martes, 19 de febrero de 2013

Capítulo 12.

Capítulo 12. Una llamada, un adiós.

*Narra Laura*

Llegé a Londres después del fin de año que pasé con mis primos en Cambridge. Era dos de enero, seguramente Lexi y Gwen ya estarían en casa. Maddy se había quedado allí con Harry, y por lo que me contó, lo pasaron muy bién. No es por ser mal pensada, no me quiero parecer a Gwen, pero cuando me lo dijo, ya me imaginé cosas. Estaba en medio de la estación de trenes, buscando a mi rubito irlandés. Me dijo que estaría a esta hora al final del todo. Decidí mandarle un mensaje, que no pude enviarle porque alguien me cogió por detrás.

*Narra Lexi*

Aquí estábamos, Maddy, Gwen y yo, sentadas en el sofá escuchando todo lo que nos contaba Gwen. Me apetecía muchísimo dormir. Que este Coco charlatán no callaba ni debajo del agua. Creo que Maddy estaba igual que yo, pero lo disimulaba mejor.

-... Y fue muy gracioso- rió Gwen, seguramente recordando lo que nos acabaría por contar ahora-. Que cuando estabamos comiendo las uvas, que les expliqué lo de la tradición española de comer las 12 uvas y les gustó la idea, pues, no me enteré que empezaron hasta que ya iban por la quinta y empecé a tragarlas todas de golpe. Me atraganté y se las escupí todas a Liam. No me reí tanto en mi vida. Bueno, si, esa vez que a Lexi se le cayó un bote de mostaza encima del trabajo del profesor de música, o esa vez que Maddy llegó a clase con la mitad del pelo azul. Fue la mejor broma que gasté en mi vida, suerte que me ayudó Jenna- Maddy la interrumpió, un poco molesta.

-¿Fuistéis vosotras?

-Si, lo siento por no decirlo, pero sabes que siempre acabo diciendo las cosas tarde o temprano- rió, con esa risita de niña pequeña.

-No sabes lo mal que lo pasé intentando decirle a mi madre una excusa convincente- se cruzó de brazos y sopló un mechon de pelo que caía por su frente.

-Y lo de la mostaza fue culpa tuya, Coco listo- le recordé, intentando no cerrar mis ojos.

-Bueeeno, fue sin querer. Jenna me empujó y se me cayó.

-¿Me parece a mí o siempre que pasa algo malo estáis vosotras dos metidas en medio?- preguntó Madison y asentí en total acuerdo con ella.

-Lo de tu pelo no fue tan malo, Frederic te pidió salir.

-Lo se, pero el pobre chico era feo.

-A Lexi le gustaba- abrí los ojos de golpe, ya que se habían cerrado sin querer.

-¡No me gustaba! ¡Solo dije que era mono!- por suerte el timbre de casa interrumpió a Gwen antes de dijese alguna que otra tontería más. Me levanté a regañadientes ya que las otras dos no querían y abrí la puerta para encontrarme a mi chico malo junto a Liam y Harry. Besé a Zayn y abracé a los otros dos, que después de éso pasaron a ver a las chicas.

-¡Otra vez con gafas!- gritó Liam con una mano en la boca y la otra señalando a Gwen. Vale, este chico me parece que es muy raro.

-Te hacen más lista- sonrió Harry y Gwen enarcó una ceja-. No, no te estoy llamando tonta, aunque lo seas un poco.

Y se ganó una colleja de parte de Madison.

-¿Nada más llegar y ya la insultas? Pobrecita- rió Maddy finalmente. Liam se acercó a Gwen y la abrazó fuertemente, tanto que cayeron del sofá. Ni me preguntéis cómo.

-Bueno va, lo siento Coco listo.

La aludida miró a Harry desde el suelo y le sonrió.

-No pasa nada Hazza- ahora el que sonrió fue Harry-. Liam quítate, que me vibra el móbil.

-Alaaa, que cosas dices Coco marranote- dijo Liam levantándose. Le tendió la mano a Gwen para ayudarla a levantarse.

-No me gusta que esté con sonido, que me pego sustos. Y calla que me estan llamando- se puso el móbil en la oreja-. ¿Diga?

Se oyó un murmuro al otro lado de la línea y la cara de Gwen cambió por completo, casi que se puso pálida. Caminó hacia la cocina y Liam la siguió, cosa que Gwen no protestó. Cerró la puerta detrás de ellos. Nosotros nos miramos sin entender nada, y seguimos hablando un poco.

*Narra Gwen*

-¿Diga?- escuché un leve suspiró.

-Soy mamá, hija.

Vale, ésta no me la esperaba. Me puse seria de golpe, y seguramente blanca como la leche. La que vendría ahora con esta charla. Mejor que ellos no se enterasen, así que me fui a la cocina. Liam me siguió, pero no le dije nada, le tenía suficiente confianza y no me importaba si escuchaba. Cerré la puerta detrás de nosotros y hablé.

-Hola mamá- suspiré-. ¿A qué se debe tu llamada?

Liam, que estaba delante de mí, me cogió la mano y la besó suavemente. Le sonreí.

-Fue tu cumpleaños, y quería felicitarte.

-Bueno, éso mismo; fue mi cumpleaños- recalqué el fue-. No pasaría nada si llamases al día siguiente, o como mucho dos días después, ¿Pero sabes cuántos días han pasado? Once días mamá, Once días.

-Lo siento hija, ya sabes, el trabajo.

-Lo se, siempre es el trabajo. ¿Algo más?

-Con papá hemos pensado una cosa.

-¿El qué?

-Ahora mismo estamos viviendo en Manchester, y queremos que vengas a vivir con nosotros.

-Pero...- me interrumpió.

-Por favor Gwen, queremos estar contigo. Hace mucho que no nos vemos cielo, te extrañamos- ya no podía más, odiaba oír a mi madre tan triste.

-Bueno, mamá, creo que lo pensaré.

-Por favor Gwen- susurró. Cerré mis ojos al oír la voz temblorosa de mi madre. No, no podía dejarla así. Pero... ¿Y las chicas, los chicos y sobretodo, Liam? Tampoco quiero dejarles. Suspiré pesadamente.

-Está bién mamá, iré con vosotros- Liam me miraba confundido.

-¿De verdad? ¡Que alegría! Pasamos por tí en dos días, ¿Te parece bién?- preguntó, ahora más animada.

-Claro mamá, necesito tiempo para despedirme. Nos vemos, adiós- sin dejar que me contestase le colgé y tiré el móbil por la encimera de la cocina. Me tapé la cara con las manos, que enseguida se quitaron con la ayuda de Li. Liam me miraba todavía más confundido, y un poco triste.

-¿Tiempo para despedirte? ¿Qué ocurre, Gwen?- me acarició la mejilla, pero ni con éso pude sonreír.

-Me voy a Manchester, para no se cuánto tiempo. Me voy con mis padres, a vivir con ellos- sus ojos se aguaron, y una lágrima traviesa corrió por su mejilla. Me partía el alma verle así-. Liam, por favor, no llores.

-¿Cómo quieres que no llore, Gwen? Ya te dije que eras muy importante para mí. Si te vas no voy a poder, Gwen, no voy a poder- susurró lo último y me tiré a sus brazos, en un mar de lágrimas.

*Narra Laura*

Me giré a la velocidad de la luz y sin mirar a la cara de aquel chico, le pegé una bofetada y después, con la rodilla en sus partes. Cuando el chico ya estaba en el suelo muerto de dolor y vi esa melena rubia, me eché al suelo riendo, intentando tranquilizar a Niall.

-Lo siento- intenté decir, pero entré las muecas de dolor de Niall, que prácticamente daban risa y su incansable movimiento, casi no podía.

-¡Laura, ¿Pero tu me quieres matar?!- gritó, casi que aguantando una carcajada.

-Lo siento- le besé y pareció curarse al momento.

-Bueno, va, te perdono, pero porque eres tu, ¿Eh?- me dio otro beso y con mi ayuda se levantó del suelo. Cogimos mis maletas y esperamos a que pasara algun taxi.


***

Después de que Niall pagara al amable señor que nos trajo a casa (en realidad era un viejo asqueroso que había intentado ligar conmigo), abrí la puerta y justo en ese momento vi pasar a Liam y Gwen, los dos con lágrimas por las mejillas, hacia el salón. Gwen me miró y sonrió débilmente, corrí a abrazarla.

-Ven Lau, vamos al salón, hay algo que tengo que contaros- me cogió del brazo y con Liam y Niall detrás nuestro, llegamos delante de Maddy, Lexi, Zayn y Harry.

-¡Ei! Hola Lau. ¿Qué tal con tus primos?- preguntó Maddy, articulé un bién con los labios y miré a Gwen, esperando que hablase. Liam le pasó un brazo por los hombros y se medio abrazaron.

-Hay algo que tengo que contaros...- empezó por decir, Harry la interrumpió.

-Liam, ¿Estás embarazado?- los cuatro que estaban sentados se pusieron a reír por la bromita del señor Styles, pero viendo como habían salido Gwen y Liam de la cocina, tenía que ser algo serio. Se calmaron al ver que ninguno más reía.

-Me mudo chicos, a Manchester, con mis padres- soltó porfin, con la voz temblorosa. La abracé como pude, ya que todavía estaba el brazo de Liam por en medio. Y unas lágrimas traviesas corrieron por mis mejillas. ¿Se va? ¿Para siempre?

*Narra Madison*

-Me mudo chicos, a Manchester, con mis padres- dijo Gwen, y mi cara se desfiguró por completo. ¿Cómo que se iba? ¿Cuándo? ¿Por que? ¿Y nos dejaría aquí?

-¿Por que?- preguntó Lexi con los ojos aguados. No era muy habitual verla así. Finalmente me cayó una lágrima, una pequeña lágrima traicionera.

-Mis padres Lexi, con éso lo digo todo- susurró, envuelta en los brazos de Liam.

-Pero no te puedes ir Gwen- dije intentando controlar la próxima lágrima que caería de mis ojos.

-Lo siento, mucho. De verdad- sorbió por la nariz y continuó-. Tengo dos días para despedirme.

Vale, ésto ya era pasarse. ¿Solo dos días? Definitivamente, odio a sus padres.

-Ésto será demasiado para Jenna, ya sabes que te quiere muchísimo- comentó Laura, entre los brazos de Niall. Lau bajó la cabeza, Nialler le besó la coronilla.

-Lo se, y creo que se enfadará si no me despido de ella. Pero quedan muchos días para que vuelva a casa- sollozó-. No se que voy a hacer. Os voy a extrañar tanto.

-Tranquila Gwen, te llamaremos y si hace falta te visitaremos. No te preocupes, ¿Si? Siempre nos tendrás contigo, pase lo que pase- me impresioné con las palabras de Harry. Fue tan dulce al decirle éso a Gwen, dejando las bromas aparte. Me quedé mirándolo fijamente, hasta que volteó a verme, sonrió enseñando sus perfectos dientes. Mi sonrisa de estúpida se agrandó.

-Bueno, ahora basta de ésto- se secó las lágrimas y sonrió, aunque le salió una mueca rara que nos hizo reír, incluso a ella misma-. ¿Qué planes hay para hoy?

-¿Quedarnos en casa y ver una peli, así, en parejas?- propuso Lexi. Zayn asintió de acuerdo con su idea.

-Te recuerdo que aquí hay cuatro solteros..- Harry me interrumpió.

-Muy sexys- rió, junto a Gwen y Liam. Solo rodé mis ojos, ya volvía el Harry de las bromitas.

-Pero estáis perfectamente emparejados- Zayn chocó los cinco con su novia, completamente divertidos. Niall y Laura miraban atentos.

-¿Y éso quién lo dice? Yo no me veo un futuro con Harry- dijo Gwen con una cara entre divertida y de asco.

-Porque tu pegas más con Liam- gracias Lexi, tu mete cizaña.

-¿Qué película ponemos?- cambié radicalmente el tema, ya que podía ver como las mejillas de Gwen empezaban a tomar un color rojizo intenso.

-Phineas y Ferb a través de la segunda dimensión- dijo nuestro Coco lo más rápido que pudo.

-¡Nooo, ésa no!- gritaron Laura y Lexi. A mi ya me daba completamente igual.

-Yo la quiero ver- comentó Niall contento-. Nunca la he visto.

-Y yo tampoco, debe de ser divertida- añadió Hazza.

-Pues nosotras la hemos visto más de cincuenta veces, así que elegimos otra.

-Venga ya, Laura- se quejó Gwen-. Que levante la mano el que quiera ver mi peli- enseguida ella misma y Liam levantaron la mano. Zayn, Niall y Harry los imitaron. Para no quedarme atrás, también la levanté.

-Mayoría; así que vemos ésta- dijo Harry y Gwen fue a buscar su película dando saltitos. Volvió y la dejó sobre la mesa, se giró pensativa.

-¿Os puedo contar un chiste? Quizás es un poco malo...- dudó.

-Cuéntalo- instó Zayn.

-Es verde y vuela por la cocina, ¿Qué es?- se aguantó una sonrisilla divertida. Liam levantó las manos, en señal de que no lo sabía.

-No se- dijo Hazza pensando.

-Super lechuga- la sonrisilla que se estaba guardando salió. Todos los chicos, y nosotras, menos Zayn empezamos a reír a carcajadas. Si, era un poco malo, pero nos dio risa.


-No lo pillo- intervino Zayn. Volvimos a reír todavía más fuerte.

-Zayn, ¿De qué color son las lechugas?- preguntó Lexi, Zayn contestó que son de color verde-. Pues si es super lechuga, quiere decir que vuela.

-Pues éso no tiene sentido, las lechugas no vuelan- protestó.

-Es un chiste, cariño- Lexi le acarició la mejilla, intentando controlar su risa. Zayn refunfuñó algo más y se cruzó de brazos. Supongo que seguía sin entender el chiste.

-¡Vamos a poner la peli!- gritó Gwen, la puso y volvió al sofá. Mientras la ponía Zayn y Lexi fueron a buscar mantas. Así que me tapé con mi manta azul cielo y Harry se puso a mi lado, con otra manta, ésta morada. Niall y Laura compartieron una manta verde musgo, Zayn y Lexi otra de color naranja. Liam cogió la última que quedaba, de leopardo. Y como no habían más, Gwen la compartió con él, los dos con timidez.

*Narra Gwen*

Ésos dos últimos días con mis chicas, y por supuesto, también con los chicos, se pasaron volando. Cuando quise darme cuenta, quedaba solamente una hora para que llegasen mis padres. Todas mis cosas ya estaban en el salón, en mi cuarto solo quedó la cama y pocas cosas más; estaba segura que algún día volvería. Liam, Harry, Niall y Zayn habían venido a despedirse por última vez de mí. El pobre Li estaba que no podía aguantar las lágrimas. Ni yo tampoco. Cogí mi libreta y empecé a pasar las páginas, recordando cuando había hecho esos dibujos de las chicas. Cogí un boli, y cuando me paré en una hoja en blanco, escribí una nota de despedida, para Jenna. La arranqué y la pegé en la nevera. Pedí a las chicas que por favor no le dijeran nada sobre mí a Jenna hasta que viese la nota. Y que cuando la viese, por favor no me llamase, no me gustaría oírla llorar. Volví al salón, dejé la libreta y el boli en mi mochila y me senté junto a Liam en el sofá. Me abrazó con un brazo por la cintura. Mi cabeza se recostó sobre su hombro.

-¿Sabes qué, Gwen?- me llamó la atención Zayn. Le miré con una pequeña sonrisa-. Ya he pillado el chiste del otro día, el de la lechuga. Lexi me lo intentó explicar por más de media hora, hasta que lo entendí- todos sacamos una pequeña risa, no había ganas de reír demasiado. Nos quedamos hablando de cualquier cosa, para pasar el rato. El tiempo llegaba a su fin, hasta que sonó el timbre de casa. Me levanté con pesar, y con Liam a mi lado con un brazo por mi cintura; abrí la puerta. Delante mío, había una mujer de unos cincuenta y poco años, cutis perfecto, de pelo castaño tirando a rubio y unos ojos azules preciosos. Mi madre, mi querida madre. Nótese la ironia. Me abrazó, cosa que no correspondí. Me soltó y tuve que enseñar mis dientes en una mueca parecida a una sonrisa, para no decepcionarla.

-Que grande estás cariño- pellizcó una de mis mejillas, a la vez que miraba a Liam confundida-. ¿Quién es tu amigo, Gwen?- preguntó sonriente.

-Liam- dije seca. Li le plantó la mano a mi madre y ésta la estrechó, un poco más confusa que antes.

-Encantado- dijo, intentando parecer amable.

-Igualmente- volvió a sonreir y automáticamente se invitó ella misma a pasar. La miré incrédula y cuando estaba a punto de replicarle, Liam me tomó del brazo y me hizo pasar de nuevo para adentro. Mi madre estaba saludando a Lexi, Maddy y Laura, que tenian cara de pocos amigos.

-Mamá, ellos son Harry, Niall y Zayn- les fui señalando a cada uno. También saludaron a mi madre; bueno, en realidad fue ella la que los saludó, ya que ellos no hicieron ni un movimiento.

-¿Tienes ya tus maletas, cielo? Nos espera el taxi fuera- preguntó mi madre, con una sonrisa tierna.

-Me despido de ellos y voy, coge ya las maletas si quieres- asintió y cogió mis maletas, saliendo de la casa. Nada más oír la puerta cerrarse, ya tenía a mis tres chicas sobre mí, llorando. Nos abrazamos como nunca antes, intentando disfrutar del poco tiempo que ya quedaba. Ahora me preguntaba, ¿Por que diablos acepté? Dejaba atrás a toda la gente que me importaba, incluso a mi primer beso, Liam; y solo por unos malditos padres que durante todo un largo tiempo no se preocuparon de mí y ahora por un capricho quieren que me vaya a vivir con ellos. Como digo, la vida es injusta. Las chicas se separaron y otros tres chicos más se tiraron encima de mí, los tres llorando, también. Mis lágrimas ya se acumulaban en mis ojos, pero no, no querían salir. Uno a uno se fueron separando, dejándome ver la imagen de Liam llorando en silencio, mirándome con infinita tristeza en los ojos. Las primeras lágrimas bajaron de mis ojos, empapando mis mejillas. De las pocas fuerzas que me quedaban, corrí la poca distancia que había entre nosotros y me tiré a sus brazos, sollozando. Me cogió fuertemente de la cintura, como si así me pudiese quedar de por vida con él. Le agarré del cuello, con mi cabeza en su pecho, dejando mis lágrimas en su camiseta. Después de no se cuánto tiempo, me separé de él lentamente, dejándome ver sus preciosos ojos negados de lágrimas. Ni me lo pensé dos veces y le di un beso casi en la comisura de los labios. Me miraba con los ojos abiertos como platos, y una pequeña sonrisilla. Se lo debía, por querer evitar a toda costa el tema de nuestro beso. Cogí la única maleta que quedaba y mi mochila, me despedí por última vez de los demás con un fuertísimo abrazo y salí con Liam a fuera. Allí estaban ellos dos, con unas sonrisas que daban ganas de quitárselas con una bofetada. Bueno no, que son mis padres al fin y al cabo. Mi padre cogió mi maleta después de darme un beso en la mejilla y mirar a Liam de abajo a arriba, incomodándole.

-¿Lo tienes todo?- asentí. Me giré para mirar a Liam.

-Te extrañaré- susurré.

-Y yo a tí. ¿Prometes llamarme cuándo llegues? O al menos, cuando puedas- susurró de vuelta. Nos abrazamos una vez más y me metí al taxi. Se metieron mis padres y el conductor empezó a manejar. Miré por la ventanilla. Allí, el chico al que quería de verdad, haciéndose cada vez más pequeño, con una lágrima cayendo por su mejilla.

-Te quiero Liam- susurré para mí, cuando ya lo dejé de ver por completo. Enterré mi cabeza entre mis rodillas, y llorando en silencio me quedé dormida.

*Narra Jenna*

Intenté meter la llave en la cerradura, pero éso de llevar una maleta en una mano, una bolsa en la mano que llevas la llave y otra bolsa aguantándola con los dientes, no es normal. Y encima el tonto de Louis detrás mío mirándome y partiéndose el culo mientras lo intentaba. Me giré y se empezó a carcajear más que nunca.

-Para de reír, se un buen novio y ayúdame- grité, aguantando la fuerte carcajada que iba a salir en cualquier momento. Se acercó a mí, cogió la bolsa de mi boca y la otra que llevaba en mi mano-. Claro, gracias majo, pero me refería a que abrieses tú la puerta, ya que no llevas nada.

-Ahora si- me enseñó mis bolsas y gruñí como respuesta. Finalmente pude abrir la puerta, lanzando al aire un grito de victoria tan alto que creo que hasta lo escucharon en la otra punta del mundo. Lou entró conmigo.

-Hola señoritas- saludé a las chicas cuando entré al salón. Bueno, no a todas, Gwen no estaba-. ¿Y Gwen?

-Hola Jenna- saludó Laura-. No lo se.

¿Cómo que no lo sabe? La lista de Gwen siempre dice dónde va al menos a una persona.

-No importa, me muero de sed- dije dejando la maleta en el suelo y entrando en la cocina. Iba a por un vaso, pero una nota en la nevera me dejó a la mitad del camino. La cogí, ya que llevaba mi nombre en grandes letras de boli azul. Empecé a leerla.

Antes de nada, antes de que leas nada más, solo quiero decirte que te quiero un montón, que siempre fuiste una hermana para mí, aunque nunca te lo dije. Ahora lo sabes.

Y te pido porfavor que no me mates, te conozco. Te preguntarás dónde estoy, ¿Verdad? Estoy en Manchester, Jenna; y no, no son vacaciones. No tengo ni idea de cuánto tiempo estaré allá, ni de cuándo volveré. Vivo con mis padres. Si, por fin aparecieron. Mi madre me llamó once días después de mi cumpleaños y no me apetece mucho recordar la charla, pero acepté ir con ellos. Ya sabes, una de mis debilidades es la tristeza de mi madre (Y si, la otra es Liam). Quiero que esta carta no sea una despedida (Aunque técnicamente si lo sea, o puede que un hasta luego), quiero que sea una carta para recordar todos los momentos juntas. ¿Recuerdas cuando le pintamos medio pelo azul a Maddy? Fue nuestra primera broma, lo recuerdo muy bién. Y se me escapó el otro día, ya lo sabe. ¿Recuerdas cuando le rompimos el espejo a Lexi y culpamos a su hermana? Esa tarde no corrí más en mi vida, Joyce tiene mucha resistencia. ¿O cuando pegamos la manga de Laura a la mesa, en clase y luego no se podía levantar? Fue demasiado bueno para poder olvidarlo. ¿O cuando le pedimos a Frederic que le guiñara un ojo a Lexi y ésta se calló de su silla? Todavía le debemos dinero a Fred. ¿Y cuando Maddy llegó a casa con los pantalones blancos llenos de manchas moradas? La mejor clase de pintura. Supongo que algún día hará su venjanza, tal y como juró. Aunque fue sin querer, tú me empujaste y yo me caí con el bote de pintura morado en mis manos, que cayó accidentalmente sobre sus pantalones, ¿Verdad? ¿Y cuando le organizamos una cita a ciegas a Laura con el cochino de Anthony? Lo malo fue que nos obligó a hacerle los deberes durante todo un mes, la muy morruda. ¿Sabes a dónde quiero llegar? A que todo ésto solo lo he hecho contigo, Jen (Se que odias que te llame así, lo siento), y que no lo podía haber hecho con alguien más que no fueras tú. Eres la mejor chica que he conocido nunca, Louis tiene mucha suerte de estar contigo. Y como te haga algo malo, que sepa que tengo mis contactos y puedo hacerle la vida imposible. Y bueno Jenna, creo que ya es hora de acabar esta carta para recordar recuerdos - carta de despedida / hasta luego (¿Me ha quedado chulo, no?). Te quiero mucho, que lo sepas.

Gwen A. B.

Cuando acabé de leerla ya tenía las mejillas empapadas de lágrimas. Sentía rabia, mucha, y sobretodo odio hacia sus padres. Sentía tristeza. Sentía... Suena raro, pero un poco de felicidad. Por recordar todos esos buenos tiempos. Nuestras bromas, nunca las olvidé. Y lo que más rabia me daba, era que no había visto a Gwen desde el cumpleaños de Louis. Antes de que ella volviese de Wolverhampton, yo me fui a Oxford, a visitar mis abuelos. Mis padres eran los únicos que vivían en Londres, de nosotras cinco.

-¿Qué ocurre Jenna?- escuché la voz de Louis detrás mío. Me giré y al ver mis lágrimas me abrazó fuertemente. Luego le di la carta para que la leyese, y aunque sus caras al leerla me daban risa, no podía reír, no me salía. Me devolvió la carta, abrazándome con una ternura increible-. No sabía que fuéseis tan malas- me susurró en el oído, haciendo que sonriese.

-Eran otros tiempos.

-Y quiero que sepas algo- me miró directamente a los ojos, con una sonrisita en los labios-. Nunca te voy a hacer algo malo, porque te quiero demasiado, y perderte sería como el fin del mundo- no aguanté y le besé con la más grande sonrisa en mis labios. Lo de Gwen me dolió, pero la conozco más que a nada y se de sobras que ella está más dolida que yo, o incluso Liam. Espero que algun día llame, estoy segura que ahora mismo ella no quiere que la llame. Aunque muero de ganas, esperaré. Tiempo al tiempo.

 
 
Holaaaa♥ Sólo quería decir una cosita. ¿Sabéis el gif en el que salen los chicos riendo (menos Zayn)? Ahí salen los cinco, pero en la historia representa que Louis no está, que está todavía en Doncaster. Bueno, sólo era decir éso. Supongo que subiré dentro de unos cuantos días, todavía no he acabado el capítulo 13 y a no ser de que queráis el capítulo muy corto tendréis que esperar, lo siento. Un besooooooo♥

4 comentarios:

  1. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. jo, que pena, he llorado con la carte, lo juro.
    No puede ser, yo quiero que vuelva, me ha destrozado Liam, pobrecito , quiero que vuelve Gwen y de una vez por todas esté con Liam, ¡He dicho! jajajaja

    ¡SIGUIENTE! <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oioioioiioioioiooioi, no lloreeees:(
      Algún día tendrá que volver, no? Ahí lo dejo, no digo nada más... Jjajajaj

      Graciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!:)
      Un besoooooo♥

      Eliminar