Capítulo 13. Unforgettable.
*Narra Lexi*Jenna volvió de la cocina de la mano de Louis, y en la otra mano la carta que había dejado Gwen en la nevera; la carta que habíamos leído mil y una veces. La miramos nerviosas, a saber que diría. ¿Estaría enfadada con Gwen?
-Supongo que ya la has leído- Laura señaló con el dedo la carta, y volvió la mirada a los ojos de Jenna.
-Si- sonrió débilmente-. Perdón por las bromas que os gastamos y que creo que ya sabéis- levantó la carta, haciéndonos reír.
-No importa, prometo no hacer mi venjanza ¿Vale?- dijo Madison con una sonrisa inocente.
-Vale- contestó una Jenna un poco más animada-. ¿Cuándo se fue Gwen?
-Hace una semana exacta- respondí. Suspiró.
-No importa- susurró para si misma, pero al menos creo que Louis y yo la escuchamos. Lou la agarró por la cintura y le besó la mejilla suavemente.
-¿Aceptarías ir con Mr. Carrots a dar una vuelta y que Mr. Carrots te compre un rico helado?- le propuso.
-Acepto encantadísima- le sonrió para después depositar un dulce beso en sus labios. Que se interrumpió por el sonido del timbre de la puerta. Todos fijaron la mirada en mí.
-Ya voy, ya voy- refunfuñé-. Siempre tengo que ir yo; vagos, que sois unos vagos.
Al menos conseguí que sacaran una risotada. Abrí la puerta y como un rayo entró mi chico malo, cerrando la puerta a la vez. Me miró, me besó rápidamente y fijó la mirada por la mirilla de la puerta.
-Zayn, cariño, ¿Qué demonios haces?- reprimí una risita. Me miró otra vez, todavía enganchado a la puerta.
-Harry me quiere matar- soltó.
-¿Por que?
-Porque le corté un rizo esta mañana, y cuando veníamos se ha dado cuenta. Como el conducía no me ha podido hacer nada, por éso cuando estaba aparcando he saltado del coche y he llamado al timbre. Por cierto, has tardado un poquitín. Por poco me alcanza.
-Te lo habrías merecido- me encogí de hombros. Ahogó un grito.
-Que mala eres, ahora no te llevo a ningún lado- bromeó, aunque al principio me lo creí. Le delató la sonrisa que traía en su rostro. Lo abracé por detrás cuando volvió a mirar por la mirilla.
-¿No le piensas abrir?- pregunté.
-¡Claro que no!- gritó-. ¿Es que quieres ver a tu novio muerto en manos del chico de los rizos de chocolate?
-Claro que no- dije pegando mi rostro sonriente en su espalda.
-Bueno, como te has portado bién, esta tarde te invito a lo que quieras- se dio la vuelta y me cogió de la cintura. Llevé mis manos a su cuello.
-¿A lo que quiera?
-Si, a lo que quieras- contestó, ahora no muy seguro de sus palabras. Sonreí perversamente.
-Primero ábrele al pobre Harry que debe estar muerto del frío- se escondió detrás de mí.
-Pero protégeme- dijo en mi oído, en un suave susurro. Un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral. Abrí la puerta.
-¡Zayn yo te mato!- gritó nada más entrar. Le miró, que se escondía detrás de mí. Se iba a acercar pero lo miré de la manera más aterradora que pude. Retrocedió hasta pegarse un golpe con la pared.
-No te acerques a él o te corto yo todos los rizos- amenacé y como un niño pequeño asintió. Entró al salón lo más rápido que pudo esquivando mi mirada. Zayn agarró mi cintura y giré sobre mis talones para encontrarme cara a cara con su radiante sonrisa.
-Gracias por protegerme chica mala- sonrió-. Cualquiera diría, nos hemos cambiado los papeles.
-¿Los papeles?- reí.
-Normalmente, son los chicos los que protegen a las chicas de chicos psicópatas con la cabeza llena de rizos- explicó juntando nuestras frentes. Reí nuevamente y le robé un pequeño beso.
-Tampoco te acostumbres- susurré y volví a besarle.
*Narra Gwen*
No podía estar más aburrida. Mi padre dormía en el sofá que estaba a mi lado. Mi madre no se que hacía en la cocina pero ya me daba miedo. ¿No pensaría hacer una tarta, verdad? La última vez acabé en el hospital. Le salió asquerosa. Me tumbé en el sofá en el que estaba y saqué mi móbil del bolsillo de los tejanos. Llamé a Liam.
-Gwen, te hecho de menos- dijo nada más descolgó (no fueron más de tres segundos).
-Y yo a tí, Li. Me aburro muchísimo. ¿Qué me cuentas?
-Que Jenna y Louis han llegado hoy, o llegaran más tarde. Zayn le ha cortado un rizo a Harry, pero él no se ha dado cuenta y me ha pedido que no se lo diga. Niall creo que se ha ido a preparar una cosa para Laura, vete a saber el qué. Y yo estoy en casa, aburrido. ¿Tú que cuentas, Coco?
-No tantas cosas como tú- reí-. No conozco a nadie. Mi padre duerme y mi madre está cocinando. Me da miedo, porque creo que está cocinando un pastel, y la última vez acabé en el hospital.
-¿De verdad?- preguntó. Seguramente tendría los ojos abiertos como platos.
-De verdad- aseguré. Llamaron al timbre y mi madre fue a atender. Me hizo unas señas para que fuese con ella-. Te tengo que colgar Liam, mi madre me llama. Un beso.
-Otro para tí Gwen, en la noche hablamos- colgué, guardé de nuevo mi móbil y me levanté a ver que quería. En la puerta habían tres chicas. Las tres eran rubias. La primera llevaba un gracioso gorro que parecía una mofeta y tenía los ojos de un color azul verdoso. La segunda tenía el pelo un poco más corto que la primera, los ojos azules y llevaba un gorrito de lana negro. La última sonreía de una manera muy tierna. Llevaba una trenza. Tenía los ojos marrones y vestía un jersey con un elefante. Me enamoré de ese jersey.
-Hola- me saludó la primera chica, con un gesto tímido.
-Hola- devolví el saludo, igual de tímida.
-¿Qué se os ofrece bonitas?- preguntó mi madre a las tres chicas, ya que creo que tenían un poco de vergüenza y no decíamos nada.
-¿Podemos hablar contigo?- me señaló la chica del medio. Mamá asintió y se fue de nuevo a la cocina.
-Verás, resulta que somos tus vecinas- dijo la chica de la trenza-. Yo vivo en la casa de la derecha, con mi prima Bianca. Y Katy vive en la casa del otro lado.
-Yo soy Bianca- dijo la primera chica, la del gorro de mofeta.
-Yo Katy- sonrió la chica del medio.
-Y yo Shirley- habló la chica de la trenza y me tendió la mano. La estreché.
-Me llamo Gwen- les sonreí dulcemente.
-¿Te apetece ir un rato con nosotras? Si no tienes nada más que hacer, claro- dijo Bianca.
-Estaba muy aburrida- reímos-. ¡Mamá me voy!- grité, cogí una chaqueta y sin que contestase salí con mis nuevas vecinas.
*Narra Madison*
-¡Gnomito, ayúdame!- gritó Hazza entrando al salón y tirándose encima de mí. Me aplasto por completo y no podía mover ni un solo músculo. Puso su cara en mi cuello, y me dio un escalofrío cuando noté su aliento.
-¿Gnomito?- preguntó un Louis divertido, con la traviesa de Jenna entre sus brazos.
-Shhhht- le mandó a callar Harry-. Es mi Gnomito.
Sonreí tiernamente.
-Y tu eres mi cabeza de escarola pero quítate de encima, que me aplastas- lo empujé con cuidado. Salió de encima, se sentó y cuando conseguí volverme a sentar me abrazó fuertemente, como si tuviese miedo-. Cabeza de escarola, ¿Qué pasa?
-Me da miedo Lexi- susurró, que solo lo escuché yo.
-A todos nos da miedo, pero la queremos igual- dije entre risas. Lexi y Zayn entraron al salón cogidos de las manos. Harry me apretó más el brazo que había enganchado al suyo. De repente Lexi se soltó de la mano de su novio y se llevó las manos a la cara, mirando a Zayn atentamente.
-Olvidé que mañana es tu cumpleaños- dijo nerviosa caminando fuera del salón-. Voy a comprarte un regalo- gritó en el pasillo. Se escuchó como subía las escaleras y más tarde las bajaba a toda prisa. Se acercó a Zayn, le besó y se marchó corriendo. Zayn tardó en reaccionar, pero cuando se dio cuenta salió detrás de ella. También corriendo. Alcanzamos a escuchar como gritaba:
-¡Espera Lexi, yo te llevo!
Y cuando la puerta se cerró empezamos a reír a carcajada limpia.
-Haber, explicadnos por que lo de gnomito- dijo Jenna con una ceja levantada. Harry y yo nos miramos para después, reír como un par de tontos. Hazza agarró el collar del gnomo (que no me lo había quitado desde que me lo regaló) y se lo enseñó.
-Por el collar que le re... Que Santa Claus le regaló.
Solté una risita irónica. Claro Hazza, Santa Claus...
-Sigo sin entender nada- reclamó Jenna.
-Pues que me recuerda a un gnomo, solo es éso- rió.
*Narra Lexi*
¡Pero que cabeza la mía! ¿Cómo había podido olvidar el cumpleaños de Zayn? Y encima es mañana. Si fuese Zayn, me pegaría.
-¡Leeeeeeexi! ¡Espera!- me giré al escuchar su bonita voz. Venía con la carita roja de tanto correr y la respiración agitada.
-Pero Zayn, no me acompañes que entonces tu regalo no será sorpresa- le regañé. Estiró sus brazos y me rodeó con ellos.
-No quiero que te vayas sola, yo te llevo a donde quieras- sonrió-. Te dije que hoy te invitaría a lo que quisieses.
-Es verdad- sonreí maliciosamente-. Primero me llevas al centro comercial, luego me invitarás a un café en el Starbucks y luego jugaremos en casa a la wii, delante de todos para que vean como pierdes delante de tu novia.
-Yo no pierdo, te dejo ganar- se cruzó de brazos y lo arrastré hasta su coche.
-Venga, vamos, que ya tengo pensado tu regalo- dije riendo. Me abrió la puerta del coche y le agradecí con un beso en los labios. Se subió y manejó hasta el centro comercial, donde compré su regalo, y nos compramos algún que otro capricho.
*Narra Gwen*
Después de caminar durante una hora o así, nos sentamos en unos bancos que habían en un parque cercano a nuestras casas, en el mismo barrio. Me terminé mi pastelito de chocolate y seguimos hablando de nuestras vidas. Estas tres chicas me habían caído genial. Solo hacía una hora que las conocía, pero era como si nos conociésemos de toda la vida. Me divertí mucho con ellas. En tan poco tiempo ya teníamos un montón de confianza.
Oímos unas risas bastante falsas al otro lado de la calle. Las cuatro nos giramos a ver que era. Tres chicas de nuestra edad, con pintas de chonis que venían hacia nosotras. Katy apretó los puños con rabia.
-Pero mirad quiénes son- rió la chica que iba por delante de las otras dos-. ¿Qué hay perdedoras?
-Nada que te importe, Jennette- escupió Bianca.
-¿Y tú quién eres?- me preguntó la tal Jennette-. Tu cara me suena un montón.
-¡Es Gwen Bennet!- chilló una chica morena de mechas claras-. ¡La novia de Liam Payne!
¿La novia? ¡Pero qué se inventan!
-¡Es verdad!- chilló la chica de pelo castaño recogido en un moño alto.
-No soy su novia- murmuré. Jennette me miró de arriba a abajo y sonrió irónicamente.
-No sé que es lo que Liam encuentra en tí, la verdad. Eres poca cosa- las otras dos rieron-. Como las chicas con las que te juntas.
Katy se iba a levantar, seguramente a partirle la cara a esa zorra, pero Bic y Shirley la agarraron a tiempo. Soltó un bufido molesto. Yo si que me levanté y me puse cara a cara con Jennette. Por suerte yo era más alta, así que sonreí victoriosa.
-No tienes derecho a meterte conmigo sin ni siquiera saber mi historia. No sabéis nada sobre nosotros, así que callad la boca.
Éso las dejó un poco en shock. Volví a mi sitio e intenté ignorarlas, pero volvieron a hablar.
-Si que sabemos, lo hemos leído por Internet- dijo la morena moviendo las pestañas.
-¿Así que sabes leer, Camille?- preguntó Bianca, en tono burlón.
-Pues claro, no es tonta- atacó la castaña del moño alto.
-Pero tú si, Julie- contraatacó Katy, enfadada.
-Vámonos chicas, aquí huele a mierda- exclamó Jennette con indiferencia.
-Debes de ser tú- sonreí y por fin se fueron moviendo las caderas exageradamente. Miré a mis nuevas amigas, que me miraban con una sonrisa amplia en sus rostros.
-Te adoramos, Gwen- soltó Katy con una risilla.
-¿De verdad conoces a Liam?- preguntó Shirley un poco tímida. Asentí sonriente-. ¿Y eres su novia?
-No- reí-. Aunque ya me gustaría- musité despacio, pensando que no me iban a oír. Pero me escucharon perfectamente.
-Que mona- exclamó Bianca.
-Si claro, como un elefante- dije con sarcasmo.
-Y dale con los elefantes- bufó Katy-. En una hora Gwen, en una hora los has nombrado tres veces.
-Bueno, quizás estoy un poco obsesionada con ellos, ¿No crees?
-Lo hemos notado- comentó Bic.
-Da igual- reí-. ¿Alguna de vosotras me dirá quién demonios es Jennette?
-Una puta zorra- murmuró Katy con desdén.
-Una chica que nos hacía la vida imposible, por no ser como ella y sus clones.
-¿Y sólo a vosotras?- pregunté.
-Si, éramos las únicas que le replicábamos las cosas cuando hacía falta. Ninguna más se atrevía. ¿A quién le gustaría tener a la chica más popular del colegio en su contra? A nosotras nos daba igual, la verdad. Ella sólo es una chica más- aclaró Shirley.
-Y si ya habéis acabado el último curso, ¿Por que os sigue molestando?
-No lo sabemos, quizás porque no tiene nada mejor que hacer- sonrió Bianca-. Pero hoy contigo a sido impresionante. Nunca en su vida había acabado una pelea con ella perdiendo.
-Pues, me siento.. Guay- reímos.
*Narra Liam*
Ya lo tenía todo planeado. Si, la visitaría para San Valentín. Por mala suerte ese día tenemos ensayo para el Take Me Home Tour, pero me las arreglaré para que me perdonen al menos un día. Llamaré a Louis, él lo entenderá.
-¿Diga?- contestó el chico zanahoria por la otra línea.
-Lou, necesito un favor- dije tímido.
-Dispara; pero a mí no, que me harás daño- rió escandalosamente.
-Tontito- reí con él-. Verás, para San Valentín quiero ir a ver a Gwen a Manchester, pero como ese día tenemos ensayo, pue...
-Ve, a Paul no le importará que faltes un día. Y a nosotros por supuesto que tampoco- esbocé la sonrisa más grande que pude. Ellos si eran unos buenos amigos.
-Muuuuuchas gracias Boo Bear- escuché su risita-. ¿Puedes preguntar a las chicas cuál es su dirección? Me da vergüenza preguntárselo yo.
-¿Habéis oído chicas?- preguntó. ¿De qué habla este loco?
-Si- rió Jenna.
Mierda. El altavoz. Mataré a Louis.
-Que tierno eres Leeyum- escuché a Harry a lo lejos. No sólo eran las chicas, si no que también estaba el Rizos.
-Bueno, cuelgo chicos- escuché como decían a coro un no-. Adiooooos.
-Adios Liam- gritó Jenna y colgó. Ahora tendré que planear todo para cuando esté en Manchester. Vamos Liam, tú puedes.
*Narra Jenna*
-Adios Liam- grité y colgé. Le pasé el móbil a Louis y me levanté de golpe. Todos me miraban con cara rara. Bueno, sus caras normales.
-¿Qué pasa Jenna?- preguntó Boo Bear.
-Tengo antojo de helado, así que vamos ya o me pondré a gritar- amenacé. Se levantó riendo y me besó-. Aún así quiero mi helado. Pero tranquilo, no voy a gritar- le sonreí inocentemente.
-Venga vamos- sonrió feliz. Cogimos las chaquetas, dinero y yo cogí un gorro de lana para la cabeza, y fuimos en mi coche hasta la heladería más cercana. Me compró un helado de dos bolas, una de vainilla y la otra de Coco Loco (era coco con chocolate pero la dependienta nos dijo ese nombre). Él se compró una tarrina de helado de chocolate con sirope de caramelo. Nos fuimos a unas mesas que había dentro del establecimiento y empezamos a conversar de cualquier cosa. Riéndonos, mirándonos con sonrisas bobas y de vez en cuando, besándonos. No podía ser más feliz a su lado.
*Narra Madison*
Después de que Jenna y Louis se fueran, Laura y Niall se fueron a la cocina a preparar galletas o alguna cosa por el estilo, no los escuché muy bién. Me quedé a solas con Harry, sentado a mi lado, jugando con sus manos. Parecía que estaba pensando, pero no, sería demasiado difícil para él. Bueno va, que me prometí no ser tan mala con él.
-Y... ¿Qué tal?- preguntó Harry para romper el silencio, se le notaba nervioso. Estallé en sonoras carcajadas-. ¿De qué ríes Gnomito?
-De que hace rato que estás aquí y ahora me preguntas como estoy Escarola- al final, él también acabó riendo.
-¿Escarola, eh? Ahora verás- gritó lo último y se me tiró encima, haciéndome cosquillas.
-Para, para, paraaaaaaaaaa- grité entre risas-. Párate Harry, que no puedo respiraaaaaaar- volví a gritar como loca. Finalmente paró y me miró fijamente a los ojos, tan tiernamente que se me puso la piel de gallina.
-¿Quieres ver algo inolvidable?- me susurró. Asentí con una pequeña sonrisa. Y lo que pasó, sí, fue inolvidable.
Holitaaaaaaaaaas♥ ¿Cómo estais?:) ¿Qué tal la semana?
Bueno chicas, dos cosas:
Primera: Hoy me he puesto como loca a escribir para poder acabarlo y subirlo, ya que hoy(chananananáaaaan....) HA NEVADO EN BARCELONA!!!! Yeaaah soy muy feliz:) Pues eso, que lo he subido porque era feliz (okno.) :P Jjajaj
Y segunda: Os voy a presentar a Shirley, Bic y Katy:)
Shirley:
Bianca:
Y Katy:
Espero poder subir el próximo capítulo pronto, pero no prometo nada.
Besooooooooooooooos♥