿Por que murmuras y no hablas normal?- pregunté enarcando una ceja.

-Porque molo mucho y así molo más.

-Jenna, cariño, tú no molas; pero yo si.

Me miró mal. Y las dos empezamos a reír por lo idiotas que éramos. Escuché mi móbil sonar y recordé que estaba en mi habitación, así que dejé la taza de café sobre la mesa y subí las escaleras de dos en dos para llegar antes. Entré y miré la pantallita, era un mensaje, de Harry:

¡Maaaaaaad, buenos días! ¿Cómo estás, odiosa? Me preguntaba si te gustaría venir a casa del odioso a ver una peli o a jugar al twistter (creo que se escribe así) Hahaha. Un beso enorme tonta.

Me puse a reír sin ningún motivo y enseguida contesté.

¡Odiosoooooooooo! Buenos días:) Estoy bién, ¿Tú? Acepto encantada ir a tu casa y prefiero hacer las dos cosas, ¿Te parece? (Yo tampoco sé cómo se escribe) Hahahha! Otro beso enorme para tí, idiota.

Decidí vestirme con algo sencillo para estar por casa y mientras esperaba a que Harry contestase. Sonó el móbil y prácticamente corrí a ver el mensaje.

Perfectamente, porque estoy hablando con mi odiosa. ¿Pues te paso a recoger o vienes tú?

**
 
Que mono eres odioso. Pásame a recoger. ¿A qué hora?

**

Lo sé, soy la cosa más mona del planeta. Te paso a recoger a las cuatro, ten en cuenta que llegaré a y cinco.

**

No te pases de egocéntrico. Lo tendré en cuenta.

**

Pues hasta luego odiosa.

**

Adiós odioso, nos vemos.

Dejé el móbil sobre la cama y bajé a la cocina otra vez con Jenna. Al rato nos fuimos a ver la tele porque no teníamos nada mejor que hacer y nos aburriamos. Hacia la una de la tarde Laura y Lexi aparecieron y decidimos pedir algo al chino para comer, no teníamos ganas de cocinar nada.

*Narra Gwen*

Me levanté que creo que era la una y media de la tarde. Tenía un gran dolor de cabeza y me era casi imposible poder pensar con claridad. Bueno, si podía pero me dolía un montón. Me levanté y rápidamente fui a lavarme la cara con agua fría. ¿Cuándo había llegado yo aquí? ¿Por que no recuerdo nada después de la bebida que tomé ayer? Allí es hasta donde recuerdo con claridad, después solo momentos borrosos. ¿Y por que llevaba el vestido puesto? Encima que estaba totalmente arrugado y ligeramente subido. Escuché la puerta de la habitación abrirse y me asomé para mirar quién era. Liam. Entonces recordé como estaba de mal colocado mi vestido, pero ya era tarde y Liam me había visto. Me lo bajé rápidamente y por mala suerte bajó más de lo que debía, pero por suerte no se vio nada que no debía. Liam se tapó la cara con las manos y yo completamente sonrojada me coloqué el vestido lo mejor que pude.

-Ya está Li- dije riendo. Se quitó las manos de la cara y pude ver que su cara estaba bañada en un tono rojizo. Le pellizqué una mejilla, intentando quitarle importancia al asunto.

-¿Ya estás mejor?- me preguntó sonriente, con esa sonrisa que mataba a cualquiera.

-¿Mejor? ¿A qué te refieres?- no tenía ni idea de que hablaba.

-Ai, Gwen- rió-. Ayer estabas muy ebria.

-¿Cómo? ¡Pero si yo no bebo!- chillé.

-¿Te suena una Piña Colada?- medio asentí. ¿Ése era el nombre del zumo de piña raro que me bebí?-. Pues llevaba ron, Coco listo.

-Nooooo- me lamenté riendo-. Que tonta soy, por dios.

Se acercó, riendo también y me envolvió en sus brazos. Con la cabeza en su pecho respiré su aroma, dulce. Levanté la cabeza y le pillé mirándome.

-No eres tonta, eres un Coco listo- susurró y el aliento chocó contra mi frente. Sonreí y besé fugazmente su barbilla. Soltó una dulce risita.

-Nunca en mi vida había bebido, lo juro. Pero reconozco que estaba rico, sabía dulce- reí-. Por cierto... ¿Hice algo... Ya sabes... Fuera de lo normal?

-Me hiciste llevarte a caballito y durante el trayecto de la discoteca a la estación de trenes no parabas de hablar como una loca, de reír y lanzar piropos a todos los chicos que veías. Pero fue divertido, supongo. Cuando se acercaban, digamos que no los miraba con la mejor cara y se iban.

-¿De verdad hice éso?- mi cara se pintó completamente de un rojo intenso-. ¡Qué vergüenza!

-No, tranquila. Si en el fondo parecía que te estabas divirtiendo.

-Claro, porque no sabía lo que estaba haciendo- dije poniendo los ojos en blanco. Nos separamos del abrazo.

-¿Quieres hacer algo después de comer? ¿Vamos... De compras?- sonrió tímido. Le devolví la sonrisa con algo de emoción.

-¡Vamos de compras!- exclamé divertida. Quería hacer cualquier cosa con tal de estar con él. Como siempre.

*Narra Harry*

Otra vez iba tarde, pero esta vez no eran solo los cinco minutos que le había dicho, sino que eran diez. Yo iba en mente con que habíamos quedado a y cinco y luego me doy cuenta de que habíamos quedado a las cuatro en punto. Aparqué como pude en la acera de enfrente de su casa y me bajé corriendo para llegar lo antes posible. Iba a darle al timbre cuando la puerta se abrió de golpe.

-Diez minutos, señor Styles- me recordó con el ceño fruncido y los brazos en jarra-. Llegas diez minutos tarde.

-Lo siento mucho, Maddy- puse mi mejor cara de arrepentido. Sonrió dándose por vencida. Me besó la mejilla y me maravillé cuando noté el tacto de sus labios. Ojalá y algún día los notase sobre los míos.

-No pasa nada Hazza.

-¿Vamos?- pregunté tendiendo mi mano, que ella agarró decidida. Le abrí la puerta del copiloto y subió dándome las gracias. Le sonreí. Me subí y ambos nos abrochamos el cinturón, para después ir rumbo a mi casa.

***

-¡Me ha encantado!- gritó cuando la peli que había escogido acabó. Yo todavía no acababa de creer que nunca en su vida hubiese visto Superman.

-Me alegra- sonreí-. Sabía que te gustaría, y repito: no me creo que nunca la hubieses visto.

-Créetelo, cabeza de escarola- rió por su ocurrencia.

-¿Cómo que cabeza de escarola? ¡Pues tú tienes cabeza de zanahoria!- ahogó un grito, nos miramos y una gran carcajada escapó de nuestras bocas. Saqué el twistter de debajo de la mesita de café- ¿Jugamos?

-¡Por supuesto!

Empezamos el juego con mucho entusiasmo y una apuesta que Maddy me obligó a aceptar: el que perdiese le declararía sus sentimientos a la persona que quería. Tenía miedo de perder, porque el miedo que tenía en decirle mis sentimientos siempre estaba presente. Y me encantó cuando lo dijo, con timidez, que le hacía parecer más tierna.

-¡HARRY!- me gritó cuando por 'accidente' la empujé haciendo que cayese. Le tendí la mano y le ayudé a levantarse.

-Has perdidoooo- di saltitos la mar de feliz, por no tener que decirle nada. Me miró molesta.

-Me has tirado, eres un...- la interrumpí.

-Odioso, lo se- suspiré con pesar.

-No hay nada malo con lo que eres- murmuró y la miré. Sonreía como si por un momento hubiese olvidado que la había empujado para no tener que perder yo.

-Gracias- dije. La abracé, me apetecía sentir sus brazos rodear mi espalda y poder oler su aroma que me tenía adicto.

-Aún así has hecho trampa, así que no voy a cumplir con la apuesta, lo harás tú- dijo con malícia.

-No, porque yo no me he caído, te has caído tú así que cumple con la apuesta, encima que has sido tú la que ha querido.

-¿Y si ninguno de los dos cumplimos la apuesta y lo dejamos como un... empate?- preguntó y riendo asentí con la cabeza.

*Narra Jenna*

Les envié un mensaje a Laura y Lexi, para que viniesen a casa cuanto antes. Se habían marchado al centro comercial hacía una hora y tenía una sorpresa para ellas. Se lo iba a enviar a Maddy también, pero recordé que estaba con Hazza y preferiría no interrumpir lo que fuera que estubiesen haciendo. Llegaron media hora después, las esperaba en mi cuarto. Entraron y con los ojos como platos dejaron caer las bolsas que traían en las manos. Lo sabía, sabía que se pondrían así.

-Jenna, tu pelo- dijo Laura saliendo de su trance.

-¡Es morado!- gritó Lexi. Todo morado no era, solo las puntas. A mí me encantaba.

-Bruta, solo son las puntas. Y mola muchísimo- sonreí y las dos chicas enarcaron una ceja-. Bueno, a mí me gusta.

-¿Te quieres volver rebelde o algo así?

-Puede que sí o puede que no- reí, pero ellas seguían con la misma cara de antes-. Aaaai, Laura, no sé. Pero hoy por la tele he visto a una chica que llevaba así el pelo y me ha gustado. Y la peluquera dice que me queda muy bién.

-Bueno, si que te queda bién- declaró Lexi, pero Laura seguía con esa expresión de no estar muy convencida.

-Venga Lau, si mola mucho- toqué mi cabello y lo despeiné salvajemente. Las dos chicas sacaron una risita.

-Quizás si mola, pero nunca, jamás, para nada en el mundo me lo haría. Ni que me lo pidiera Niall. Jamás.

-Cuando Gwen lo vea le dará un patatús- Lexi nos sacó una carcajada. Seguramente tendría razón.

-¿Le mando una foto a Louis? ¿O espero a que aparezca por Londres para que lo vea?- pregunté. Tenía ganas de que lo viese cuanto antes.

-Enviala, a él también le dará el patatús- se encogió de hombros. Le di mi móbil a Laura, me hizo la foto y después se la envié a mi queridísimo Louis. Pasaron unos tres minutos eternos y me llegó una llamada suya. Descolgé y Lexi me obligó a poner el altavoz.

-¿¡Qué demonios te has hecho en el pelo Jenna!?- gritó, y tuve que taparme la boca para no echarme a reír. Parecía, por su tono de voz, que estaba exasperado.

-¿No te gusta?- hice ver que lloraba. Lexi y Laura reían por debajo de la nariz.

-No, no, me encanta cariño. Te queda muy bién- el tono de su voz era muy tierno, me mordí el labio inferior.

-En realidad lloraba de broma, pero gracias por decirlo. Eres un inocente, Lou.

Conseguí que Lau y Lexi rieran. Noté como Louis me sacaba la lengua por la otra línea del teléfono.

-Te has vuelto muy mala, Piña- refunfuñó divertido.

-Noo, soy la misma Piña buena y dulce de antes- dije. No hace falta decir que con voz de niña pequeña.

-Jenna- alargó.

-Bueno, algo traviesa me he vuelto, pero no soy tan mala como Lexi- me gané una colleja de su parte. Laura dejó de lado la conversación y empezó a rebuscar cosas en mi armario, tirando todo por el suelo-. Te cuelgo, Lou. Tengo que matar a dos frutas malas.

-Está bién- rió-. Pásatelo genial. Un beso, te quiero.

-Y yo a tí.

Creo que colgamos a la vez. Tiré el móbil a cualquier rincón de mi cama y me abalancé sobre la espalda de Laura. Caímos al suelo muertas de la risa. Lexi se unió a nuestras risas y cada una de las que estábamos en el suelo le cogimos una mano y tiramos de ella para que Lexi cayese con nosotras. En total, pasamos la tarde en mi cuarto, haciendo cosas normales con unas amigas normales.

*Narra Madison*

Después de jugar una ronda más al twistter, nos sentamos en el sofá a hablar de tonterías que se nos pasaban por la cabeza. Por ejemplo, que mi pelo ya no era una zanahoria, ahora era un cono de tráfico. Que el quiere dominar el mundo con un ejército de gatos. Y que yo quiero un pingüino en una bañera con cubitos de hielo.

-Y... ¿Santa Claus ha pasado por tu casa?- me preguntó de repente.

-No, le hemos dado vacaciones. Solo viene por Gwen.

-Pues en mi casa si ha venido- ¿Qué quiere? ¿Darme envídia?-. Y hay un regalo con tu nombre.

-¿Con mi nombre?- pregunté. Asintió con la cabeza mientras se levantaba y desaparecía de mi vista. Quedé más confundida que antes. Volvió a los segundos con un regalito entre sus manos y una sonrisa que iluminaba mi pequeño mundo.

-Toma, para tí- me ofreció el paquete y lo cogí, dejándolo sobre mi regazo. Lo abrí y quedé con la boca abierta con lo que veía. Habían dos regalos. El primero que vi y del que había caído enamorada a primera vista, era un atrapa sueños hecho con cuentas de colores y tres plumas al final. Desde pequeña había estado obsesionada con los atrapa sueños y éste era el más bonito que había visto en mi vida. El segundo regalo era un colgante con un gnomo sujetando una pequeña flor. Miré a Harry confundida, y éste se apresuró a hablar.

-Es que me recuerdas a un gnomo- me miró riendo. Enarqué una ceja y le pedí con los ojos una explicación-. Eres un poquito bajita, para no decir mucho. Y eres pelirroja. Yo siempre dibujaba los gnomos pelirrojos.

-Ah, pues que bonito.

-¿Lo dices con ironía?- preguntó juntando sus manos detrás de su nuca haciendo que la camiseta se levantase y dejando ver un poco de su ombligo. Me perdí mirando, pero volví a la normalidad y levanté la mirada como si nada.

-Un poco si y un poco no. El colgante es bonito; pero éso de que te recuerdo a un gnomo, pues... Es raro. Y tampoco soy tan bajita- refunfuñé. Me quitó el colgante de las manos y me dio la vuelta. Me recogí el pelo y me lo colocó. Me besó el hombro.

-Bueno, los gnomos son muy cariñosos, aunque un poco refunfuñones y enfadadizos. También son un poco miedicas, pero tienen su orgullo. No le gustan los retos, pero son los primeros que te retan. Son bajitos, pero matones.

Sonreí. Me estaba describiendo. Me giré y lo abracé con mucha fuerza.

-Muchas gracias, Styles- me apretó más contra él, si éso era posible.

-Dáselas a Santa Claus- me salió una fuerte carcajada. Y así quedamos, abrazados, por un buen rato. No me quería separar nunca.

 

jueves, 14 de febrero de 2013

Capítulo 10.

Capítulo 10. ¡Sorpresa!

*Narra Louis*

Me encontraba en una playa desertica. Solo estaba yo. La arena era blanca como el azucar y el agua cristalina. Habían algunas palmeras detrás mío moviéndose por la suave brisa tropical. De repente, de la nada, apareció un elefante con un tutú rosa paseando a una cebra morada. El elefante me saludó con un 'hola' muy alegre y desaparecio entre las palmeras. Otra vez, estaba solo. Cerré mis ojos y los volví a abrir cuando escuché música. Delante mío estaban Jenna, Lexi, Maddy, Gwen y Laura con los chicos, vestidos con faldas de paja y las chicas con camisetas de tirantes, además de la falda. Bailaban frente mío de una manera muy rara. Jenna se colocó a mi lado y daba vueltas sin parar de mirarme. Maddy y Harry rodaban por el suelo enfrentados en un pequeño duelo, en forma de baile. Niall y Laura también daban vueltas. Lexi y Zayn intentaban hacer piruetas pero todas las veces Lexi acababa en el suelo y Zayn encima de ella. ¿No pueden esperar a estar en la cama? Gwen y Liam movían las manos como mariposas y daban pequeños saltitos. Jenna chasqueó los dedos y todos ellos desaparecieron, dejandonos a ella y a mí solos. Me tendió la mano y la cogí, me ayudó a levantarme para después caminar hasta donde llegaban las olas. Me tumbo suavemente en la arena, colocándose ella encima de mí. Me dio un picante beso en los labios. Se separó lo suficiente y fue subiéndose la camiseta poco a poco...

Abrí de golpe los ojos al escuchar la melodía de mi móbil. ¿Quién me había despertado de ese delicioso sueño? Ni miré quién me llamo y descolgué medio dormido todavía. Juraría que no eran ni las nueve de la mañana.

-¿Si?

-¡¡Felicidadeeeeeeeees!!- gritó la preciosa voz de mi novia. Sonreí a más no poder al solo escucharla, la extrañaba y no habíamos pasado ni un día entero separados.

-Muchísimas gracias, cielo- me levanté de la cama y me dirigí a la ventana. Todavía no acababa de salir el sol por completo.

-De nada cariño. Y aunque ahora tengas veintiún años, ¿Seguirás siendo mi Peter Pan, no?

-Por supuesto- reí-. Oye, ¿Qué hora es?

-La siete de la mañana- contestó como si nada.

-Madre mía Jenna, me vuelvo a dormir- me metí de nuevo a la cama.

-Anda Lou, no me cuelges. Que me apetece hablar contigo- refunfuñó.

-Venga Jenna, que quiero dormir- supliqué. Escuché como suspiró molesta.

-Si me cuelgas no te hablo en una semana- amenazó. Sonreí, no nos veríamos en una semana y poco más, así que no hay problema.

-Adiós Jenna, te quiero- le mandé cuatro besos y colgé. Volví a acomodarme en mi cama, después de poner el móbil en silencio. Cerré los ojos e intenté volver al sueño de antes. Pero no, no puedo pensar en esas cosas. ¡Es Jenna! Y es... Es... Pues Jenna. Mi dulce Jenna.

*Narra Lexi*

Me desperté por culpa del gritito de Jenna. Ésa era la mala suerte de tener la habitación al lado de la suya. Golpeé la pared con la poca fuerza que tenía y me levanté arrastrando los pies. Fui al armario y elegí un jersey con estrellas estampadas, unos tejanos negros y unas Vans rojas con los cordones negros. Me peiné con las manos y salí al pasillo a la vez que Laura salía de su habitación. Me miró, sonriendo cansada. Llevaba unas ojeras increibles.

-Lau, ¿Y esas ojeras?- pregunté riendo. Se unió a mis risas.

-Me pasé más de dos horas hablando con Niall por el Skype, y hoy que quería dormir mucho, me despierto por el grito de Jenna.

-¿Y a Niall le ha gustado tu pijama de Bob Esponja?- reí con ella.

-Dice que se comprará uno igual, pero para chico. Le ha encantado.

Las dos juntas bajamos a preparar el desayuno, y en la cocina nos encontramos a Maddy con una taza de té y las mismas ojeras de Laura. Se miraron y se rieron a carcajadas al verse de la misma forma.

-¿Qué te ha pasado, Maddy?- le pregunté sentándome a su lado. Apretó los puños.

-El estúpido de Harry me ha llamado durante quinze veces esta noche porque no podía dormir. ¿Y sabéis por que no podía dormir? Porque todavía no le había perdonado por hacer que hiciese el ridículo delante de mucha gente.

-Aw, que mono- suspiró Laura burlona. Madison le sacó la lengua.

-Si se muere por tí, Maddy. Que bonito- reí.

-¿A tí que te ha pasado, catalana?- le preguntó a Laura. Laura nació en Barcelona y a los seis años vino a vivir a Londres, donde nació su madre. Ahora sus padres viven otra vez en Barcelona y Lau se quedó aquí, con nosotras.

-Me quede más de dos horas hablando con Niall por el Skype.

-Acaramelados- refunfuñó divertida.

-¿Celosa?- le pregunté bromeando. Me revolvió el pelo con las manos. Vimos a Jenna como entraba en la cocina con cara molesta y las tres la fulminamos con la mirada. No nos hizo caso y se sento a mi lado. Muy extraño en ella.

-Piña, ¿Estás bién?- le preguntó Maddy. Nos miró e hizo un puchero.

-No, no lo estoy- se tiró a mis brazos y la recibí gustosa. Laura le preguntó que le pasaba-. Que Louis es tonto.

-Ya lo sabemos- interrumpí sonriendo, pero me ignoró. Vaya, si que debe de estar mal.

-Me molesto en despertarme temprano para felicitarle- volví a interrumpirla.

-Y de paso despertarnos a nosotras.

-Lexi cállate y déjala que lo explique- me regañó Maddy.

-Gracias- susurró Jenna y continuó-. Pues le he llamado, le he felicitado y cuando le he dicho la hora que era me ha dicho que volvía a la cama. Le he dicho que si me colgaba no le hablaría en una semana y me ha colgado. Y esta tarde no le voy a dirijir la palabra, así de claro. Pero aaaaaaaaai, es que, no se... No se si voy a poder aguantar sin hablarle.

-Pero Jenna, él no sabe lo de esta tarde. No es su culpa de que quiera dormir.

-Lo se Maddy, pero... Mira, da igual. Al menos podía haber sido un poco más delicado y no decirme: Adiós Jenna, te quiero. Y colgarme. Así que la decisión está tomada. No, no le hablaré. Y tendrá que rogar mucho, si.

-Ui, que chica más mala- ironizé. Laura y Maddy se rieron por lo bajini.

-Por cierto, ¿Hacía falta gritar a estas horas de la mañana?- preguntó Laura molesta.

-Laura, por favor, estoy en medio de una crisis amorosa, no me vengas con tonterías- se levantó y se marchó, y antes de que Laura fuera a replicarle cualquier cosa la detuvimos.

-Déjala, ya se le pasará la tontería- le dijo Maddy.

*Narra Gwen*

Escuché como la puerta de mi habitación se abría lentamente, intentando que no me despertara. Aunque ya lo estaba. Me hice la dormida, pero tenía un ojo medio abierto para mirar quién entraba. Primero vi a la preciosa de Brit entrar con precaución, mirando atrás. Y después vi como entraba Liam, todavía en pijama. Me sonrojé al verle, no se por que. Pero se veía tan extremadamente guapo. Ai madre, Gwen, contrólate. Me mordí el labio. Se acercó hasta el borde de la cama y Brit subió las patas delanteras, para mirar mejor. Se sentó, mirándome. Sonrió dulcemente e hizo una palmada sobre el colchón para que Brit subiese. Empezó a acariciarla, sin dejar ni un solo instante de mirarme.

-¿No encuentras que está muy tierna dormida, Brit?- le dijo en susurros. Sonreí por dentro. ¡Él si era tierno!-. A mí me parece que si. Tiene carita de ángel. Bueno, ella es mi ángel. No la conozco desde hace demasiado tiempo, pero creo que ya es muy importante para mí. No lo se, es extraño. Es una sensación agradable. ¿Crees que yo también le gusto?

El color subió hasta mis mejillas con rapidez. Para disimular, hice un movimiento y me tapé con la manta hasta arriba, intentando parecer dormida. Ése '¿Crees que yo también le gusto?', ¿Era cierto? ¿Le gusto? Y que yo soy su ángel; morí de ternura. Otra vez mordí mi labio, me hice daño, pero cerré fuertemente los ojos para evitar gritar. Noté como Brit estaba a mi lado, mirándome juguetona. Le sonreí, pero no hice nada. Se acercó más y me lamió toda la cara. Al final acabé quitándomela de encima. Saqué la manta que cubría mi cabeza y miré a Liam, dulcemente.

-Buenos días, Li. ¿Qué haces aquí?- le pregunté. Sonrió nervioso.

-Eh, vine a acompañar a Brit. Q-quería entrar a verte y le abrí la puerta- se rascó la nuca.

-Oh- dije. Acaricié la cabezita de Brit-. ¿Qué hora es?

-Las diez y media. Se que me dijiste que querías dormir, pero me aburría.

-¿No era Brit la que quería venir a verme?- pregunté, aguantando una risita.

-Eh... Yo, q-quería decir... ¡Te espero abajo!- rápidamente salió de mi habitación y Brit le siguió. Sonreí y me fui a bañar. Terminé y me vestí con una sudadera, unos tejanos grises y unas zapatillas azul oscuro. Bajé y en la cocina estaba Liam, preparando chocolate caliente. Le di un beso en su mejilla, que contestó con otro en la mía. Me dio una taza de chocolate caliente y se sentó a mi lado.

-¿Dónde estan tus padres?- le pregunté.

-Han ido a comer fuera. Y mis hermanas han salido con unos amigos.

-Mm... Está muy rico- comenté después de probar el humeante chocolate. Me miró y riendo señaló encima de mi labio. Cogió una servilleta y me quitó un poco de chocolate. Nos miramos por largo tiempo a los ojos. Sin pensar fui acercándome lentamente a él, sin apartar la vista. Cerramos los ojos prácticamente a la vez y mágicamente mis labios quedaron junto a los de Liam. Después de unos segundos, nos separamos. Me di cuenta de lo que acababa de pasar, había besado a Liam. Y él había correspondido mi beso. Me sonrojé y más nerviosa que nunca, fui a mi cuarto corriendo. Cogí mi móbil y una chaqueta, volví a bajar las escaleras corriendo y al pasar por la cocina, Liam seguía igual que antes, totalmente desconcertado y quieto.

-Voy a salir, luego vuelvo- grité mientras abría la puerta y salía a toda prisa. Estuve caminando un rato sin alejarme mucho. Encontré un banco y me senté. Saqué mi móbil para llamar a las chicas.

-¡Hola Gwen!- escuché la voz de Maddy. Sonreí, acomodando un mechón de pelo detrás de mi oreja.

-Hola Maddy, ¿Estan las chicas? Quiero hablar con vosotras- dije nerviosa. Noté una risita de su parte.

-Estan conmigo, ahora pongo el altavoz- sonó un ruidito-. Ya está.

-Hola Coco- dijo Jenna con voz apagada.

-¿Qué pasa, bonita?- le pregunté.

-Nada cariño, Louis- suspiró.

-Luego me cuentas, Piña- reí.

-Oye, ¿Qué querías decirnos?- interrumpió Laura. Tragué saliva y me acomodé un mechón de pelo.

-¿Recordáis que os dije, que cuando tuviese mi primer beso, os lo diría?

-Si- contestó Lexi. Sonreí cuando recordé el beso.

-Fue hace nada, con Liam.

Escuché como mis locas amigas empezaban a gritar de emoción, y yo me escondía detrás de mi pelo por la vergüenza.

-Gweeeeeeeen, ¿De verdad?- gritó Jenna, ahora más animada. Sonreí.

-Si, ni yo misma me lo creo. A sido; mágico- reí. No sabía como expresarme. Bueno, si, pero no tenía palabras exactas para describirlo. Aix, ni yo misma me entiendo.

-¿Y luego qué ha pasado?- preguntó Maddy, ahora calmada después de los gritos que había dado.

-Me he puesto nerviosa y me he ido- suspiré.

-¿Y Liam?- ahora la que preguntó fue Lexi.

-Bueno, creo que se ha quedado un poco desconcertado porque ni se ha movido.

-¿Quién a dado el primer paso?- preguntó Laura.

-Yo- me sonrojé.

Otra vez empezaron a gritar emocionadas.

-Que mona- comentó Jenna.

-Gracias... Supongo. Pero ahora no se como le miraré a la cara- Lexi me interrumpió.

-Pues con los ojos, Coco listo.

-¡Lexi cállate!- le gritaron Maddy, Laura y Jenna a la vez.

-No importa chicas- reí.

-Yo de ti volvería a casa y intentaría a toda costa evitar el tema.

-No lo se, Laura. Liam me gusta de verdad, ¿Y si le hago daño?

-Gwen, de momento intenta evitar el tema. Que te conocemos y sabemos que la cagarás si dices algo, entonces, si le harás daño.

-Vaya, Maddy, muchas gracias- dije irónica. Vaya amigas más optimistas.

-No hagas caso a estas tres idiotas. Yo confio en tí, Gwen. Haz lo que te diga el corazón- al menos con las palabras de Jenna sonreí agradecida.

-Bueno chicas, nos vemos esta noche- les lancé cuatro besos y entre risas de todas cinco colgé. Guardé mi móbil y con un gran suspiro, volví camino a casa de Liam. Tardé unos quince minutos. Toqué la puerta y apareció Liam con una sonrisa tímida. Agaché mi mirada avergonzada. Se hizo a un lado y pase rápidamente.

-O-oye Gwen, sobre el- le interrumpí.

-¿Dónde está Brit? Me apetece jugar con ella.

-Está en el jardín- dijo con mirada triste. La verdad me dolía verle así, pero no se porque seguí el consejo de Maddy, Laura y Lexi. Seguro por los nervios. Asentí y fui al jardín, donde estaba Brit jugando con una pelota. Al verme corrió a mí. Sonreí y me senté en el suelo junto a ella.

-Hola bonita- dije acariciando su suave pelaje-. Soy una estúpida, ¿Sabes?

Era ridículo, pero hablar con Brit era confortable. Así estuve un buen rato, contándole mis penas. Se hizo la hora de comer y entré a casa, junto a la perrita. Liam estaba cocinando. Me acerqué por detrás y miré lo que hacía por encima de su hombro. No me di cuenta, se giró y chocó conmigo. Nos miramos estallando a carcajadas.

-Perdón, no quería asustarte- dije riendo.

-No importa. ¿Tienes hambre?- asentí-. ¿Me ayudas a poner la mesa? La comida estará enseguida.

Entre los dos pusimos la mesa y cinco minutos después, la comida estaba lista. Estuvimos charlando y riendo, olvidando por completo el tema del beso.

*Narra Laura*

Después del numerito de Jenna, volvió un poco más calmada y nos fuimos a ver la tele. Cuando era casi la hora de comer, sonó el móbil de Maddy. Nos enseñó la pantalla, era Gwen.

-¡Hola Gwen!- saludó. Soltó una risita-. Estan conmigo, ahora pongo el altavoz- apretó un botón y puso el móbil en medio de todas-. Ya está.

-Hola Coco- dijo Jenna desanimada.

-¿Qué pasa, bonita?- le preguntó Gwen.

-Nada cariño, Louis- contestó con un suspiro.

-Luego me cuentas, Piña- rió.

-Oye, ¿Qué querías decirnos?- interrumpí.

-¿Recordáis que os dije, que cuando tuviese mi primer beso, os lo diría?

-Si- contestó Lexi. Nos miramos entre nosotras esperando su respuesta.

-Fue hace nada, con Liam.

Empezamos a gritar como locas de lo contentas que estabamos. ¡Su primer beso con Liam! ¡Qué mona!

-Gweeeeeeeen, ¿De verdad?- gritó Jenna, que parecía haberse olvidado de su problema con Lou.

-Si, ni yo misma me lo creo. A sido; mágico- rió.

-¿Y luego qué ha pasado?- preguntó Maddy.

-Me he puesto nerviosa y me he ido- suspiró.

-¿Y Liam?- preguntó Lexi.

-Bueno, creo que se ha quedado un poco desconcertado porque ni se ha movido.

-¿Quién a dado el primer paso?- vale, soy un poquito directa.

-Yo- dijo y volvimos a gritar. No nos podíamos creer que la tímida de Gwen hubiese dado el primer paso.

-Que mona- dijo Jenna sonriente. Las demás asentimos de acuerdo con lo que dijo.

-Gracias... Supongo. Pero ahora no se como le miraré a la cara- Lexi le interrumpió.

-Pues con los ojos, Coco listo.

-¡Lexi cállate!- le gritamos Maddy, Jenna y yo a la vez. Puso los ojos en blanco.

-No importa chicas- rió.

-Yo de ti volvería a casa y intentaría a toda costa evitar el tema- dije.

-No lo se, Laura. Liam me gusta de verdad, ¿Y si le hago daño?

-Gwen, de momento intenta evitar el tema. Que te conocemos y sabemos que la cagarás si dices algo, entonces, si le harás daño- dijo Maddy.

-Vaya, Maddy, muchas gracias- dijo irónica. Jenna negó con la cabeza con el ceño fruncido.

-No hagas caso a estas tres idiotas. Yo confio en tí, Gwen. Haz lo que te diga el corazón- Jenna sonrió dulcemente. La fulminamos con la mirada por llamarnos idiotas. Aunque un poco si que lo éramos. El consejo de Jenna era mucho mejor y seguramente Liam no saldría herido.

-Bueno chicas, nos vemos esta noche- nos lanzó cuatro besos y entre risas de las cinco, colgó. Al momento volvió a sonar el móbil de Maddy.

-¿Qué quieres?- contestó de mala manera. Seguro era Harry-. Ya te he dicho que no te voy a perdonar.

-Pero te mueres por perdonarlo- susurró Lexi. Jenna y yo asentimos con la cabeza, divertidas.

-Adiós- colgó y tiró el móbil al otro lado del sofá. Volvió a sonar, Maddy nos dijo que lo ignorásemos. Sonó hasta más de quince veces, así que lo cogí yo. Nada más ponérmelo en la oreja, Harry dijo:

-Maddy porfavor, perdóname. Te quiero, ¿Vale? Creo que me he enamorado, estoy locamente enamorado de tí- paró cuando me escuchó reír-. ¿Qué es gracioso?

-Que no soy Madison, soy Laura.

-Jooooooooooooo Laura, por una vez que no me da miedo decírselo- se quejó. Me levanté del sofá e hice una señal a las chicas de que iba a la cocina. Entré cerrando la puerta.

-A ver, Hazza, no seas miedica. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

-¿Que me mande a freir espárragos? Y mira que a mí no me gustan.

-Que tonto eres- reí.

-Maddy me lo suele decir- suspiró triste. Me mordí el labio suavemente.

-Mira, solo te diré que tienes que perder el miedo y decírselo. Seguramente no te mandará a freir espárragos. Por cierto, a mí tampoco me gustan- logré sacarle una risita.

-¿Puedo confiar en tí?

-Si- sonreí-. Oyeeeee, ¿Está Niall?

-Está aquí dando guerra porque quiere hablar contigo.

-Pásamelo, por faaaa- dije con voz de niña pequeña, que siempre utilizaba cuando quería conseguir algo.

-Bueno, vale, me has convencido- dijo y sonreí-. ¡Tú no, Niall!- ahora reí.

-¿Nialler?- pregunté.

-Hoooooooola Lau- saludó el irlandés.

-Hola- sonreí.

-¿Cómo estás?

-Bueno, por tu culpa muy cansada. Está tarde cuando me veas y no notes nada diferente, será para pegarte.

-¿Qué? ¿Cómo que algo diferente?

-Ya lo verás. Y no te comas el coco pensando, que te conozco. Se ve muy fácilmente.

-No me voy a comer a Gwen pensando, pobrecita- me reí a carcajadas-. Y sabes que no soy muy bueno para adivinar cosas.

-Lo adivinarás, te lo aseguro.

-Ya verás que no- rió-. Harry déjame, ahora estoy hablando yo.

-¿Qué pasa Niall?- pregunté.

-¡Cállate!- interrumpió y molesta colgé. ¿Cómo me mandaba a callar? ¿Y de esa manera tan desagradable? Sin duda esta noche no le pienso dirigir la palabra. ¿Me manda a callar? Pues yo me callo.

*Narra Niall*

-Bueno, por tu culpa muy cansada. Está tarde cuando me veas y no notes nada diferente, será para pegarte.

-¿Qué? ¿Cómo que algo diferente?- ya me estaba poniendo nervioso. Si no le encuentro nada, que es lo más probable, se enfadará seguro.

-Ya lo verás. Y no te comas el coco pensando, que te conozco. Se ve muy fácilmente.

-No me voy a comer a Gwen pensando, pobrecita- se rió a carcajadas-. Y sabes que no soy muy bueno para adivinar cosas.

-Lo adivinarás, te lo aseguro.

-Ya verás que no- reí.

-Vamos Niall, acaba ya. Es mi móbil- dijo Harry a mi lado.

-Harry déjame, ahora estoy hablando yo.

-¡Pero es mi móbil!- se quejó gritando.

-¡Cállate!- le contesté de mala manera. Yo solo quiero hablar con mi novia, ¿Qué tiene de malo? Volví mi atención al móbil y no escuchaba nada, bueno si, solo unos pitidos molestos que indicaban que había colgado. Volví a llamar pero me mandó al buzón de voz. Lo intenté hasta tres veces pero siempre hacía lo mismo. ¿Qué le ha pasado? Ai no. Habrá escuchado lo que le dije a Harry y se pensaría que era para ella. Muy bién Niall, solo llevas con ella dos días y ya la has cagado.

*Narra Lexi*

Laura volvió y se sentó a mi lado, totalmente molesta. Le iba a preguntar qué le pasaba, pero sonó el móbil de Maddy (otra vez). Laura lo tenía en las manos. Mandó la llamada al buzón de voz, y así tres veces más.

-Em... Lau, ¿Qué pasa?- pregunté. Me miró y se tiró a mis brazos, como hizo Jenna esta mañana. Nos lo contó rápidamente.

-Pero Laura, si antes estaba hablando con el estúpido, lo más probable es que se lo dijese a él- razonó Maddy con tono obvio.

-¿Qué estúpido?- preguntó Jenna.

-Harry- murmuró molesta.

-Te mueres por él, y él por tí.

-Que no, Lexi. Él no me gusta y yo a él tampoco. Así de simple. ¿Si no por que crees que siempre me está molestando?

-Los que se pelean se desean- canté-. Te lo dije una vez, no me importa volver a repetírtelo. No es problema- sonreí pícara.

-Ahora mismo vosotras estáis peleando. ¿Éso cuenta?- rió Laura, un poco más animada. Miré a Maddy y de broma hice que me daban arcadas.

-No te pases Greenwood- amenazó con el dedo.

-¿Sabes? Tu dedo da mucho miedo. Mira, tiemblo- reí irónica. Me enseñó el dedo corazón, a la vez que sacaba la lengua.

-Bueno chicas, ya basta- interrumpió Laura-. Tengo hambre, ¿Pedimos pizza?

Nos logró sacar una carcajada a todas.


***

A éso de las cinco nos fuimos todas a arreglarnos. Yo ya tenía preparado el vestido desde ayer por la noche (se lo robé a Jenna mientras no miraba), y aunque era un poco 'estilo princesita', no se me ocurre otra manera de llamarlo, me gustó. Las otras parecían histéricas corriendo por toda la casa buscando la ropa 'ideal', como lo había llamado Jenna.

-¡Lexi! ¿Me dejas unos tacones rojos?- gritó Laura detrás de mi puerta.

-¿Los de la boda de mi tía?- grité como ella.

-¡Siiiiii, porfavor!

Los busqué dentro del armario, estaban dentro de una caja. La cogí, abrí la puerta y se la tiré a los brazos. Me sonrió agradecida y volví a cerrar la puerta. Caminé hasta mi cama y me agaché, allí estaban los tacones. Que cogí prestados de la habitación de Laura. Lo se, cojo muchas cosas prestadas. Me los puse y al levantarme me tambaleé un poco. Caminé hasta mi joyero y saqué un brazalete de leopardo, regalo de mi hermana. Me maquillé un poquito. Rímel, pintalabios y raya de ojos. Ya estaba lista.


-¿Ya estáis?- grité abriendo la puerta.

-Caaaaasi- dijo Jenna saliendo de su habitación y entrando a la de Laura como un rayo. Al rato salió Maddy de la suya. Iba guapísima. Se paró delante mío e hizo una vuelta sobre si misma.

-¿Te gusta?- preguntó sonriente.



-Mucho. Por cierto, ¿Tienes baberos?- me miró esperando una respuesta-. Porque a Harry se le va a caer la baba.

Se ruborizó un poco, pero negó con la cabeza y se puso seria.

-Maddy, dime la verdad. ¿Te gusta? Te juro que puedes confiar en mí.

-Bueno, ¿Me lo juras de verdad?- asentí-. Si, me gusta- sonrió totalmente sonrojada. Le pellizqué una mejilla.

-Ni que fueras Gwen hablando con Liam- comenté de su sonrojo. Soltamos una risita divertida.

-Buena comparación.

-¿Qué os parece?- dijo Laura saliendo de su habitación. También estaba guapísima. El rojo le quedaba muy bién.



-Me encanta tu collar- dijo Maddy cogiéndolo. La puerta de la habitación de Laura se abrió. De allí salió Jenna, que iba preciosa.



-Aunque digas que estás enfadada con Louis, se que te has puesto así de guapa por él, y no mientas.

-No voy a mentir Lexi; si, es por él- sonrió pícara. Escuchamos el timbre de casa sonar y bajé yo, ya que las otras tres no querían ver a ninguno de ellos. De Maddy y Laura lo entiendo, ¿Pero Jenna? Louis no estaba allí. Abrí la puerta y delante de mis ojos se encontraba Zayn, embobado mirándome. Le pasé una mano por la cara, pero no reaccionaba. Chasqueé los dedos y tampoco. Solo me quedaba una cosa por hacer. Me acerqué y le besé rápidamente en los labios. Sacudió la cabeza para volver en si.

-¿Ya estas mejor?- le pregunté riendo.

-Perdón, no se que me ha dado- me miró otra vez, sonriendo tímidamente-. Estás preciosa.

-¿Tú crees?- me miré. Me acercó a él con los brazos en mi cintura, le susurré:-. El vestido es de Jenna, pero no se lo digas que de momento no se ha dado cuenta.

-Pues creo que te queda mejor a tí. Aunque a Jenna no se lo he visto puesto, pero tu hazme caso.

-Claro chico malo- le iba a besar pero me interrumpió la bozina del coche que estaba detrás de nosotros. La ventanilla se bajó y vimos a Niall.

-¿Os falta mucho?- preguntó. Las chicas bajaron al momento que preguntó éso. Salimos y nos montamos en el coche, que conducía Harry. Durante el viaje a la estación de trenes, los únicos que hablábamos éramos Jenna, Zayn y yo. Los otros cuatro completamente callados.

*Narra Gwen*



Llegamos al local donde celebraríamos la fiesta de Louis. Liam sacó unas llaves de la chaqueta de su traje y abrió la puerta. Entramos ya que fuera hacía un poquito de frío.

-Parece que somos los primeros en llegar- comentó riendo.

-Pues si- hice una pequeña pausa-. Tengo hambre.

-¿Qué?- preguntó riendo.

-No he merendado, y tengo hambre. Lo se, suena un poco infantil, pero así soy yo- sonreí cerrando los ojos.

-Oye Gwen.

-Dime- seguro y quiere hablar del tema del beso. Por favor, no. Por favor, no.

-De lo de esta mañana, del b- la puerta se abrió, interrumpiéndolo. Por dentro agradecí de corazón a esa persona.

-Te dije que la puerta estaba abierta, Zayn- entró Lexi riendo, detrás de ella iban los otros-. Hola tontitos- saludó sonriente. Le saqué la lengua.

-¿Solo estáis vosotros?- preguntó Niall entrando y cerrando la puerta, ya que era el último.

-Harry, ¿Enviaste las invitaciones?- le preguntó Zayn.

-Pues claro que las en... Mierda. Estan en mi mesita de noche- se mordió el labio ante las asesinantes miradas de todos-. ¿Lo siento?- susurró.

-Mueres- amenazó Zayn.

*Narra Louis*

Después de la insistente suplica de Lottie y Fizzie, acepté ir a dar un paseo. Me quedé con la ropa que llevaba y salimos. Andamos durante una media hora y nos paramos delante de una puerta. Miré a mis hermanas esperando una respuesta, pero no decían nada. La curiosidad me mataba por saber por que me habían traido aquí. Abrí la puerta.

-¡Sorpresa!- gritaron Jenna, Maddy, Laura, Lexi, Gwen y los chicos. Estaban todos alrededor de una tarta que decía mi nombre, con una figurita que creo que era yo. Mitad yo, mitad Power Ranger. Los chicos corrieron a abrazarme, y les acepté todavía un poco en shock. Entonces miré a Jenna que hablaba con Gwen, sonriente, y me acordé de esta mañana. Me pegué en la frente con la palma de la mano por haber sido tan estúpido. Me acerqué para hablar con ella.

-Felicidades Lou- me abrazó Gwen. Le di un beso en la frente y le di las gracias.

-Jenna, ¿Podemos hablar?- le pregunté y negó con la cabeza sin decir ni una sola palabra. Agarró a Gwen del brazo y se fueron junto a Lexi y Zayn. Tendría que rogar mucho, lo se.

*Narra Madison*

Después de la aparición de Louis, y las felicitaciones de todos, nos quedamos sin hacer nada. No había venido ni el DJ. Por suerte la tarta llegó a tiempo. Louis nos preguntó si era una fiesta privada o algo, porque solo estábamos nosotros, así que me tocó explicarlo a mí. Me daba un poco de pena Harry, que estaba con la cabeza agachada y mirada triste. Quizás he sido un poco dura con él.

-Oye Zayn, ¿A tí no te llaman DJ Malik? Pues ya sabes que hacer- dijo Lexi empujándolo hacia la mesa del DJ.

-Pero te quedas conmigo- Lexi asintió.

-Zaaaaaayn, pon la canción Shine Ya Light de Rita Ora- le suplicó Gwen. Asintió y puso la canción. Me acerqué a Harry y le cogí del brazo para llevarlo a fuera y poder hablar. Antes cogimos las chaquetas. Una vez fuera, no sabía que decirle. Metí las manos en los bolsillos de la chaqueta. Hacia frío.

-Em... Harry- susurré. Levantó su mirada y por un momento me perdí en sus ojos.

-D-dime- susurró de vuelta.

-Perdóname.

-No tengo que perdonarte nada Maddy.

-Si tienes, me he portado mal contigo. Y aunque hay veces que si has sido un poco estúpido, no tenía porque enfadarme tanto. Nadie es perfecto.

-En todo caso eres tú la que me tienes que perdonar- acarició mi mejilla. Cerré los ojos por el frío tacto.

-Te perdono Hazza- noté como besó mi frente y sonreí al instante. Saqué las manos de los bolsillos para poder rodear con mis brazos su cuello, y abrazarle fuertemente. Podría ser un estúpido, pero aún así le quería.

*Narra Laura*

En todo momento intenté ignorar a Niall, aunque era difícil. Una parte de mí decía que Maddy tenía razón, que quizás se lo decía a Harry. Y la parte irracional de mí decía que era un idiota, que me lo decía a mí pero sin saber por que motivo. Yo quería creer que se lo decía a Harry, pero no podía. Era extraño.

-Laaaaaura- Jenna agitó las manos delante de mí. Reaccioné y la miré-. Hasta que vuelves.

-¿Qué pasa?

-Vamos a la discoteca- informó Lexi al lado de Zayn. Gwen estaba de brazos cruzados.

-Yo no quiero ir- refunfuñó.

-Te lo pasarás bién Coco, lo prometemos- habló Zayn abrazando a su novia.

-¿Vienes Lau?- preguntó Jenna sonriente. No me quedaba otra que decir que si.

-Si- le devolví la sonrisa. Salimos fuera y allí estaban Harry y Maddy abrazados. Lo raro es que no se estaban peleando. Noté como alguien me agarró del brazo e hizo que girara. Me encontré con unos bonitos ojos azules mirándome tristemente.

-Laura porfavor, quiero hablar contigo- intentó sonreír pero le salió una mueca. Otra vez una parte de mí decía que si, pero la otra decía que no. Estaba completamente segura que lo mejor sería hablarlo, pero de nuevo esa parte irracional me decía que le ignorase otra vez. Hice lo que me dijo el corazón.

-Está bién, habla- soné más fría de lo que quería.

-Te juro que se lo había dicho a Harry. Nunca te diría algo así Laura, no soy tan estúpido como para tratar a una chica de esta manera.

Mordí mi labio suavemente. ¿Por que esa parte irracional no quería creerle?

-Te demostraré que se lo decía a Harry- se fue junto a él.

Vamos Laura, te está diciendo la verdad. Tienes que creerle.

-Oye Laura- habló Harry, estaba delante mío-. Niall dice la verdad, me lo decía a mí. No es por nada, pero es que quería mi móbil y solo le estaba molestando un poquito. Pero muy poco, ¿Eh? Venga Lau, Niall te quiere mucho, no le hagas sufrir más.

Al final la parte irracional perdió. Me acerqué a Niall y le di un dulce beso en los labios, como muestra de que le perdono. Aunque no había nada que perdonarle, solo había sido un mal entendido.

*Narra escritora*

Todos juntos emprendieron camino a una discoteca que les dijo Louis. Lexi y Zayn iban por delante. Les seguían Louis y Harry, detrás Niall y Laura, Maddy y Jenna, y por último Gwen y Liam. Éste último no podía dejar de pensar en el beso de esta mañana. No podía comprender por que Gwen siempre evitaba el tema. ¿Qué tenía de malo? ¿O a caso quería olvidarlo? Sin duda, él nunca lo olvidaría, e intentaría hablar con ella.

Por otro lado, Jenna, no podía dejar de mirar a Louis, que iba por delante de ella. Se moría de ganas de perdonarlo, besarlo y a saber que más. Porque como le había dicho Maddy, él no sabía lo de la sorpresa, así que no tenía la culpa de querer dormir. Pero al menos podría haber sido un poco más delicado. En su cabeza había un gran lio.

-Aquí es- indicó Louis mirándolos a todos. Gwen cerró los ojos, respiró profundamente y entró. Odiaba las discotecas y nunca en su vida había bebido alcohol. ¿Por que había aceptado ir? Ni ella misma lo sabía.

La música estaba altísima. Sonaba Candy de Robbie Williams y una gran masa de gente se movía a su ritmo. Gwen y Liam fueron a la barra.

-¿Qué me pido?- le preguntó a Liam.

El camarero que tenían delante escuchó lo que dijo Gwen.

-¿Te apetece una Piña Colada?

Gwen no escuchó muy bién lo que dijo, pero le pareció que había dicho algo sobre piña, y a ella el zumo de piña le encanta, así que asintió con la cabeza. Liam de momento no pidió nada, pero solo quería acompañar a Gwen. El camarero le trajo la bebida a Gwen, que le dio las gracias. Liam se miró la bebida detenidamente.

-¿Qué te has pedido?

-No se qué de piña- sonrió. Se encogió de hombros y la guió hasta donde estaban sus amigos, sentados en unas butacas. Gwen probó su bebida. Al principio le pareció demasiado dulce, y notó un poco de coco. Pero le encantó. Al rato Lexi y Zayn se levantaron y se metieron entre la multitud a bailar. Les siguieron Niall y Laura, totalmente acaramelados.

*Narra Jenna*

Louis me cogió del brazo y me obligó a salir a fuera. Intenté zafarme de su agarro, pero me cogía fuertemente y me hacía daño, pero no quise decirle nada. Salimos y por fin me soltó. Me llevé la mano al brazo. Tenía una marca roja. Le miré de mala manera.

-Jenna, por favor, perdóname- suplicó cogiendo mis manos.

-No- dije secamente. Puso sus manos en mis mejillas e hizo que le mirara fijamente a los ojos.

-Mírame a los ojos y dime que nunca más me vas a hablar.

-Solo dije una semana, no seas llorica- escupí.

-No soy llorica Jenna, pero te quiero mucho y no me gusta verte enfadada conmigo.

-Lo podías haber pensado mejor esta mañana, señorito- sonreí irónica.

-Venga ya, que no tenía ni idea de la sorpresa. Y además, tú dijiste que no me hablarías en una semana y no nos veríamos en una semana y poco más. Bueno, sin contar ésto.

-Pero L...- me interrumpió.

-Pero nada. Jenna, estaba medio dormido. Y cuando lo estoy normalmente hago y digo tonterías. Sabes de sobras que te quiero muchísimo y me encanta hablar contigo.

-Yo también te quiero muchísimo- le abracé. Lo sabía, no aguantaría mucho enfadada. Aunque tampoco lo estaba demasiado.

*Narra Gwen*

Volví por tercera vez a la barra. El camarero, que se llamaba Timmy, me dió lo mismo de antes. El zumo raro de piña con coco. Todavía no me había aprendido el nombre. Lo único que importaba era que estaba delicioso. Me lo entregó y antes de que me fuese me paró.

-¿No crees que ya has bebido demasiado?- le ignoré y seguí mi camino. Me senté en mi butaca, al lado de Liam y Maddy, y di un gran sorbo a mi bebida. Deliciosa.

-¿Gwen?- miré a Liam. Me acerqué a él.

-D-dime- no se por que pero me costaba un poco hablar.

-Madre mía, ¿Qué has tomado Gwen?- preguntó alarmado. Logró sacarme una gran carcajada, aunque no fue muy difícil. Había estado todo el rato riendo por cualquier tontería.

-Ésto- le di mi vaso. Se acercó a él y parecía que lo quería probar, así que se lo quité-. Oye, si quieres uno te lo pides.

-Solo estaba oliendo, y me parece que lleva ron, Gwen.

-Im-po-si-ble- reí. Era divertido hablar separando las sílabas.

-¿Estás segura que solo era zumo?- arqueó una ceja.

-No lo se, Li. Solo escuché piña y me encaaaaaaanta el zumo de piña. ¿Y sabes? También lleva un poco de mí. Quiero decir que lleva coco. Pero como soy un coco, pues éso- reí. La cabeza empezó a darme vueltas y me la agarré con una mano.

-¿Estás bién?

-Me duele la cabeza y me da vueltas.

-Creo que es hora de volver a casa.

-¡No!- levanté mi cabeza de golpe y logré marearme más. No le di importancia y me levanté- Voy a bailar- grité guiñándole el ojo.



*Narra Liam*

Esta chica quiere volverme loco. Avisé a Maddy y Harry que nos íbamos y fui a buscar a Gwen. La encontré rápidamente, estaba caminando hacia Laura y Niall con paso lento. La agarré de la cintura y la llevé a fuera, después de coger su chaqueta y la mía.

-¿Qué haces?- me gritó, y empezó a reír. Le di la chaqueta y se la puso.

-Nos vamos a casa, Gwen.

-No quiero ir, no quiero ir- se quejó haciendo un puchero. Iba a entrar otra vez pero la sujeté del brazo. Se giró bruscamente-. Auuu, mi cabeza- susurró cerrando fuertemente los ojos.

-Vámonos- susurré.

-Vale, pero me llevas a caballito- pidió riendo. Puse los ojos en blanco, pero le dije que si-. Gracias- subió a mi espalda. Durante el camino a la estación de trenes, que tampoco estaba muy lejos, Gwen iba hablando como loca, riendo y lanzando piropos a todos los chicos que veíamos. Alguno que le hizo caso y se acercó, le fulminé con la mirada y se fue. Quizás si estoy un poco celoso.

***

Ya en Wolverhampton de camino a casa, Gwen volvió a subir a mi espalda, pero a los pocos minutos se durmió. Llegamos y como pude abrí la puerta. La subí hasta su cuarto, la tumbé en la cama y le quité los tacones. Fui al armario a buscar una manta.

-No, espera, ven- susurró. Me giré y la vi como la había dejado, pero con un ojo abierto y el otro cerrado. Me acerqué mientras ella se sentaba.

-¿Qué quieres?- susurré. Me miró y de repente me besó. Cerré los ojos para poder disfrutar mejor de ese dulce tacto. Pero estaba mal, ella estaba ebria y sería como aprovecharme de ella. La empujé suavemente aunque en realidad no quería separarme nunca de esos adictivos labios. Me miró triste.

-¿No me quieres?- hizo un mohín. Negé con la cabeza y le acaricié la cabeza, que callese en sueño, pero ella misma luchaba contra sus párpados.

-Duerme Gwen.

-No, no quiero. ¿Y sabes? Yo se que tu a mí en realidad me quieres, te escuché hablar con Brit esta mañana.

-¿Cómo?- pregunté nervioso. ¿Me había escuchado? Creo que voy a morir de la vergüenza.

-Estaba despierta cuando entrásteis, pero me hice la dormida- se encogió de hombros, como el que no quiere la cosa.

-Oh- solo me salió decir éso. Ya tenía bastante por controlar mi terrible sonrojo y que se notara lo menos posible.

-Tengo sueeeeeeeeeeeño- canturreó-. Y me duele la cabeeeeeeeeeeeza. Me muero del sueeeeeeeeeeeño. Pero me quedaré despierta para seguir hablando cooooontigo- rió y echó los brazos por detrás de su cabeza. Que tierna, tiene sueño y se quedará despierta para hablar conmigo.

-¿Y de qué quieres hablar?- le pregunté rezando para que no volviese al tema de esta mañana.

-¿Por que siempre intentas sacar el tema del beso?- soltó, me miró y sonrió sonrojada. Aunque estaba ebria y ni ella misma sabía lo que decía, seguía siendo la misma Gwen de siempre. Seguro.

-Lo hablaremos cuando estes en mejores condiciones.

-¿A qué te refieres?

-A cuando no estes borracha, Coco listo- sonreí y ella rió divertida. Se palmeó la frente con la mano.

-Oye Liam, ¿Te gusta Oasis?- me preguntó.

-Si, desde pequeño. ¿Por?

-¿De verdad?- se incorporó de golpe y me miró con una gran sonrisa, asentí con la cabeza- ¡A mí también! Desde que era una mocosa.

-Pero si ahora también eres una mocosa- bromeé.

-No tanto como tú- contraatacó. Nos sacamos la lengua mutuamente y una gran carcajada salió de nuestras cuerdas vocales. Bostezé después de varios minutos de silencio mirando la nada. Me fijé en Gwen y la vi completamente dormida, de vez en cuando salían pequeños suspiros de su boca. Del armario saqué una manta y la tapé con cuidado, besé su frente y la miré fijamente. Después besé su nariz y bajé hasta la comisura de su labios.

-Buenas noches princesita- susurré y volví a besar su frente. La arropé bién y me fijé en la gran sonrisa que se había formado en sus labios. Yo también sonreí y me marché cerrando la puerta cuidadosamente.

Holaaaaaaaaaa!!♥ Aquí tenéis el capítulo 10;) (especialmente subido por el día de San Valentín) Cómo os ha ido el día? Alguna cartita de amor? Eeeeh? Eeeeeeeh? Ok, ya paro ajjaja. Bueno, igualmente que os guste mucho el capítulo y seguramente subiré el once dentro de poco (ya que ya lo tengo escrito). Besitooooooooos♥