sábado, 26 de enero de 2013

Capítulo 7.

Capítulo 7. Compras navideñas.

*Narra Lexi*

Desperté por la mañana con los preciosos ojos de Zayn mirándome. Nos sonreímos al instante, y me acerqué a darle un beso. Acarició mi mejilla. Bostezé y se rió.

-¿Hace cuánto estás despierto?- le pregunté cuando dejé de bostezar. Nos incorporamos y quedamos los dos sentados, uno al lado del otro.

-Cinco minutos- me dijo sonriendo. Enarqué una ceja y me miró riendo-. Está bién, hace un buen rato.

-Eres un mentirosillo- empezé a hacerle cosquillas. Se tumbó en la cama y quedé encima de él, sin parar los dos de reír. Besó fugazmente mis labios, provocando una risita tonta-. ¿Qué hora es, chico malo?

-Las once y media- contestó como si nada. Me levanté corriendo, aunque solo conseguí caer al suelo. Zayn, preocupado, se levantó para ayudarme, pero al verme reír, se rió conmigo.

-Que patosa soy, por favor- dije entre risas. Recogimos la cama entre los dos. Cogí ropa y me metí al baño para cambiarme. Volví y Zayn ya estaba cambiado, así que bajamos a tomar un pequeño desayuno.

-Por cierto, ¿Por que tanta prisa cuando te he dicho la hora, chica mala?- pasó un brazo por mi cintura.

-Gwen se iba prontito, tonto. No he podido despedirme.

-Yo si- se burló y le saqué la lengua. Llegamos a la cocina, donde estaban Harry, Maddy, Laura y Niall comiendo galletas en forma de hombre de jengibre. Las que siempre me cocinaba Laura para Navidad, y me encantaban. Así que fui corriendo a coger una, aunque había un montón. Le di un beso a Laura en la mejilla después de coger una.

-Gracias Lau- le dije y metí un trozo de galleta en mi boca. Zayn me la quitó y probó un poquito- ¡Oye! ¡Es mía!

-Anda, perdóname cielo- se acercó peligrosamente a mí, haciendo morritos. Me cogió de la cintura y cuando iba a besarme, corrí mi cara a un lado para recibir mi beso en la mejilla. Pero no se rindió, así que probó otra vez-. No seas mala.

-Soy tu chica mala- corregí divertida y en ese despiste me besó como solo él sabía hacer.

-Por cierto- carraspeó Maddy para captar nuestra atención-. Mañana me voy a Nottingham a visitar a mis padres. Volveré para fin de año, ¿alguna de vosotras estará?

Laura y yo negamos con la cabeza. Yo pasaría el fin de año con mi hermana y mis tíos en Harlow. Maddy resopló.

-Yo también estaré solo- refunfuñó Harry. Zayn y Niall sacaron una pequeña risita-. ¿Estarás conmigo, Mad?

-Pueeeeeeeeeeeeeeeees, vale. No me gusta quedarme solita, tengo miedo- susurró la última frase con una sonrisa inocente. Harry se acercó a ella y la abrazó.

-Laurita, pued...- empezé, pero Laura me interrumpió casi gritando.

-¡No me llames Laurita, que parezco pequeña!- sacó una risa a Niall, y ella intentó no reír.

-Pues; Laurota- sonreí juguetona. Nialler rió a carcajadas-. Ya no eres pequeña, suenas grandota.

Laura resopló molesta, cruzada de brazos.

-Está bién Lau, lo siento- refunfuñé-. ¿Puedo guardar algunas galletas? A mi hermana le encantan.

-Claro- se metió una galleta en la boca con una sonrisa. Mi hermana las adoraba.

-¿Y Boo Bear y la loca de la Piña? Antes se han ido y no me han dicho nada- preguntó Zayn sentándose en una silla. Dio unas palmadas en su regazo mirándome y me senté.

-En la boca del lobo- comentó Niall como si nada. Laura le pegó un pequeño golpe en el brazo conteniendo la risa. Él si rió y miró a Zayn-. De compras navideñas.

Sonreí. Eran las típicas compras navideñas de Jenna en las que se pasaba toda una mañana comprando cualquier cosa que encontraba. Daba igual lo que fuése, ella lo compraba. Por suerte Jenna tiene muy buen gusto. Así que las chicas no nos preocupábamos. Éso si, no la acompañábamos. Si no nos obligaba a cargar sus miles de bolsas. Pobre Louis. Lo que le tocaría sufrir.

Se escuchó un fuerte ruido, como de un cristal que cae al suelo. Y después un grito. Miramos a Maddy, la que había gritado. Se le había caído un vaso de cristal. Llevaba el móbil en las manos. Nos miró, estaba a punto de llorar. Laura y yo nos íbamos a acercar para abrazarla, pero Harry se nos adelantó. La estrechó entre sus brazos mientras Maddy derramaba algunas lágrimas.

-¿Qué te pasa Maddy?- le pregunté preocupada. Sacó su cabeza del pecho de Harry y me miró con ojos rojos ya en un mar de lágrimas.

-Mi primo- susurró-, ha terminado la carrera.

¡¿Qué?! ¿Y llora por ésto? Todos nos quedamos mirándola con cara de no entender nada. En verdad, la mayoría de las veces no entendíamos a Maddy.

-¿Y entonces por que lloras?- preguntó Laura con una mueca rara. Maddy sorbió por la nariz y la miró para contestar.


-Estoy feliz- soltó sin más. Niall sacó una gran carcajada de sus cuerdas vocales, Laura le dio una colleja a Maddy por el susto y Harry siguió abrazándola. Zayn me miró y negó divertido. Me volví a sentar en sus piernas. Apoyé mi cabeza en su hombro, y él acariciaba mi pelo.

-Eres toooooooooonta Maddy, que susto- le reprochó Lau con expresión neutra. Ni seria ni sonriendo-. ¿Y por que has gritado?

-Me he asustado cuando se ha caído el vaso- confesó con una pequeña sonrisilla inocente.

-Miedica- le dijo Harry pícaro. Maddy se separó de él y lo miró de arriba a abajo, para después levantar una ceja. Ella odiaba si alguien le decía miedica, aunque era la primera que se lo decía a sí misma.

-Retíralo- amenazó. Harry levantó, también, una ceja. Desafiándola. Otra cosa que odia Mad.

-¿Por que tendría que hacerlo?

-Lo haces a drede, ¿Verdad?- preguntó. Harry sacó una carcajada. Si, lo hacía a drede, pero ¿El qué?-. No se ni porque te lo dije, jupé.

-Porque no puedes vivir sin mí.

-¡Já!- gritó-. Eres un egocéntrico.

-Y tú una loca maniática.

-Estúpido.

-Inmadura.

-Crío.

-Pelirroja de bote.

Cada vez subían más el tono.

-Idiota.

-¿Pero queréis callaros de una vez?- explotó Laura con las manos en sus mejillas y los ojos en blanco.

-Los que se pelean se desean- cantamos Zayn y yo. Parece que me había leído la mente. Harry y Maddy nos pegaron una colleja a los dos, aunque solo consiguieron que sacáramos una carcajada.

Se escuchó la puerta de casa abrirse y cerrarse. De la puerta de la cocina apareció un Louis rojo como un tomate y envuelto en una bufanda navideña. Detrás no venía nuestra Piña.

-¿Y Jenna?- pregunté. De su boca salió una pequeña risilla maligna.

-Fuera- soltó de la nada. ¿Fuera? ¿Qué hace fuera? Me levanté y fui a la puerta a abrir. Ahí estaba Jenna, con la nariz y mejillas rojas y un montón de bolsas en las manos. Entró dándome las gracias. Dejó las bolsas en el suelo y salió disparada a la cocina, la seguí. La vi en la espalda de Louis con cara molesta (con una sonrisa, claro) y pegándole golpes.

-¡Eres un tonto Louis Tomlinson!- le gritaba-. ¡Estaba congelada de frío!

-Déjame que te caliente, pues- dijo pícaro. Jenna soltó un gruñido y volvió a pegarle. Se bajó de su espalda, se alisó la falda y nos miró a los otros con una sonrisa divertida.

-Perdón por no saludar. Hola- rió. Cogió una galleta de el bol y antes de metérsela en la boca, se la quité-. ¡Eh!

-Son para mi hermana, así que no se comen más galletas- expliqué guardando las galletas en un tupper. Jenna hizo un puchero. Así que le di un trozito de galleta-. Solo ésto, luego no digas que soy mala contigo, ¿Eh?

-Gracias- me abrazó.

-¿Ahora nos explicaréis que ha pasado?- intervino Laura con los brazos en jarra. Jenna soltó un suspiro y miró a Louis quien empezó a reír.

-Pues lo que pasa es que Jenna se quería aprovechar de mí, y yo solo me he vengado- explicó Lou resumidamente. Jenna le pegó una colleja.

-Eres tonto Boo Bear, yo no me estaba aprovechando de tí, ni mucho menos. Solo que una pobre chica indefensa como yo, necesitaba la ayuda de un chico alto, fuerte y guapo como tú, para cargar con las bolsas- sonrió divertida. Louis la abrazó y le dio un beso en la coronilla.

-Nunca cambiarás- sonrió. Jenna asintió riéndose.

-Oíd, ¿Cómo les estará yendo a Gwen y Liam?- pregunté. Nos miramos y encogimos los hombros. De nuestro Coco nos podíamos esperar de todo.

*Narra Gwen*

Nos levantamos cerca de las ocho y media de la mañana. Mientras yo hacía mi maleta, Liam preparaba el desayuno. Terminé y la llevé al salón junto a sus cosas. Me metí a la cocina, preparaba tostadas y zumo, estaba de espaldas y decidí darle un susto. Caminé de puntillas hacia él y cuando estaba por tocarle, se giró rápidamente. Me asusté y pegé un pequeño gritito con la mano en el corazón. Liam empezó a reirse de mi reacción.

-No te rías de mí- refunfuñé. Paró de reír y me dio un cálido abrazo. Me rodeó por la espalda, y yo a él por la cintura. Me besó la mejilla y nos separamos.

-Buenos días- escuchamos una voz masculina en la puerta de la cocina. Nos giramos y vimos a Laura y Niall cogidos de las manos con caras de dormidos. Los dos en pijama.

-Buenos días- contestamos Liam y yo a la vez. Li nos sirvió desayuno a cada uno.

-¿A qué hora os vais?- nos preguntó Laura rascándose el ojo derecho y después, bostezando.

-¿Ya tienes ganas de que me vaya?- pregunté haciéndome la indignada. Lau sonrió y negó con la cabeza.

-Solo era curiosidad, tonta. Si te quiero mucho.

-A mí más- aseguró Nialler asintiendo con la cabeza mientras untaba mantequilla en su tostada. Laura rió y también asintió.

-A él más- afirmó divertida. Naill le dio un beso en la mejilla y siguió con su trabajo de untar mantequilla.

-Bueeeeeeeeenos días- canturreó una voz de chica a nuestras espaldas. Nos giramos, y vimos a Jenna ya vestida. Una falda gris, un jersey de rallas, unas medias granates y unos botines. Le dimos los buenos días y seguimos con nuestro desayuno. Se sentó a mi lado y Liam le sirvió un par de tostadas. Ella se sirvió zumo en un vaso. Al cabo de unos minutos, Louis apareció y se sentó al lado de la Piña-. Lou- le llamó.

-Dime bonita- sonrió.

-¿Me acompañarías a ir de compras?

-Compras navideñas, ¿No?- preguntó Laura. Jenna rió por lo bajini y asinitió con la cabeza.

-Exacto. Ya toca ir a comprar, que ya son fechas. Y además, Lou se va mañana, me gustaría comprarle un regalo- Louis se lo pensó y después asintió no muy convencido. Lo que le esperaría.

-¿Ya estás, Gwen?- me preguntó Liam. Sonreí, me levanté y llevé mi plato y vaso al lavavajillas. Subí a mi cuarto, quité mi pijama y me puse un jersey del Mickey Mouse, unos tejanos y unas Converse rojas. Al bajar, ya estaba Zayn despierto y en pijama, pero no estaba Lexi. Estaría durmiendo. Nos despedimos de todos, y antes de salir por la puerta, oí a Laura gritar:

-¡Vamos a preparar galletas, Nialler!

Reí y cerré la puerta tras de mí. Liam cogió mis maletas y las dejó en el maletero del coche. Me senté en mi asiento, delante, y cuando Liam acabó de dejar las maletas detrás, subió.

-¿Sabías que es más rápido ir en tren?- pregunté mientras abrochaba mi cinturón.

-Lo se, pero quería pasar más tiempo contigo- dijo mirándome. Me sonrojé y evité su mirada.

***

-¿Por qué eres tan tierno?- pregunté de repente en medio de un silencio, para nada, incómodo. Llevábamos más de media hora en el coche. Y el viaje duraba dos horas y media.

-No lo soy- me contestó riendo. Negé con la cabeza y la apoyé en el cristal de mi ventana.

-Si lo eres, Li. Eres un chico tierno y dulce, aunque no quieras. Y no me extrañaría si alguna chica estuviera enamorada de tí- allí callé, hablé demasiado. ¿Y si ahora pensaba que me refería a mí? Si, lo estoy. Estoy enamorada de él. Al menos, él solo rió por mi comentario.

-Y te refieres a...- intentó adivinar con una graciosa cara. Pero quedé seria por un momento y con una sonrisa al final, respondí.

-Tienes a miles de directioners locas por tí, Li. No me sé los nombres.

En su rostro apareció una sonrisilla traviesa.

-Tu eres directioner, Coco listo. Lo dijiste.

Lo miré nerviosa, y por unos segundos me miró y rió. Negó con la cabeza y entendí que solo era un broma. Para él.

-Tranquila Gwen, te había entendido- me calmó. Sonreí cálidamente y tiré mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados. Bostezé. Escuché su risa y abrí un ojo para mirarle.

-¿Qué?- pregunté. Sonrió sin mirarme.

-Duerme un rato, te irá bién.

-No quiero dormir.

-¿Y esta mañana te quejabas de que tenías sueño?- preguntó riendo.

-Si duermo no disfruto de tu compañía, ¿No?- pregunté divertida. Sonrió ampliamente y me miró por el retrovisor.

-Gracias Gwen. Por todo.

-Gracias a tí, Li. Durante este tiempo te has convertido en alguien muy importante para mí, ¿Sabes?- confesé. Acarició mi mano.

-Y tú también eres importante para mí.

Nos sonreímos.


***

-Gwen, mira. Ya llegamos- señaló el cartel que daba bienvenida a Wolverhampton. Sonreí realmente emocionada de haber llegado por fin. Después de nuestras confesiones (que no llegaron a más), hablamos de cualquier tontería y finalmente si dormí. Por poco tiempo. Me desperté diez minutos antes de que viésemos el cartel.

Liam condució hasta su casa. Me ayudó a bajar y sacó las maletas del maletero. Entre los dos las llevamos a la entrada de su casa. Liam llamó a la puerta, pero nadie contestó. Sacó una llave de su bolsillo y abrió la puerta. De allí salió una bonita perrita moviendo el rabo la mar de feliz. Me agaché y empezé a acariciarla sin descanso. Era una perra preciosa.

-Se llama Brit- comentó Liam a nuestro lado, también agachado. Brit le lamió la mejilla, provocando nuestras risas. Cogimos las maletas y entramos, ya que empezaba a refrescar. Nada más entrar nos encontramos un montón de relleno de algo por el suelo, y después, una bota, o al menos, lo que quedaba de ella. Liam le dio una pequeña regañina a Brit, para después 'castigarla', sacándola fuera. Recogi el relleno y las botas y las dejé al lado de la ventana. Liam entró otra vez, con Brit, acariciándola.

-Vaya castigo más chulo. Solo ha durado diez segundos- comenté riendo. Rió conmigo.

-Es demasiado adorable para castigarla- confesó divertido. Negé con la cabeza-. Vamos, te enseño la casa.

Me llevó por cada rincón de la casa, explicándome anécdotas divertidas de cuando era pequeño. Llegamos a el que sería mi cuarto por estos días y dejó que me acomodara. Puse mi ropa dentro del armario que había y me metí a bañar. Después de unos diez minutos salí y me puse ropa más cómoda.

-¿Li?- pregunté mirando en el salón. No había ni rastro de él. Me acerqué cuidadosamente a un mueble lleno de fotos enmarcadas, y me fijé en una en especial. La cogí. Salía Liam de pequeño guiñando un ojo y sonriendo. Realmente tierno. Fijé mi mirada otra vez en las fotos y vi otra. Dejé la que tenía en mis manos y cogí ésa. Salía un pequeño Liam vestido con camisa de rallas y pantalones cortos blancos junto a quatro chicas y un bebé. Dos de esas chicas parecían sus hermanas, aunque nunca las había visto tenían cierto parecido en esa foto.










-¿Gwen?- escuché la voz de Liam. Me giré y lo vi pasar de largo sin mirar dentro del salón. Reí flojito. Vi como Brit entró al salón y se sentó a mi lado, la acaricié. Haciendo el menor ruido posible-. ¿Coco?- volvi a escuchar, y como no aguanté más, empezé a reirme a carcajadas. Rápidamente me escondí donde pude, y Brit me siguió. Liam entró al salón, pero no me veía, estaba de espaldas. Salí de puntillas y salté sobre su espalda. No sé lo que hizo, pero acabamos los dos en el suelo, con Brit encima mordiéndonos, jugando.

Nos levantamos con dolor de tripa de tanto reír y fuimos a la cocina, la comida se estaba haciendo.

-¿Te gustan los macarrones, no?- me preguntó inocentemente, poniendo los cubiertos en una mesa para dos. Le ayudé con los vasos.

-Obvio. ¿De verdad preguntas éso?- pregunté yo, burlona.

-Obvio- contestó divertido. Le saqué la lengua y reímos.

-No te burles, pero tengo ganas de cantar- me sonrojé. Pellizcó una de mis mejillas y le aparté la mano de un manotazo y riendo. Él rió conmigo.

-Pues canta.

-¿Cantas conmigo, Li?- pregunté. Me miró y sonrió.

-¿They don't know about us?- asentí medio sonriendo. Me había enamorado de esa canción, y Liam lo sabía perfectamente. Esta mañana, durante el viaje, de casualidad la escuchamos en la radio y me encantó. No sé porque todavía no la había escuchado.

-People say we shouldn't be tog- fuimos interrumpidos por el teléfono de Liam. Gruñí molesta y él, riendo, fue al salón a contestar. Quité los macarrones del fuego y los serví en los dos platos encima de la mesa. Liam volvió y nos sentamos a comer sus deliciosos macarrones.

-Era mi madre- dijo refiriéndose a la llamada-. Resulta que estan en casa de mis tíos y se le había olvidado comentármelo- reímos-. Volveran a éso de las quatro.

-Perfecto- susurré encantada. Me hacía ilusión conocer a su familia, ya que iba a pasar la Navidad con ellos. Iba mirando mi plato, y cuando levante la vista, pillé a Liam mirándome con una tierna sonrisa en sus labios. Nos sonrojamos, y le correspondí la sonrisa.

4 comentarios:

  1. Awwwww, Qu tierno!!! Ay mi Liam q no se atreve a decirle nada a mi querida Gwen.....pero la vida tiene reloj no??? Jajaja iguala lo antes posible
    One Kiss

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    1. Muchas graciaaaaaaaaaaaas!♥
      Tiempo al tiempo;) Jajajaj
      Besoooos!♥

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  2. ¿Cómo puede ser Liam tan adorable por dios? akjsbjahdbhjsbfvjhfb
    Me encanta.
    SIGUIENTE <3

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