lunes, 15 de julio de 2013

Capítulo 30.

Capítulo 30. They Don't Know About Us.

*Narra Jenna*

Como Laura y Niall desaparecieron, empezamos a devorar toda la comida que había delante nuestro, mientras hablábamos de cosas sin sentido. Después de los tontos temas de conversación, llegaron Laura y Niall, y en parejas nos pusimos a cantar canciones. Primero nos tocó a Laura y a mí, que cantamos una del primer álbum de los chicos, What Makes You Beautiful. Luego cantaron Harry y Louis, también otra de ellos, I Want. Niall y Gwen se pusieron de acuerdo y cantaron Try Hard, de los chicos de 5 Seconds of Summer. Encima nos prometieron que nos los presentarían, pero sigo sin saber quienes son. Al menos Gwen sí lo sabía. Después de ellos, Liam y Zayn cantaron Change My Mind, otra canción de ellos de su segundo álbum. Y por último Madison y Lexi cantaron una de Avril Lavigne, Smile. Hicimos otra ronda pero cambiando las parejas. Ahora les tocó a Laura y Niall empezar, cantaron Mistletoe, de Justin Bieber. Les siguieron Lexi y Zayn, con Hall of Fame, de The Script. Maddy y Harry cantaron la canción que él había escrito para ella, Don't Let Me Go. ¿No he dicho nunca que son adorables? Lou y yo no nos decidíamos, pero al final acabamos cantando Heart Skips A Beat, de Olly Murs. Por último les tocó a Gwen y Liam, que cantaron They Don't Know About Us. Pude notar como los ojos de Gwen intentaban esconder las lágrimas, y creo ser la única que lo vio. Pero, ¿Por qué? Acabaron de cantar. Gwen se disculpó un momento para salir a tomar el aire, pero yo sabía que no era por eso. Cuando los presentes en el salón estaban los suficientemente distraídos, me escapé. Pasé por la cocina hasta llegar a la ventana corredera que daba al jardín, y desde allí dentro pude ver como Gwen lloraba sentada en el césped. Lentamente deslicé la ventana y poder salir. Me acerqué a ella. A pocos metros de distancia, se giró, pero no habían muestras de sorpresa en su rostro. Acabé la poca distancia, me agaché y la abracé con todas mis fuerzas. Empezó a sollozar en mi hombro. Acaricié su cabello en un intento para calmarla.

-¿Qué te ocurre, Gwen?- le dije dulcemente al separarnos. Se limpió los ojos con las manos, con una mueca triste.

-No se lo digas a nadie, por favor- iba a replicar, pero me interrumpió-. Ni a Liam- sí, había adivinado mis pensamientos. Suspiré y me senté a su lado.

-Está bien, te confiaré el secreto- hizo un amago de sonrisa, que acabó con una lágrima rodando por su mejilla izquierda-. ¿Qué pasa, Coco? No deberías estar triste en tu cumpleaños. ¿Recuerdas lo que me dijiste hace unos años?- asintió levemente-. Los cumpleaños solo son una celebración de un año más de tu existencia. Es algo para celebrar, demuestra que en un año más, no has dejado que nada te derrumbe, que has seguido con la cabeza bien alta pese a todos los problemas. Demuestra que con un año más, más fuerte te has hecho- cité todas las palabras que me dijo ese día-. Al principio pensé que estabas pirada- sacó una risita débil-. Pero supongo que luego ya te comprendí. Es que bueno, cariño, a la edad de doce años no venía una niña un año menor que yo y me decía esas cosas- sonreí junto a ella. Cogí su mano suavemente-. ¿Me explicas?- suspiró. Por suerte ya no lloraba.

-Verás- empezó a narrar-, esta mañana, mientras esperaba a que Liam se canviase de ropa, tuve la genial idea de meterme a Twitter- noté el toque de sarcasmo en su voz-, ya que hacía millones de años que lo había dejado abandonado. Miraba algunos tweets que me enviaban las Directioners, algunas dándome apoyo, otras odiándome. Pero tampoco les di demasiada importancia. Hasta que vi un tweet con un maldito hashtag con mi nombre. ¿Sabes lo peor? El nombre del hashtag recordaba lo que sufrí en la escuela, antes de conoceros a vosotras en la otra. El hashtag decía: Gwen asesina. Y lo peor de todo era que incluso la historia se había infiltrado por Internet. El hashtag era tendencia global. Todos lo tweets relacionados eran de lo peor, hasta me desearon la muerte. Lo que más me llamó la atención, fueron algunos tweets que decían que me querían lejos de Liam, porque estaban seguras de que podía matarlo- a estas alturas, mi boca estaba abierta a más no poder, con un nudo en la garganta al escuchar todo lo que contaba Gwen. Sus lágrimas solo demostraban todo el dolor acumulado-. Yo no puedo más, Jenna. Esto es demasiado para mí- se tiró a mis brazos, sollozando una vez más.

-Gwen, por favor, tú y yo, y mucha más gente sabemos que no lo eres. No te dejes vencer por eso. Cariño, eres una chica fuerte- acaricié su pelo lentamente-. No te alejes de Liam. ¡Por favor, Gwen! Sabes que nunca en tu vida has querido a nadie como quieres a Liam, y lo sé. Lo veo. Todos lo vemos.

-Lo mejor será estar alejada de él- murmuró dolida. Intenté convencerla de que no, pero había construido una especie de muro y era imposible atravesarlo. Estaba muy testaruda. Finalmente me cansé, y dejé que hiciese lo que ella creía que estaba bien. Aunque lógicamente no lo estaba. Volvimos dentro, donde nadie notó que Gwen había llorado. Niall y Laura ya no estaban, según dijeron, dormían. Como el año pasado, los chicos se quedaron a dormir. Poco a poco nos fuimos levantando, nos despedimos y cadauno fue a su cuarto.

*Narra Gwen*

Tener a Liam detrás de mí, abrazándome, mientras notaba su cálido aliento chocando contra mi cuello no ayudaba mucho, la verdad. Yo creía que lo correcto sería alejarme de él, terminar. Pero mi corazón no se ponía de acuerdo con mi cerebro. Pasé más de dos horas en vela, intentando pensar con claridad. Realmente, ¿Sería lo correcto? Sentí un espeluznante escalofrío al recordar ese siniestro tweet que me deseaba la muerte. Sacudí la cabeza para alejar los pensamientos. Giré lentamente para mirar a Liam a la cara. Dormía plácidamente. Acaricié su mejilla lentamente, y me sorprendí cuando una sonrisa se curvó en sus labios. ¿Estaba despierto? No, su cara seguía en contínua paz. Solté un amargo suspiro. Mañana hablaría con él. No creo poder esperar más. Y seguro que después lo de ir a Noruega ya no estará en pie. Pero da igual, aunque muera de ganas de ir. Finalmente conseguí que el sueño llegase a mí a eso de las tres de la mañana. Desperté al día siguiente cuando sentí unos dulces besos en mi mejilla. Abrí los ojos perezosamente. Liam me sonrió tiernamente. No, así no ayudas guapo. Después de una pequeña discusión para ver quién de los dos se bañaba primero, acabé ganando yo. Quince minutos más tarde, salí del baño ya vestida y con una toalla en la cabeza para el pelo todavía mojado. Liam lanzó al aire un chiste para burlarse sobre mi apariencia con la toalla, de que me parecía a Marge Simpson, pero no estaba con ánimos de reir. Busqué un par de toallas para él y se metió en el baño. Durante el tiempo que estuvo ahí dentro, que tampoco fue mucho, intenté pensar una buena manera de explicarle todo a Li, sin causar su enfado. No hacia mí, hacia todos los que me insultaron. Bueno, hacia mí y todos ellos. Todavía estaba la frase grabada en mi cabeza. Gwen asesina. Nunca pensé que dos palabras podrían herir tanto. Abrir heridas del pasado, que habían tardado lo suyo en cerrarse. Cuando los dos estuvimos listos bajamos a desayunar. Por suerte, no había nadie. Desayunamos en silencio. Creo que Liam ya notó que algo pasaba, pero seguía enseñándome su tierna sonrisa.




-Mh, Liam- llamé su atención mientras recogíamos todo lo que utilizamos. Giró la cabeza y me dedicó una sonrisita-. ¿Te importa si salimos un rato al jardín?- bajé la mirada, jugando con mis manos. Aceptó mi oferta. Nos sentamos en el césped con la espalda en la pared. Y para hacerlo todo un poco más fácil, evité el contacto físico con él.

-Te conozco Gwen, ¿Qué ocurre?- no Liam, por Dios, no sonrías. Tragué saliva fuertemente. Cerré los ojos un instante y los abrí, clavando la mirada en sus ojos.

-T-tenemos que terminar- susurré tartamudeando. Nunca pensé que sería tan difícil pronunciar eso. Aunque, yo nunca tuve novio, así que era la primera vez que lo decía. Liam me miró confundido, pero sabía que dentro suyo su corazón empezaba a romperse poco a poco. Y eso hacía que el mío se destruyese. Es lo mejor para los dos, pensé.

-¿Qué?- preguntó en otro susurro, casi inaudible. Los ojos se me aguaron. Me levanté del suelo y le eché una última mirada. Las lágrimas empezaron a caer sin control.

-Lo siento- murmuré y eché a correr hasta dentro de casa. Que lista eres Gwen, cortas con él y ni le dices por qué. Te aplaudo. Negué con la cabeza ante mis absurdos pensamientos. Me metí en el estudio. Seguro que allí nadie me buscaría. Cerré la puerta con cuidado de no ser descubierta. Desde allí dentro escuché el fuerte portazo que retumbó por toda la casa. Lo siento Liam.

*Narra Liam*

Llegué a casa después de lo que me pareció una eternidad. Intenté parecer fuerte, pero a quién engaño. Me dolió en lo más profundo de mi corazón. Aguanté las lágrimas durante todo el camino, pero ahora ya no podían parar de caer. Di un fuerte puñetazo a la pared, lastimándome la mano. No me importó en lo más absoluto. Vi la sangre caer por los nudillos. Me sorprendí ya que pensé que no le había dado tan fuerte. Fijé mi vista en la pared, y entonces vi la marca que había dejado. Recorrí el salón con la vista. Me detuve en una foto de Gwen, de hacia poco más de un año. La cogí entre mis manos, mientras más lágrimas surcaban mis ojos. El teléfono empezó a sonar en el amargo silencio de la casa. Corrí a cogerlo, con la esperanza de que fuese Gwen diciéndome que todo había sido una broma. Pero no, solo era Jenna. ¿Cómo sabía que estaba aquí?

-Liam, dime por favor que Gwen no lo ha hecho- suplicó. ¿Hacer el qué? Entonces comprendí de qué hablaba.

-Sí, sí lo ha hecho- contesté dolido.

-Vale, tengo que hablar contigo. Enseguida voy a tu casa- y sin dejarme decir nada más, me colgó. Esperé a Jenna por veinte minutos. Finalmente el timbre sonó y me levanté a abrir. La invité a pasar-. Perdón si he tardado, Louis estaba empeñado en acompañarme.

-¿Y por qué no le has dejado?- enarqué una ceja. Esos dos casi siempre andaban juntos.

-Porque lo que te voy a decir es serio, y cuando me escuches entendrás por qué- no dije nada más, así que ella empezó a hablar. Duranto los siguientes quince minutos, me contó todo lo que pasó ayer cuando ellas dos desaparecieron, y todo lo que Gwen le confesó. Mis puños cada vez se iban cerrando con más fuerza. No me lo podía creer. ¿Quién había sido tan cruel como para revelar su historia? Y en serio, las que le enviaron esos tweets, ¿Luego se hacen llamar nuestras fans? ¿Directioners? La furia me consumía, y me asusté de mí mismo. Nunca me había puesto así. Pero por culpa de todos los que estuvieron insultando y atormentando con el pasado de Gwen, habían provocado que la chica que más quería y que más había querido nunca me hubiese dejado. Eso era una cosa difícil de perdonar. Jenna se despidió de mí y quedé de nuevo solo. Antes de irse me dio los billetes de avión a Noruega, que según ella había encontrado abandonados y tirados en el salón de su casa. Supongo que la idea de pasar una semana allí con Gwen estaba más que cancelada. Y como no quería desaprobechar los billetes, invité a Andy a ir conmigo, hacía mucho que no lo veía. Además, todos tenían planes para Navidad menos él.

*Narra Laura*

Llegamos a Barcelona justo a la hora de comer. Mis padres nos pasaron a buscar y después de una divertida presentación (el inglés de mis padres era un poco malo), nos fuimos a casa a comer. Niall y yo moríamos de hambre. Por la tarde decidimos ir a darle una visita sorpresa a mi prima, Berta. Antes de salir disfracé a Niall para evitar poder ser descubierto. Le puse un gorro que le tapaba casi toda la cara, una bufanda enorme que cubría su boca y un abrigo que encontré en el armario de mis padres, que también era enorme. Cogimos el metro en la linea verde. Por suerte, a esa hora no había mucha gente. Niall iba maravillado con todo lo que veía. Su cara me causaba gracia, pero era demasiado tierno. Después de quince minutos, llegamos a nuestra parada y bajamos del metro. Caminamos sin prisa observando los adornos navideños que había por la calle. Pero de noche era todo más bonito. Nos paramos frente a un edificio y llamé al interfono, al piso de mis tíos.

-¿Sí? ¿Quién es?- preguntó mi tía, en español, claro está.

-¡Hola tía! Soy Laura- mi tía pegó un gritito causando nuestras risas.

-¡Laura cariño! ¡Qué sorpresa! Pasa, pasa- abrió la puerta. Subimos las escaleras hasta el tercer piso. Mi tía nos esperaba en la puerta con los brazos abiertos. Me abrazó fuertemente y cuando nos separamos fijó una mirada curiosa a mi acompañante-. ¿Quién es éste? Da miedo, ahí tan tapado- me susurró en el oído. Me eché a reir fuertemente. Ayudé a Niall a sacarse el abrigo, la bufanda y el gorro.

-Tía te presento a Niall, mi novio- mis mejillas ardían.

-Su cara me suena mucho- se rascó la barbilla, pensativa. Nialler nos miraba confundido, seguro a duras penas entendía la mitad de lo que decíamos.

-Te sonará de Berta, seguro- mi tía alzó un brazo.

-¡Ya me acuerdo! Del grupo ese que es tan fanática, ¿Cómo era? ¿Güan Daireccion?- dijo una cosa rara. Me reí a más no poder.

-¡One Direction!- exclamé divertida.

-¿Y tú de qué lo conoces?- preguntó pícara.

-Ya os contaré, ¿Está Berta?- mi tía nos hizo pasar. Cuando Niall iba a entrar mi tía lo pilló desprevenido y lo abrazó efusivamente.

-Ai, por fin la pequeña Laura encontró a su príncipe- comentó divertida. Soltó a mi novio y éste huyó a mi lado, un poco asustado-. ¿Quieres un poco de queso?- le preguntó amable. Le traducí a Nialler lo que le dijo.

-Sí, muchas gracias- intentó decir mi novio en español. Que tierno. Mi tía asintió con la cabeza y cerró la puerta detrás de nosotros.

-Berta está en su cuarto, ya sabes donde es Laura- me avisó, metiéndose en la cocina. Cogí a Nialler de la mano y lo arrastré hasta la habitación situada al fondo de un largo pasillo.

-Tu tía al principio asusta, pero es muy maja- me susurró en el oído, haciéndome reir levemente. Giré mi cara y besé su mejilla dulcemente.

-Eres un amor- ahora fue él el que se rió-. No te asustes, pero Berta tiene tendencia a decir gilipolleces cuando está nerviosa- reímos los dos juntos. Llamé a la puerta de Berta. Se oyó un fuerte pasa desde el otro lado, así que abrí la puerta lentamente. Mi prima estaba de espaldas a la puerta, mirando algo en su escritorio. Niall y yo nos miramos divertidos, y dejé que él se acercara a ella. Le tocó el hombro levemente.

-¿Qué quieres mam...- su boca se abrió en una perfecta O. Conté mentalmente hasta tres y Berta empezó a chillar dejándonos a nosotros dos sordos. Se tiró a los brazos de Niall efusivamente-. ¡Mi madre! ¡Eres Niall James Horan!- gritó en español, se aclaró la garganta-. ¡No me lo puedo creer! ¡Es un sueño!- me miró, con los ojos cristalizados-. ¿Pero qué hacéis aquí?

-Hemos venido a pasar las vacaciones de Navidad- me encogí de hombros-. Niall quería conocerte, le hablé de tí.

-¿Qué le hablaste de mí? ¿Me quería conocer?- chilló con una horrenda voz de pito. Se aclaró la garganta, riendo-. ¿Te he dicho alguna vez que eres la mejor prima del mundo?- me abrazó fuertemente. Besé su mejilla.

-Bien, os presento como tiene que ser- hablé en inglés para que al menos Niall entendiese algo-. Nialler, la loca es Berta- miré a mi prima-. Berta, el rubio es Niall.

Berta le tendió una mano temblorosa. Niall la rechazó, pero le dio dos besos en las mejillas y un abrazo. Hasta podía escuchar como el corazón de mi prima latía fuertemente contra su pecho. Y ahora era cuando sus estupideces salían de su boca.

-¡Voy a morir, mátame! Me ha besado, ¡Me ha besado! ME HA BE-SA-DO. ¡En la mejilla! Y me ha abrazado, ¡Un abrazo! Es un sueño, ¿Verdad? Ahora es cuando despierto y me pego una ostia contra el suelo, claro, siempre ocurre- se giró hacia Niall pícaramente-. ¡Bésame rubio irlandés! ¡Solo es un sueño!- cerró los ojos pero los volvió a abrir de golpe-. ¡No! Le serías infiel a mi prima, y aunque te quiera con todo mi corazón no le podrías hacer eso, ¡No! Cuidadín con ella, James- lo señaló con un dedo acusador. Tapé su boca con mi mano antes de que soltara más tonterías. Le expliqué a Niall, resumidamente, lo que había dicho y éste solo se tiró al suelo muerto de la risa-. ¿Y a éste que le pasa?- me quitó la mano de su boca para hablar.

-Déjalo, se le pasará enseguida- lo observamos durante unos minutos. Se calmó, se levantó y un poco avergonzado se puso a mi lado.

-Perdón- murmuró con las mejillas rojas. Berta le pellizcó una mejilla.

-Wow, eres real- murmuró. Reí divertida.

-Claro que es real, tonta- le pegué en el brazo. Mi tía entró con un plato lleno de queso y un poco de jamón. Niall atrapó un trozo al momento.

-Niall, ¿Puedo hacerme una foto contigo?- le preguntó mi prima en inglés. Nialler asintió sonriente. Berta buscó como loca su cámara, pero como no la encontraba, Niall sacó su teléfono y me lo dio.

-Ven aquí, Berta- Niall abrió sus brazos y ella, literalmente corrió hasta él. Les hice un par de fotos, Niall le firmó todo lo que Berta le decía, hablamos un poco y se nos hizo la hora de irnos.
 


*Narra Madison*

-Madison, ¿Estás bien?- Harry agarró mi mano antes de entrar en su casa. Nos paramos delante de ella.

-Si te digo que estoy bien, miento- intenté sonreir. Acarició mi mejilla con su mano libre.

-¿Qué te ocurre?

-Estoy muy nerviosa, Hazza. Nunca he conocido a los padres de mis novios- frunció el ceño ligeramente.

-¿De cuántos novios hablamos?- me preguntó, provocando que una fuerte carcajada saliera de mis labios.

-Tres, sin contarte a tí- rodeé su cuello con mis brazos. Colocó sus brazos por mi cintura.

-¿Soy el cuarto?- hizo un puchero. Mordí su labio inferior.

-Pero al que más quiero- besé sus labios dulcemente y cuando menos me lo esperaba la puerta se abrió. La suerte no está de tu parte, Maddy. Que vergüenza, madre mía... Me separé de Harry, sin parecer nerviosa y fijamos la vista en la puerta. Harry no dejaba de reir.

-Hola mamá- me soltó y abrazó a su madre. Mis mejillas se encendieron a más no poder. Encima nos ha pillado su madre-. Ella es Madison- me señaló, cuando se separaron. Volvió a mi lado. Besó mi sonrojada mejilla-. Maddy, ella es mi madre, Anne.
 


-Es un placer conocerte al fin, Madison- me abrazó fuertemente. Todo mi nerviosismo se fue por un instante. Bueno, al menos creo que le caigo bien.

-Lo mismo digo, señora Styles- sonrió.

-En realidad, ahora soy la señora Twist; pero cielo, llámame Anne- jo, que cagada. Mis mejillas volvieron a ponerse rojas.

-Está bien- sonreí.

-Venga, pasad. Debéis de estar cansados, ¿Queréis galletas? Gemma y yo las acabamos de hacer- eso me hizo recordar a Laura. Miré a Harry, quien también me estaba mirando. Rió, quizás él también pensaba en lo mismo.

-¡Harry!- gritó felizmente una chica de pelo rubio peinado en una trenza de lado. Abrazó fuertemente a Harry. La chica me sonaba. 

-¡Gemma!- exclamó Hazza, riendo. Sí, ella era su hermana. Se separaron y los dos fijaron su vista en mí-. Gemma, ella es Madison, mi novia- nos sonrojamos, provocando la risa a Gemma-. Maddy, mi hermana.

-Un placer Maddy- me abrazó tiernamente.

-Lo mismo digo- le sonreí, después del abrazo.

-¿Y Robin?- preguntó Harry hacia su madre, quitando las galletas del horno con cuidado.

-Está arriba, dijo que en un momento bajaba. ¿Por qué no váis vosotros dos- nos señaló a Harold y a mí-, y de paso le decís que ya están hechas las galletas?- asentimos.

-Vamos- cogió mi mano y tiró de ella ligeramente, para empezar a subir las escaleras. Nos detuvimos en la primera puerta. Harry picó con los nudillos un par de veces en ésta.

-Adelante- sonó al otro lado de ella. Abrimos la puerta-. ¡Harry!- exclamó un señor, sentado detrás de un gran escritorio. Se levantó para abrazar al aludido.

-Hola papá- sonrió Harold, divertido. El tal Robin, me miró divertido.

-¿Tu novia?- y otra vez, me sonrojé.

-Exacto- rió mientras asentía con la cabeza. Robin tendió su mano hacia mí y la agarré con timidez.

-Es un placer conocerte al fin, Madison. Harry siempre habla de tí- ahora fue él, el que se ruborizó.

-Lo mismo digo- reí al ver las mejillas sonrojadas de mi novio.

-Bueno, mamá dice que las galletas ya están hechas, ¿Vamos?- nos empujó levemente por la espalda y salimos del que parecía ser un estudio. Bajamos otra vez a la cocina. Ayudé a Gemma a llevar las galletas y unos cuantos refrescos hasta el salón. Nos sentamos en los sillones de éste.

-Y bien, Madison- habló Anne, probando su galleta-, cuéntanos de tí.

Durante un buen rato estuvieron haciéndome preguntas de todo tipo, hasta que Anne y Robin se tuvieron que ir a no sé dónde y nos quedamos Gemma, Harry y yo. Pusimos una película, la cual el único que la veía era Harold, ya que nosotras dos no dejábamos de hablar. Nos habíamos caído bien.

*Narra Lexi*

Después de despedirnos de toda la familia de Zayn, pusimos rumbo al aeropuerto. Allí tendría vía libre para elegir nuestro próximo destino. Pero todavía no tenía pensado ninguno. Quería ir a algún sitio especial. El problema era que no sabía a cual. Y por arte de magia, la respuesta vino a mi mente. Recordé lo que me contó mi madre hace años. Mi padre y ella, fueron de viaje de novios a Atenas. Allí fue donde mi padre le pidió matrimonio a mi madre. Bueno, no esperaba eso de Zayn, pero me gustaría visitar el lugar donde toda su historia empezó.

Llegamos al aeropuerto y en seguida, una gran masa de Directioners invadieron nuestro espacio vital. Cada vez eran más y más, y a la vez, cada ves estaba más lejos de Zayn. Estiró su mano, dramáticamente.

-¡No me dejes, Lexi! ¡Te quiero!- las chicas que estaban más cerca de nosotros rieron tontamente. Zayn intentó hacerse paso entre ellas, llegó hasta mí y me rescató de las estúpidas preguntas que me lanzaban algunas. ¿Quién me preguntaba que si dormía con los calzoncillos de Zayn? ¿Que si lo hacíamos con o sin preservativo? ¡La que me preguntó eso no debía tener más de trece años! ¡Pero qué cosas le enseñan a la pobre chica!

-¿A dónde váis?- preguntó una chica de más o menos diecisiete años. Era rubia con mechas naturales de color miel. Los ojos grandes y de un color verde grisáceo. Su sonrisa era cálida y tierna. Como me pareció buena chica (no como las otras que parecían histéricas perdidas), le respondí, acercándome un poco más a ella. Zayn también se acercó disimuladamente, mientras le firmaba la libreta a una chica.

-A Atenas- le sonreí. Zayn dejó de firmar un momento y me miró divertido.

-Muy bonito, yo ni me había enterado todavía y ya se lo estás contando al mundo- la chica y yo reímos.

-Te lo iba a decir, pero no he podido por ellas- señalé con disimulo a la masa de histéricas que nos rodeaban. Miré a la chica-. Sin ánimo de ofender.

-No, tranquila. A veces me asusto de algunas Directioners.

-¡Ya somos dos!- exclamé, divertida-. ¿Cómo te llamas, cielo?- Zayn nos interrumpió, mientras se hacía una foto con una chica.

-¡Oye! ¡A mí me llamas cielo!- sonrió para la foto.

-Cállate celoso y concéntrate, que saldrás feo en las fotos- le pegué de broma en el brazo. Escuché de fondo a una que decía: 'Nunca saldría feo, es hermoso'. Y bueno, no puedo estar más de acuerdo.

-Me llamo Sarah, y la verdad no te pregunto cómo te llamas porque todas las que estamos aquí lo sabemos- rió tímidamente. Alcé una ceja, divertida.

-¿De verdad?- me sorprendía eso. Era como... ¿Famosa? Bueno, medio famosa. Mi novio era el famoso. Reí internamente por lo estúpida que era.

-Sí, te llamas Lexi Helen Greenwood- sonrió orgullosa. Vaya, sí que estaban bien informadas.

Me quedé un rato más hablando con ella, mientras Zayn se hacía fotos y más fotos y de vez en cuando firmaba alguna libreta. Acabó con todas después de media hora, y por fin, nos pudimos ir.

-Un placer conocerte Sarah- me despedí de ella con un abrazo. Intercambiamos números de teléfono.

-Adiós Zayn- le dijo Sarah tímidamente. Éste rió y besó su mejilla.

-Adiós, ¿Sarah, no?- ella asintió-. Nos vemos.

Ahora sí, le expliqué a Zayn la razón por la que quería ir a Atenas. Me abrazó con delicadeza nada más terminar. Solté algunas lágrimas, pero no de tristeza. De felicidad al saber que estuviesen donde estuviesen mis padres, ellos estaban felices. Y en el fondo sabía que ellos me cuidaban.

*Narra Jenna*

No podía parar de dar vueltas por la habitación de Tommo. La llamada de Gwen me había dejado completamente confundida. Ese: 'Necesito cambiar de aires un tiempo. Tranquila, no será para siempre'; ¿A qué se refería? Como se le ocurra volver a Manchester la mato. No puede volver con sus padres. Después de lo que le hicieron. Gruñí levemente. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? Y encima me entero de que Liam se ha ido a Noruega. ¿Con Gwen? Nooooo, con un amigo. ¿No se podía haber quedado aquí e intentar arreglar todo con ella? Sabiendo que Liam es su debilidad, no podría haber resistido mucho. O eso creo.

-Jenna, cariño- Lou cogió mi brazo-. Deja de moverte y siéntate- abrió sus brazos. Me senté a su lado y acepté su abrazo.

-Lo siento Louis, pero Liam y Gwen me estresan- resoplé contra su pecho. Rió, a causa de las cosquillas.

-Déjalos Jenna- le interrumpí.

-¡No los puedo dejar, Lou! Me niego a que por una estúpidez, termine su relación- Louis me miró atento-. Como ya te expliqué, Gwen sufrió mucho y ahora que podía ser feliz- suspiré-, la vuelven a molestar.

-¿Entonces rompió con Liam, porque temía hacerle daño? O algo así, ¿No?

-Supongo que fue por eso. No creo que dejase de quererlo. Es más, yo sé que todavía lo quiere, y mucho.

-¡Pero cómo le hará daño Gwen!- exclamó-. No es ni capaz de matar una mosca, aunque lo intente- dijo divertido.

-Lo sé- sonreí-. ¡Por cierto!- exclamé separándome de sus brazos, divertida.

-¿Qué te pasa?- rió tontamente.

-Me debes un beso de ayer. Te quedaste dormido y ni me lo diste- hice un tierno puchero. Louis volvió a abrir sus brazos y me acomodé en ellos, recibiendo sus labios con mucho gusto.

*Narra Gwen*

Caminé los pocos metros que habían del taxi a la puerta de casa con rapidez. El frío de enero me mataba. Lo más rápido que pude lleve una maleta del taxi a la entrada de casa, e hice el mismo recorrido con la otra maleta. Pagué al taxista y finalmente lo vi desaparecer por la calle. Había un poco de niebla. Mis 'vacaciones' (si es que se podían llamar así) en Manchester me habían venido bien. Mis padres ni siquiera estaban, pero conservaba las llaves de la casa. Katy, Bic y Shirley estaban un poco pesadas y enfadadas conmigo por haber cortado con... Liam. No sabía absolutamente nada de él. Mejor, así ya te olvidas de él; exclamó mi subconsciente. Oh, olvidé comentar que mi subconsciente apareció por arte de magia después de muchos años escondida. He llegado a odiarla. Gracias; me contestó con ironía. Nunca se calla. Coloqué bien las maletas al lado de la puerta. Saqué las llaves del pequeño bolso que llevaba y abrí con cuidado. Empujé la puerta con el culo para poder abrirla del todo, mientras que me giraba y agarraba las dos maletas. Prefería entrarlas a la vez. Pero lo peor es que pesaban un montón. Con la cabeza agachada por el esfuerzo, intenté caminar con las pesadas maletas. Me asusté cuando unas manos las cogieron y con agilidad las dejaron a un lado. Tragué saliva. No podía ser quien yo pensaba que era. Cerré la puerta con el pie, por instinto, antes de levantar la mirada. Cuando estuve mentalmente preparada para enfrentarme a sus ojos, levanté la cabeza lentamente. Sí, me lo temía.

-¿Q-Qué haces aquí?- intenté sonar segura, pero por dentro estaba temblando. No lo recordaba tan guapo. Jo, que solo habían pasado dos semanas, como mucho. ¡Cálmate, Gwen!; exclamó mi odiosa subconsciente. En serio, no calla cuando debería callar.

-Vine a hablar. Gwen, por favor- agarró mi cara por la mejillas. Cerré los ojos fuertemente. No me mires así, no pienso ceder. Tiró de mi mano suavemente y yo me dejé llevar. Nos sentamos en el sofá del salón. Antes de que hablase otra vez, lo interrumpí.

-Liam- murmuré, jugando con mis dedos. No quería mirarlo a la cara-, no hay nada de lo que hablar.

-Mírame- susurró tiernamente, pero con un tono triste en la voz. Levanté la mirada, temerosa-. Ellos no saben lo especial que eres, ellos no saben lo que le has hecho a mi corazón, pueden decir todo lo que quieran, porque ellos no saben nada de nosotros.

No, esa canción no. Las lágrimas rápidamente se acumularon en mis ojos, y poco a poco bajaron por mis mejillas. Vi que Liam quería abrazarme, pero com dudaba por si lo rechazaría o no, acabé abrazándolo yo misma. Al momento me rodeó él también con sus brazos.

-Liam, yo, lo siento- dije entre lágrimas. Me apretó más contra su pecho.

-No lo sientas Gwen- besó mi cabeza dulcemente-, sé que te sentías insegura. Olvida todo lo que te dijeron, todo lo que viste. Olvida todo eso y concéntrate en nosotros. Yo te quiero Gwen, con toda mi vida.

-Yo también- sollocé, interrumpiéndolo.

-No me harás daño- volvió a besar mi cabeza-. El daño me lo hiciste cuando rompiste conmigo sin darme una razón. Jenna me lo explicó. No hagas caso a nada de lo que te digan; ellos no saben de nosotros- me separé levemente de él, para mirarlo a los ojos.

-¿Me perdonas?- sonrió tiernamente. Me derretía con esa sonrisa.

-¿Vuelves conmigo?- me tomé esa pregunta como un sí para la mía y lo besé. Demonios, extrañé esos labios-. Recuérdalo. Solo tú y yo lo sabemos. Y ellos no saben nada sobre nosotros.

Grabé la frase en lo más hondo de mi corazón y volví a besarlo. Sí, sin duda había extrañado sus labios.

 

Fin.



Hola amores!:) Bueno, esto se acaba. Aquí tenéis el último capítulo de mi primera novela. La primera, sí. Antes había escrito alguna, pero las dejé y ni las terminé. Así que ésta es la primera que termino jeje:P
Me gustaría muchísimo que todas las que habéis leído esta novela comentaseis lo que os ha parecido, si os ha gustado o no,... No me importa si es en anónimo, pero me haría muchísima ilusión que todas las lectoras comentasen. (Ah, y las que ya han comentado alguna vez, o siempre, muchas gracias por todo, os quiero).
Bueno, en realidad, si os tengo que dar las gracias tiene que ser a lo grande. GRACIAS! jajajaj:)
Continuaré escribiendo en la nueva novela: You could stay with me forever. (El link: http://youcouldstaywithmeforever.blogspot.com.es/). Cualquier cosa me lo decís por ahí y si queréis que os avise por twitter, éste es el mío: @Veru_1D
Nos vemos en el próximo capítulo de YCSWMF! Muchas gracias por todo, en serio. Os quiero mis queridas lectoras 

miércoles, 10 de julio de 2013

You could stay with me forever.

Hi! No, no es un capítulo. Lo siento, peeeeeeeero vengo a anunciar una cosa. Ya he creado el blog para la nueva novela y por el título de esta entrada, ya podéis adivinar que se llamará: You could stay with me forever.
Aquí está el link: http://youcouldstaywithmeforever.blogspot.com.es/
Ah! Y el primer capítulo ya está subido que es un poco como para introducir la historia :)
Espero que os guste, y esperad pacientes para el final de esta novela! Lo subiré en el mismo momento en el que lo acabe de escribir ;)
Besoooooos!

lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo 29.

Capítulo 29. Guerra de zanahorias.

*Narra escritora*

Después de que Gwen le contase su pasado a Liam, acabaron los dos dormidos en el sofá. A la mañana siguiente, Liam despertó antes que su chica, y se dedicó a observarla mientras dormía. Había un pequeño rastro de lágrimas por sus mejillas, pero aún así, parecía que tuviese una sonrisa en sus labios. Poco después, Gwen despertó y Liam empezó a cantarle el cumpleaños feliz. La sonrisa de la chica no se podía borrar de su rostro.

Por otro lado, Jenna también acababa de despertar de golpe. Miró un poco a su alrededor y se sorprendió al ver que no era su cuarto, más bien era el salón de su casa. Se había dormido en el sofá, mientras acababa de decorar el salón para la fiesta de Gwen. En la mano todavía guardaba unas serpentinas. Giró a ver la puerta cuando escuchó unos pasos acercarse. Era Lexi. Ésta era la encargada de decorar el jardín, donde sería una parte de la fiesta. Pero ella, por suerte, no se durmió allí fuera. Entró en casa antes de caer completamente dormida. Luego Laura y Maddy aparecieron detrás de la chica mala. Llevaban las manos cargadas de bolsas. Laura compró algo de comida, y Madison unos regalos que faltaban. Sí, Gwen amaba los regalos. En menos de dos horas, ya habían acabado de preparar todo y además con la ayuda de Lou, Nialler, Hazza y Zayn, que llegaron justo a tiempo para ayudarlas a acabar. Louis tenía una sorpresa para todos, que solo Lexi sabía. Por eso fue Lexi la que se encargó de preparar el jardín, y por eso Louis traía una caja con algo dentro y nadie sabía lo que era. Nadie excepto ellos dos, claro. Niall le envió un mensaje a Liam, en el que decía que ya podían venir hacia aquí. Gwen, sin más remedio, tuvo que quedarse con la misma ropa que ayer. Llegaron a casa en menos de lo que esperaban. Gwen llamó al timbre un par de veces.

*Narra Gwen*

Después de insistir un poco con el timbre, finalmente el tontito de mi mejor amigo nos abrió la puerta. Se tiró encima de mí, abrazándome fuertemente. Me dio un sonoro beso en la mejilla.

-¡Felicidades Gwen!- exclamó en mi oído, por poco dejándome sorda de lo fuerte que lo dijo.

-Gracias Hazza- reí, y por fin me soltó. Fue hacia Liam, palmeándole la espalda divertido.

-Tu chica se hace mayor- Li y yo soltamos la mayor carcajada de nuestras vidas. Lo dijo como si fuese su hija. Y mira que Liam y yo solo nos llevábamos un año y poco más de diferencia. Aún así, parecíamos de la misma edad. Harry nos empujó por la espalda hasta dentro de la casa, donde recibí más abrazos de parte de mis amigos.

-¡Hora de los regalos!- gritó Jenna corriendo escaleras arriba. Bajó poco después con una cajita entre sus manos, que me dio con una gran sonrisa-. Espero que te guste mucho, es de parte de Louis, Niall, Laura y también de mi parte- acepté la cajita con una pequeña sonrisa tímida. Me senté de piernas cruzadas sobre el suelo, donde todos repitieron mi acto y se pusieron alrededor mío. Abrí ese primer regalo con cuidado, y me sorprendí al encontrar un IPhone, el último modelo. Lo dejé con cuidado sobre el suelo y de golpe me levanté a abrazar a las dos frutas, sentadas una al lado de la otra. Dirigí la mirada al pequeño irlandés, junto al chico zanahoria y los abracé también, a la vez.

-Wow, chicos de verdad no hacía falta- les dije contemplándolo con sumo cuidado. Lexi se levantó de un salto y desapareció por unos segundos, pero volvió al rato con otro regalo en sus manos.

-Mío y de Zayn- sonrió dándomelo.

-De Zayn y mío- la corrigió Lau, en tono burlón. Lexi le sacó el dedo del medio, provocando que Liam la regañase. Lo abrí lentamente, y esta vez el regalo prometo que ni siquiera pasó por mi mente. Me reí a carcajada limpia sacándolo del todo para que todos lo vieran. Era un perfume, pero no cualquier perfume. Era el perfume de los chicos, Our Moment.



-Lo usaré todos los días, lo juro- besé las mejillas de la parejita.

-¡Ahora el nuestro!- Madison sacó otro regalo de detrás de su espalda. Se lo dio a Harry y éste me lo entregó.

-Para tí, Coco- besó mi mejilla y volvió a sentarse con Maddy. Esta vez el regalo era un peluche. Era un osito, con un corazón agarrado entre sus patas. Recuerdo que lo vi hace poco tiempo en una tienda, cuando iba con Maddy, y me encantó. Era monísimo.

-¡Muchísimas gracias!- achuché el peluche entre mis brazos. Me levanté y abracé a la parejita fuertemente.

-Y por último, el mío- giré la cabeza sorprendida. ¿Liam no me había dado su regalo esta mañana? Me regaló una pulsera de plata, con mi nombre y el suyo grabado en el interior. Sacó del bolsillo de su pantalón un sobre. Me acerqué a él y cuando me iba a sentar en el suelo, tiró de mí para acabar sentada sobre sus piernas. Me dio el sobre. Lo abrí todavía confundida. Liam besó mi mejilla. Ahogué un grito al ver dos billetes de avión a Noruega. Siempre quise ir allí.

-¡Muchísimas gracias!- chillé besando su mejilla sonoramente. Los chicos rieron. Liam giró mi cara y me dio el beso en los labios.

-El vuelo está previsto para el 24- miró a Louis-. Lo siento Tommo- Lou le hizo un gesto con la mano, medio riendo.

-Yo tampoco estaré aquí para mi cumpleaños- miró a Jenna pícaramente-. Y Jenna tampoco.

-¿Cómo que yo tampoco?- preguntó confundida.

-Nos iremos a Doncaster- pasó un brazo por sus hombros.



-¿Y eso quién lo ha decidido?- rió la Piña. Lou hizo un pequeño puchero-. Era broma, Boo Bear, encantada iré contigo- besó los labios del chico.

-¿Alguien más estará fuera para navidades?- preguntó Madison.

-Lau y yo- habló Nialler-. Nos iremos a Barcelona.

-Que yo sepa no, ¿Zayn?- Lexi lo miró, y Zayn sonrió divertido.

-En realidad era una sorpresa, pero ya que sale el tema. Tenía pensado ir a Bradford y luego, iríamos al sitio que más quisieras. Te dejaré elegir- Lexi sonrió y lo abrazó por la cintura.

-Pues vaya- miró a Harry-, estaremos solos.

-En realidad tenía pensado ir a Holmes Chapel, pero si quieres venir conmigo yo te invito y con mucho gusto. Te dije que mi madre tenía ganas de conocerte.

-Perfecto- rió-. Voy contigo, si no es molestia. No quiero quedarme aquí solita y aburrida.

-¿Y Charlie?- le pregunté.

-Seguramente irá con Cara a algún lado- se encogió de hombros. De repente, Lou se levantó.

-Oye chicos, ¿Salimos al jardín?- Lexi también se levantó.

-¡Sí, vamos!

Aceptamos salir.

*Narra Lexi*

Cuando vimos que todos salían, entre Louis y yo cogimos la caja que había traído y la sacamos a fuera. Todos se acercaron a cotillear, pero Lou se puso delante y empezó a hablar.

-Vamos a jugar a un juego, y para eso haremos equipos. Chicos contra chicas. Y el juego será...- abrió la caja con cuidado-. ¡Guerra de zanahorias!- exclamó. Entre Lou y yo empezamos a repartir zanahorias, mientras Niall y Harry intentaban hacer una especie de línea en el suelo para separar los campos, el de las chicas y el de los chicos. Al final pusieron un par de zanahorias en medio.

-Se trata de lanzar zanahorias. Si te dan en el pecho o en la espalda estás muerto, y si estás muerto te vas fuera del campo. El equipo que se quede sin jugadores, pierde.

-¿Y el que gana, qué gana?- preguntó Laura, jugando con las zanahorias que tenía en su mano.

-Mh... No lo había pensado- Lou se rascó la barbilla, pensativo.

-El equipo que gane tiene derecho a mandar sobre el otro equipo, en todo lo que quiera- sugerí. Todos asintieron de acuerdo con mi idea.

-Si se os acaban las zanahorias, podéis venir a la caja a coger más. Pero no vale atacar a los que vayan a cogerlas, ¿Eh?- volvieron a asentir.

-Pues empezamos- sonreí. Las chicas nos pusimos en una mitad del jardín y los chicos en la otra. Contamos hasta tres lo más fuerte posible, y entre risas, empezamos la pequeña guerra de zanahorias. Lancé mi zanahoria con todas mis fuerzas hacia Zayn, pero éste la esquivó por los pelos. Me lanzó la suya, pero me dio en el brazo, así que no estaba muerta. El primero en caer fue Harry, muerto por Laura. Y luego cayó Jenna, muerta por Louis. La Piña le sacó la lengua a su chico, quien hacía un baile raro de victoria. Estaba tan despistada mirando a Lou como hacía el baile que no me di cuenta de que Zayn me tiraba otra zanahoria, que impacto en mi pecho. Me crucé de brazos y abandoné el campo de juego. Solo quedaban Maddy, Laura y Gwen jugando. Y de chicos todos menos Harry. Poco después, Laura le lanzó una zanahoria a Niall que afortunadamente le dio en la espalda. Tres contra tres. Al rato, Laura fue muerta por Louis, y Zayn por Madison. Ahora solo quedaban Liam y Louis, y Maddy y Gwen. Maddy perdió por culpa de otra zanahoria de Louis. Pobre Gwen, se quedó sola. Consiguió esquivar una zanahoria de Liam, y cuando éste le iba a tirar otra, ella lo atacó y por suerte le dio. Ya solo quedaban Lou y Gwen. Louis no paraba de lanzarle zanahorias a Gwen, pero ésta las esquivaba ágilmente. En un momento de despiste por parte de Tommo, ella le lanzó una que afortunadamente le dio en el pecho. Y así fue como ganamos. Todas nos levantamos y abrazamos fuertemente a Gwen.

*Narra Laura*

Después de la divertida guerra de zanahorias y de recoger mínimamente el jardín, nos metimos a casa. Entre Niall y yo sacamos toda la comida que compré esta mañana y la acomodamos en el salón. Los chicos se sentaron alrededor de la mesa para ir cogiendo. Iba a salir de la cocina para ir al salón otra vez, pero Niall cogió mi brazo y me guió hasta el jardín. Nos sentamos en el césped, con la espalda recargada en la pared.

-Mh, Laura- Nialler cogió mi mano dulcemente. Le sonreí para que continuase hablando. Pero no habló, solo me giró para darle la espalda y apartó mi pelo de ella. Poco después sentí algo frío que caía por mi cuello y reposaba finalmente en mi pecho. Miré abajo y era una bonita cadena de plata, con un pequeño trébol. Me sonaba mucho ese collar. Volví a girarme para mirarlo a los ojos-. ¿Recuerdas este collar? Lo viste cuando fuimos a Irlanda, y me dijiste que te encantó- sí, ahora lo recuerdo-. Lo compré cuando estabas despistada y llevo todo este tiempo guardándolo para una fecha especial.

-Nuestro primer año juntos- sonreí con pequeñas gotas de agua cayendo de mis ojos.

-El primer año de muchos- me sonrojé. Cogí sus mejillas y tiré de él para darle un largo beso en los labios.




Hola princesitas! Perdón si he tardado en subir, lo siento :(
Tengo una mala noticia, y otra buena (o al menos, yo creo que es buena). La mala noticia es que éste es el penúltimo capítulo de la novela. No sé cuando subiré el último porque lo voy a hacer bastante más largo, bueno, lo voy a intentar. Y a lo mejor, hasta hago un epílogo! No lo sé, ya lo decidiré. Y bueno, la 'buena' noticia es que dentro de nada me pondré a hacer un nuevo blog para mi nueva novela :) Cuando el internet me vaya mínimamente mejor, me pongo a hacerlo. Y ya os diré la dirección. Nada más que decir. ¡Ah, sí! Gracias por todo. Nunca pensé que alguien leería mi novela. Un beso enorme

sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 28.

Capítulo 28. Su pasado.

*Narra Madison*

Acabé de calzarme las Converse blancas y me puse la chaqueta con cuidado. Está bien, respira hondo. Tú y yo sabemos que quieres ir a verlo por encima de todo. ¿Tú y yo? Cuando hablo sola digo bastantes tonterías. Metí todo lo esencial en mi bolso y cerré la puerta de mi apartamento con llave. Con ritmo lento fui andando por las calles de Londres. No tenía claro que le diría al verle. Ni tampoco tenía claro si él quería verme. Después de estar más de una semana entre mis pensamientos, luchando conmigo misma por si debería ir o no, decidí hacerle caso a mi corazón y presentarme en su casa, de sorpresa. Tardé más de lo que esperaba en llegar. Justo cuando iba a llamar al timbre, la puerta se abrió.

-... I just want you to dance with me tonight...- dejó de cantar al clavar su verdes ojos en los míos. Noté como el corazón salía de mi pecho rápidamente. Apreté los puños en mis costados. No podía apartar la vista de sus ojos-. Madison- consiguió decir, con una leve sonrisa en sus labios. Como si unas manos invisibles me empujasen por la espalda, me abracé a él lo más fuerte que pude. Harry rápidamente me abrazó también.

-Dime por favor que te besó a la fuerza- susurré contra su pecho, aguantando las lágrimas de mis ojos-. Dímelo.

-Es verdad Maddy- susurró de vuelta, echando su aliento en mi frente-. Fue ella, lo juro.

-Soy una tonta- sollocé, mojando la camiseta de Harry con mis lágrimas-. Perdóname Harry, por favor.

-No tengo que perdonarte nada, amor- besó mi frente. Por su voz notaba que también estaba llorando-. Tendrías que perdonarme tú a mí.

-Te perdono- levanté mi cabeza, busqué sus labios y los besé con desesperación. Los necesitaba. Harry retrocedió y entramos a su casa. Con un pie empujé la puerta y la cerré detrás de nosotros. Todavía sin separar nuestros labios, dejé caer mi bolso al suelo. Harry colocó sus manos en mis mejillas, para profundizar el beso. Agarré el borde de su camiseta y tiré hacia arriba lentamente. Harry se separó levemente de mí, pegando nuestras frentes.

-¿Estás segura?- con su pulgar acarició mi mejilla. Asentí sin poder esconder una tímida sonrisa. Cada vez notaba más calor, y era realmente insoportable. Conseguí quitarle la camiseta, y Harry, con movimientos torpes, empezó a sacarme la mía. La dos juntas acabaron volando a alguna parte del salón. Cogió mis piernas e hizo que las enroscara alrededor de su cintura. Mientras, subía las escaleras agarrándome fuertemente para no caerme. Los besos no cesaban nunca. Harry me dejó caer suavemente sobre su cama. Subió encima de mí y empezó un camino de besos desde mi oreja hasta mi cuello, pasando por mis labios durante unos largos segundos.

-Te quiero Harry- miré fijamente sus ojos, con la respiración acelerada.

-Te quiero Maddy.

Después de eso nos deshicimos de toda nuestra ropa, con más de una caricía de por medio. Y esa noche, nos hicimos uno.

*Narra Laura*

Nialler estiró la manta en el césped con cuidado de no arrugarla demasiado. Me tendió su mano y juntos nos recostamos en ella. Con otra manta, nos tapé para que no sufriéramos por culpa del frío de la noche. Habíamos tenido la idea de observar las estrellas, a causa de no tener nada mejor que hacer. Aunque de estrellas, pocas veíamos.

-Mh... Cuéntame algo que no sepa de tí- Nialler rompió el silencio, agarrando mi mano y entrelazando nuestros dedos por debajo de la manta.

-Tengo una prima Directioner- reí al recordar a Berta, mi prima-. Casi se desmaya cuando le dije que os conocía, y ni te cuento como se puso cuando le dije que eras mi novio- una fuerte carcajada salió de mis labios al recordar como se puso, se lo dije un día que hablábamos por Skype. Su cara fue de película-. Además, se medio enfadó conmigo.

-¿Por qué?- preguntó aguantando la risa.

-Porque eres su preferido- reí levemente-. Luego ya me perdonó, al día siguiente. Ahora es feliz sabiendo que me haces feliz.

-Que mona- sonrió.

-Lo sé, es un amor de chica.

-¿Cuántos años tiene?

-Catorce. ¿Y sabes qué?- negó con la cabeza-. Estuvo en el concierto de Barcelona, el 22 de Mayo.

-¿Vive en Barcelona?- asentí.

-Sí, yo también soy de allí.

-Me gustó Barcelona, es bonita- susurró.

-Hace mucho que no voy, extraño al resto de mi familia.

-Mh... ¿Qué te parece si por Navidad, vamos? Me gustaría conocer a tu prima.

-¿De verdad?- exclamé contenta, sería el mejor regalo que le pudiese hacer a mi prima-. Aw Nialler, eres un cielo- besé su mejilla.

-Entonces señorita, ¿Le apetece ir estas Navidades a Barcelona conmigo?- fijó la mirada en el cielo, con una enorme sonrisa. Lo imité.

-Claro que sí, acepto.

*Narra Lexi*

Desperté por los rayos de luz que entraban por la ventana de la habitación de Zayn. Levanté la cabeza de su pecho, donde me había quedado dormida, y recordé la noche anterior. No pude evitar sonreir, mientras mis mejillas tomaban un color rojizo. Levanté con cuidado la mano de Zayn que reposaba sobre mi cintura y las mantas que nos cubrían. A paso rápido busqué mi ropa interior por cualquier rincón de la habitación. Después de encontrarla y ponérmela, cogí la camiseta de Zayn que anoche tiré cerca de la puerta (eso lo recuerdo perfectamente) y me la puse. La mía a saber dónde estaba. Escuché unos suaves gruñidos y giré sobre mis talones. Zayn a penas abría los ojos, pero sonreía como un bobo. Estiró sus brazos hacia mí y riendo me acerqué. Me abrazó tiernamente, dejando un beso en mi frente.

-Buenos días cariño- susurró en mi oído. Una sonrisa cruzó mis labios.

-Buenos días a tí también, cielo- besé sus labios suavemente.

-Me gusta como te queda mi camiseta- sonrió frotándose los ojos. Bostezó. Me fijé en la enorme marca que había en su cuello y no pude evitar soltar una gran carcajada.

-A mí me gusta como te queda mi marca- me levanté de su lado y abandoné la habitación con una sonrisa pícara en mis labios. Bajé a preparar el desayuno.

*Narra Gwen*

Mi mente solo podía estar en una cosa. En menos de una semana sería mi cumpleaños. Y todavía no me podía creer que en poco más de un año, conocí a una banda de chicos conocida mundialmente, acabé trabajando como modelo y siendo la novia del chico más perfecto del mundo. Mi vida dio un giro radical. Yo solía ser una chica muy normal.

-¡Gwen!- gritó riendo el chico de rizos, a mi lado. Me había perdido en mis pensamientos. Enrosqué mi brazo al suyo, como hacía siempre.

-Lo siento Hazza- me uní a su risa-. ¿Qué me decías?

-Te preguntaba que qué querías para tu cumpleaños, por algo hemos salido al centro- dijo e hice un pequeño puchero.

-Te dije que no quería un regalo.

-Pero sé que lo quieres- rió divertido.

-Bueno vale, sí, me encantan los regalos. Y por cierto señorito, no solo hemos salido al centro para eso, si no que un tal Harry Styles quería ver a escondidas a su novia trabajando y me ha llevado a rastras con él- sonrió levemente sonrojado.

-Me gusta verla trabajar, ya lo sabes- asentí sonriéndole.

-¿Mañana tenéis una entrevista, no? Me lo dijo Liam- sonreí como tonta al decir su nombre.

-Jo, ahora todo te lo dice Liam- refunfuñó, de broma.

-Los dos sóis unos celosos- reí-. Siempre que te digo que Liam me ha dicho algo, te quejas; y con él lo mismo.

-Lo hacemos de broma, tontita. Además, Liam y yo tenemos una relación secreta. Chínchate.

-Pero seguro que a mí me quiere más- negó con la cabeza, sacándome la lengua-. Pues Maddy y yo también, chínchate más.

-¿Con Maddy? Noooo- lloriqueó-, ella es mía, Coco malo.

-¡Y Liam es mío, tonto!- así nos pasamos un buen trozo del camino, discutiendo quién era de quién.

*Narra Jenna*

A dos días de su cumpleaños, Gwen tenía su primera sesión de fotos con Topshop. Querían que fuese la nueva imagen de la marca. Nos invitó a ir con ella a Liam y a mí. La pobre estaba que se comía las uñas de los nervios, Liam intentaba calmarla pero solo conseguía un 'cállate' o 'déjame' de su parte, y yo, pues solo me reía. Con tantas sesiones de fotos que ha hecho, con ésta está más nerviosa que nunca en su vida. Finalmente se fue con una chica que llevaba una cámara colgada del cuello y Liam y yo nos quedamos solos. Es hora de hablar seriamente con él.

-Oye Liam- llamé su atención, me sonrió.

-Dime.

-¿La quieres?- mi pregunta lo dejó un poco confundido, pero no tardó en sonreir tontamente.

-Mucho- también sonreí.

-Mira Liam, cuida mucho de Gwen. Supongo que todavía no te lo ha dicho, pero eres su primer novio- ladeó la cabeza, ligeramente confundido y sorprendido-. Y sí, tú fuiste su primer beso.

-¿De verdad?- se tocó los labios incoscientemente, haciéndome reir.

-Sí Liam, así que cuidala bien. No le hagas daño. Bastante ha tenido que sufrir ya- frunció los labios.

-¿De qué hablas?- negué con la cabeza.

-Mejor que te lo cuente ella- me levanté de mi asiento-. ¿Vienes a por un café?- se levantó también y fuimos un momento a la cafetería de al lado a por uno.

*Narra Liam*

Al día siguiente, las chicas sacaron fuera a Gwen de su casa y me pidió venirse a la mía, así que acepté. Tenía una 'charla' pendiente con ella. Lo que ayer me dijo Jenna me dejo un tanto confundido. Sonó el timbre un par de veces y me levanté. Abrí la puerta y divisé a mi novia hablando por el móbil.

-... ¿Pero cuando me dejaréis entrar en casa? ... ¿¡Mañana!?- exclamó sorprendida, no se había dado cuenta de que yo estaba ahí. Me apoyé en el marco de la puerta, mirándola divertido-. ¿Pero cómo que mañana? ¡Si mañana es mi cumpleaños! ... ¡Ni se te ocurra colgarme Jenna Clarette Morrison! ... ¡Per...! Me colgó- suspiró con un poco de diversión. Levantó la mirada y rió al verme ahí. Apoyó su cabeza en mi pecho a la vez que me rodeaba con sus brazos. La abracé igual por la espalda.

-Mejor para mí, podré desearte el feliz cumpleaños yo primero- besé su frente, mientras escuchaba su risa revotar contra mi pecho. Levantó su cabeza y besó mis labios.

-Pues la idea me gustaría, si te digo la verdad- me hizo sonreir-. El problema es que las tontas no me han dejado coger ropa, ni nada. Suerte que llevaba el móbil encima que si no, ni eso me dejan- besé otra vez su frente.

-Ven, pasa; nos congelaremos de frío aquí afuera- juntos pasamos y nos sentamos en el sofá a hablar un poco de cosas tontas. No dejaba de pensar en la 'charla', pero no sabía como empezar. Gwen me notó un poco distraído, y me preguntó. Cogí sus manos suavemente-. Quiero hablar contigo, Coco- le sonreí para que no pensase en lo peor. Ni loco cortaría con ella, que hasta estaba seguro que esa idea había cruzado fugazmente por su mente.

-Dime- instó devolviéndome la sonrisa.

-¿Es eso verdad de que fui tu primer beso?- mi pregunta la dejó totalmente sonrojada. Rápidamente se escondió entre su pelo para no poder ver su sonrojo. Reí tiernamente-. ¿Y también es verdad... Que soy tu primer novio?

-Déjalo ya, Li; moriré de la vergüenza- rió detrás de su pelo. Le saqué el pelo de la cara y la acerqué más a mí, abrazándola fuertemente.

-Para nada, me parece una cosa tiernísima- besé su nariz-. Y es un placer poder ser el primero, lo juro- ahora besé sus labios, con una gran sonrisa.

-Te conozco Liam, ¿Qué es lo otro que querías preguntarme?- soltó una risita. Jo, que bien me conocía. Pero ésta era la parte difícil. Tragué saliva y me preparé para hablar.

-Verás, ayer hablé con Jenna. Bueno, más bien me amenazó y para hacerlo más resumido, me contó lo de tu primer beso y tu primer novio, es decir, yo- rió-. Y también me dijo una cosa que me dejó un poco confundido, y me gustaría que me lo explicases, pero solo si tú quieres princesita, no te obligaré- me dio un beso.

-Hablas demasiado rápido Liam- rió-, siempre te tengo que callar con un beso- ahora fui yo el que se echó a reir.

-En realidad había terminado de hablar- sonreí inocentemente.

-Bueno, ¿Qué es lo que te dejó confundido?- preguntó divertida, con una sonrisilla en los labios.

-Jenna me dijo que no te hiciese daño, que bastante habías tenido que sufrir ya. ¿Qué significa eso, Gwen?- me preocupé al ver que su sonrisa se borraba. Agachó la cabeza ligeramente-. Oye princesita, si no quieres hablar no imp...- me interrumpió.

-No, no, no importa. Te lo contaré, confío en tí Liam.

Sonreí tiernamente. Gwen se recostó en mi pecho, mirándome.

-Verás, antes de conocer a las chicas digamos que no era del todo feliz. Estoy hablando de cuando tenía menos de diez años. Supongo que pensarás que a esa época todos los niños son felices y eso, pero yo no lo era. Tenía varios motivos. Perdí a mi mejor amiga de la infancia. Murió, tenía una terrible enfermedad que acabó con ella. Solo tenía ocho años cuando me enteré de eso, y fue la peor notícia de todas. Pero lo de después fue a peor. Después de unos meses, conseguí olvidar mínimamente su muerte, pero una tarde paseaba con mi abuelo por la calle. Iba jugando con una pelota, cuando ésta se fue a la carretera. No escuché los avisos de mi abuelo cuando ya estaba cruzando la calle rápidamente para poder recuperar mi querida pelota. Tampoco me di cuenta como un coche venía a toda velocidad hacia mi dirección. Luego todo pasó demasiado rápido. Recuerdo como alguien me empujaba hacia otra dirección. Me rompí una costilla y me raspé las piernas, pero quien me salvó la vida murió atropeyado por el coche- de su rostro no dejaban de caer lágrimas. Me partía el alma verla así-. Liam, vi a mi abuelo morir ante mis propios ojos. No sabes lo terrible que fue eso.

Escondí a Gwen en mi pecho, mientras ésta no paraba de soltar un mar de lágrimas. Supongo que era muy duro recordar todo esto, y todavía más explicarlo. La abracé tan fuerte como pude, pero no sabía que hacer. La historia me había dejado completamente sorprendido, y algo me decía que aquí no acababa. Después de unos minutos intentando calmarla, dejó mínimamente de llorar.

-A los nueve años, sin saber la razón, los niños de mi escuela se empezaron a meter conmigo. Al principio me lo tomaba un poco a broma, pero luego todo empeoró. Llegaron al punto de atormentarme con la muerte de mi abuelo, y de que todo había sido culpa mía. Me llamaron asesina. Mi madre decidió cambiarme de colegio, sin saber nada de lo que me ocurría allí. Nunca lo supo. En el nuevo colegio es donde conocí a las chicas. Y sé que quizás es una estupidez, pero siempre he pensado que fue mi culpa, su muerte- una solitaria lágrima recorrió su mejilla, la limpié con mi pulgar.

-Gracias por confiar en mí, Gwen- la abracé de nuevo fuertemente-. Te quiero mucho, más de lo imaginas.

-Yo igual Liam- dijo entre sollozos-, más de lo que imaginas.


Me ha costado mucho escribir la última parte, pero bueno :( ESPERO QUE OS GUSTE!:) Bueno, ya tenéis la reconciliación de Maddy y Hazza ;) Jajaja O quizás, mejor dicho de Harrison jajja
Dejando mis tonterías a parte, en serio espero que os guste el cap, que tampoco es que me acabe de gustar como ha quedado pero... Da igual, lo importante es que os guste a vosotras, no?
Un beso princesitas! xx
P.D: Sorry, pero para este capítulo no hay fotos:) En el próximo intentaré poner algún gif o foto de los chicos juju

P.D2: Si alguien quiere que la avise de cuando subo, este es mi Twitter: @Veru_1D :) Me lo decís por un mensaje directo o como preferáis y yo os avisaré de cuando haya nuevo cap :)

lunes, 24 de junio de 2013

Capítulo 27.

Capítulo 27. I just want you to dance with me tonight.

*Narra Gwen*

Salí del apartamento de Maddy casi corriendo. Cuando llegué abajo me tiré a los brazos de Liam, quien me había acompañado a darle el regalo de Harry a Madison.

-¿Cómo te ha ido princesita?- preguntó con los labios en mi cabeza, que estaba recostada en su pecho.

-Dudo que escuche el CD, pero lo he intentado- lo miré a los ojos-. Es muy terca cuando quiere.

-Yo creo que si todavía siente algo por Harry, lo escuchará.

-No le he dicho ni que el regalo era de Harry, ni que era una canción ni nada- reí-. Se lo he dado y me he ido.

-Bueno, al menos lo has intentado- me sonrió.

-Sí. A Harry no le va a gustar nada que le diga que probablemente Madison no lo ha escuchado. ¿Y si me mata?

-Yo te protegeré- me abrazó con más fuerza, en una leve risita.

*Narra Jenna*

-¡Boo!- chillé nerviosamente al ver como corría calle abajo. Iba tan despistada que de un momento había tirado y su correa se soltó de mi mano. Empecé a correr lo más rápido que mis piernas me permitían intentando seguirla, pero era mucho más rápida que yo. Cruzó la carretera sin mirar y casi me da un paro cardíaco al ver que un coche por poco la atropeya. Desde ahí la perdí de vista-. Mierda- susurré. Lo único que iluminaba la calle era la poca luz natural que llegaba y la que empezaba a encenderse de las farolas. Dentro de poco se haría de noche. Llegué caminando hasta el centro de Londres. Ni sabía dónde podría estar Boo, ni con quién. Mis ojos cada vez se cristalizaban más. Llevé mis manos inconscientemente a mis brazos, el frío me calaba los huesos. No tenía pensado estar tanto rato fuera. Escuché un fuerte ladrido a unos metros detrás de mí, y sin pensarlo me giré. Juraría que había reconocido ese ladrido. Una pequeña bolita de pelo corría a los lejos tirando de un chico. A medida que se acercaban, la bolita de pelo se iba haciendo más grande hasta que pude reconocer que era Boo-. ¡Boo!- exclamé poniéndome de cuclillas y extendiendo mis brazos. Ésta se tiró encima de mí, lamiendo levemente mi mejilla. Entonces elevé mi vista hasta la cara del desconocido chico que había encontrado a mi Boo. Mh, esa cara me sonaba un montón-. Oye, muchas gracias- le dije extendiendo mi mano, él la estrechó riendo.

-¿Por casualidad no debes de ser Jenna?- me preguntó el chico elevando una ceja.

-Sí- fruncí el ceño-. Tu cara me suena un montón...- el chico me interrumpió.

-Louis siempre habla de tí- sonrió-. Soy Josh.

-¡Josh Devine!- exclamé dando una palmada-. Claro, de algo me sonaba tu cara- los dos juntos reímos-. Bueno Josh, muchísimas gracias otra vez. Ya no sabía donde buscar a esta traviesa- la señalé.

 
-De nada Jenna, ya nos veremos- nos despedimos con un beso en la mejilla y puse rumbo de nuevo a casa.

-Maldita Boo, hoy te quedas sin cenar, por escaparte- la reñí mientras caminábamos. Cualquiera que me escuchase diría que estoy loca.

*Narra Harry*

Desde que Gwen fue a casa de Maddy y le dio mi regalo no recibí noticias de ella. Y ya había pasado más de una semana. La verdad ya estaba empezando a plantearme si valdría la pena seguir luchando por ella, cuando ella me ignora por completo.

-¡Harry!- exclamó mi mejor amiga, enfadada-. ¿Me escuchas o no?- estaba tan submergido en mis pensamientos que no me había dado cuenta de nada de lo que pasaba a mi alrededor.

-Lo siento Coco- pasé un brazo por sus hombros-. ¿Decías?

-Te estaba preguntando que qué piensas hacer con Maddy. No sabemos nada de ella desde que fui a su casa- recostó su cabeza en mi hombro. Nos detuvimos en un semáforo.

-No sé que hacer. Estaba pensando, en... Dejarla ir. Se nota que ya no quiere saber nada más de mí- Gwen me pegó un puñetazo en el estómago, que hizo que me separara un poco de ella.

-¡No digas tonterías Harold!- puso los brazos en jarra-. Mira- ya parecía más calmada. Vimos como el semáforo ya estaba verde y Gwen enroscó su brazo al mío para seguir andando-, al menos insiste una vez más.

-Sí, pero...- detuve mi habla al pasar frente a un Starbucks y verla ahí, detrás del mostrador con una dulce sonrisa mientras atendía a unos chicos de unos catorce años. Gwen también clavó su mirada en ella y volvió su vista a mí, con una sonrisa pícara.

-Ahí la tienes, ve- me empujó hasta la puerta del Starbucks, pero hice presión en mis talones para no poder avanzar. Gwen cada vez hacía más fuerza en sus manos para intentar que realizase algún paso-. ¡Muévete ya!- gritó con voz cansada. Giré sobre mis talones y agarré a Gwen de sus muñecas antes de que cayese.

-Ahora no, por favor- supliqué-. Te juro que esta tarde iré pero no me obligues a ir ahora- sin más remedio, ella asintió. Volvió a enroscar su brazo al mío y seguimos caminando.

***

-Gwen, en serio, no hace falta que te quedes aquí para ver si voy o no- le dije riendo. Se había empeñado mucho en quedarse.

-Pero Harry, ¿Quién me asegurará de que irás?- la fui empujando lentamente hasta la puerta de mi casa. Al llegar allí, se giró para mirarme.

-Te lo prometo. ¿Confías en mi palabra?- ella suspiró.

-Está bien, confío en tí- besé su mejilla.

-Nos vemos mañana- me despedí de ella y enseguida volví a estar delante del espejo. Jo, ya me estaba pareciendo a Zayn. Pero quería estar perfecto para ella. Me pasé más de diez minutos mirando mi reflejo en el espejo y perfeccionando todos los defectos que veía. Cuando me sentí preparado, cogí mi teléfono, las llaves de casa y mi cartera, y al ritmo de Dance with me tonight caminé hacia la puerta.

-... I just want you to dance with me tonight...- dejé de cantar al encontrarme a quien menos me esperaba a punto de tocar el timbre. Mi boca se secó, empezaron a sudarme las manos y mi corazón de un momento a otro iba a mil por hora. ¿Y ahora, qué le digo?


Hiiiiiiiii! Perdón si el capítulo es muy corto, pero prometo que el próximo será al menos un pocito más largo. ¿A QUE SEGURO SABÉIS QUIÉN ES? Si no lo sabéis, pues es... ERROOOOR. No os lo diré MUAJAJA. Dejo que penséis lo que queráis, y si queréis comentar quién creéis que será pues yo encantada :) Vale ya, un beso princesitas.

jueves, 20 de junio de 2013

Capítulo 26.

Capítulo 26. Don't let me go.

*Narra Harry*

Lo tenía todo listo. La canción estaba completamente terminada. Con Liam fuimos al estudio y me ayudó a grabarla. Ahora solo tenía que apretar un botón y ya estaría circulando por Youtube. ¿Cómo se lo tomaría Madison? Si es que la llega a escuchar, si no, ya tengo el plan b. Ahora no pienses en eso, Styles. Finalmente subí el video, con una pequeña sonrisa de esperanza. Ojalá la escuche, y ojalá a alguien le guste. Volví mi vista hacia el hueco donde antes había una foto de Maddy, en esa esquina. Recuerdo que salía con esa sonrisa divertida. Su melena rebelde a merced del viento. Y fue cuando todavía me pertenecía su corazón. No me dejes ir, Mad.

*Narra Lexi*

-¡Eh, chica mala!- llamó mi atención. Me acerqué hasta él y clavé mi mirada en su ordenador-. Escucha esto.

Espera, espera, espera. ¿Qué demonios es eso? ¿Harry ha publicado una canción en solitario? Escuché atentamente la letra. Este chico es una caja de sorpresas. La letra es preciosa. Pero, tengo una duda, ¿No estará escrita para Madison, verdad?

-Creo que piensas lo mismo que yo- miré a Zayn, confundida-. ¿También crees que es para Maddy, verdad?- asentí.

-Es una canción preciosa, espero que Maddy la escuche- recosté la cabeza en su hombro.

-Jo, que buena idea ha tenido el rizos- ¿Y ahora de qué habla?.

-¿Qué dices?- pregunté riendo, y después, besando su cuello.

-Eh, eh, que haces cosquillas- reímos-. Digo que ha sido una buena idea.

-¿El qué?

-Hacer una canción.

-¿Y vosotros no hacéis canciones o qué? Pues vaya grupo...- comenté sin parar de reir. Zayn me palmeó la pierna, intentando parecer enfadado.

-No me refiero a eso, tontita; y lo sabes.

-Pues explícate cielo- me encogí de hombros.

-Que ha sido buena idea hacer una canción para su enamorada.

-Que cursi te ha quedado Malik- volvió a palmear mi pierna.

-No me chinches Greenwood, o te quedas sin besos.

-Eres tú el que no puede vivir sin mis labios- los señalé burlona. Me sacó la lengua.

-Eso ya lo veremos- murmuró, burlón.

-Pues mira, a partir de ahora nada de besos. El primero que bese al otro pierde.

-¿Y si pierde, qué?

-Tendrá que hacer lo que el otro diga. ¿Trato hecho?- le tendí mi mano, que él estrechó decidido.

-Pues claro. Prepárate para perder Lexi.

No cantes victoria tan rápido, Zayn. Tengo mis tácticas.

*Narra Gwen*

-Oh, venga ya Liam, ¿Tiene que ser hoy?- le hice morritos, en un intento de darle pena. Intento fallido.

-Sí Coco listo, hoy. ¡Es tu último día! ¡Tenemos derecho!- sacudió las manos con gracia.

-Pero...- intenté quejarme, otra vez.

-Nada. Ahora llamo a los chicos y nos reunimos aquí, así ya vamos todos juntos- besó mi nariz. Seguidamente sacó su móbil. Me recosté tranquilamente en mi asiento y observé a la familia que había a nuestro lado. Era un matrimonio joven, eso se notaba. Habían dos niños adorables junto a ellos. Una niña de unos tres años, y otro niño, seguramente a punto de cumplir los dos. No pude evitar pensar en mí y en Liam. ¿Podríamos formar una familia? ¡Baah, solo tengo dieciocho años! Ya tendré tiempo de pensar en eso. Sin poderlo evitar, tampoco, mis mejillas se encendieron, provocando la risa a Liam-. ¿Qué te pasa, Coco?

-Nada Li, solo pensaba- alargó su mano, hasta coger la mía por encima de la mesa.

-Dímelo, anda- jo, si me sonríe de esa forma me convence fácilmente.

-¿Ves a esa familia de ahí?- los señalé disimuladamente, él asintió echándoles una miradita rápida. Bajé un poco la cabeza, para lo que iba a decir ahora-. Me estaba imaginando, a tí y a mí, con una familia. Así, todos juntos- creo que mis mejillas iban a explotar en cualquier momento.

-Es la cosa más tierna que alguien me ha dicho nunca- agarró mi mano con fuerza. Levanté la mirada.

-¿De verdad?- vi como sonreía ampliamente.

-De verdad- acarició mi mano suavemente-. Te quiero mucho, Gwen- recostó su cabeza en mi hombro, con su boca en mi cuello, donde depositó un suave beso.

-También te quiero Li, mucho.

-Que amorosos que estáis- rió una voz conocida. Ni hizo falta girarme para saber que era el tonto de Louis. Nialler y él se sentaron frente a nosotros.

-Ui, Lou. Les hemos cortado el royo- nos apuntó con el dedo.

-Cállate Nialler- soplé, medio riendo.

-¿Quién falta por llegar?- preguntó Boo Bear.

-Mh... Zayn- hice una pequeña pausa-, y Harry.

Louis bajó un poco la cabeza, sin saber que decir.

-Oh vamos Lou, si sabes que lo echas de menos- vi como intentó sonreir.

-Pues sí- murmuró.

-Luego hablas con él, ¿Vale?

-Vale Gwen- sonrió.

-Vas happenin'?- ese grito nos sobresaltó. Bueno, a nosotros y a la mitad de la cafetería. Por suerte, todavía nadie reconocía a los chicos. La mayoría de los que había ahí eran mayores de cuarenta años. Zayn saludó a los chicos con un abrazo y a mí me dio un beso en la mejilla. Cogió una silla y se sentó con nosotros, ahora a esperar a Harry. El tardón de Harry. Finalmente me envió un mensaje diciendo que fuesemos saliendo, que enseguida llegaba; así que pagamos nuestras bebidas y salimos a fuera, donde efectivamente lo vimos a punto de llegar a la cafetería. A los pocos metros salí corriendo para abrazarle. A lo que él me recibió con gusto.

-Que contenta estás hoy Gwen- me dijo riendo.

-Luego te cuento una cosa- susurré en su oído, para después separarme de nuestro abrazo. Los chicos llegaron a nuestro lado-. ¿Vamos ya? Grace nos estará esperando, seguramente.

Disimuladamente todos miramos a Harry.

-¡Está bien! ¡Está bien!- rió-. Lo sé, culpa mía- acabamos riendo todos. Y eso en parte me puso feliz. Volvían un poco a estar como antes. Pusimos rumbo a nuestro destino, divididos en tres pequeños grupos de conversaciones. Lou y Hazza por delante, lo más seguro que hablando de lo que le dije antes a Louis. Luego, detrás de ellos dos, Niall y Zayn haciendo el tonto (como no). Y por último íbamos Liam y yo, un poco más tranquilos.

-¡Hasta que llegáis!- exclamó Grace, divertida, nada más vernos entrar por la puerta de su oficina. Liam y yo reímos, ya que los otros chicos se habían quedado un poco avergonzados, como si Grace lo dijiese en serio-. Es una broma chicos, la verdad que no importa. Gwen la mayoría de las veces llegaba tarde.

-¡Oye!- ahora reían todos sobre mí.

-Es broma cielo- Grace acarició mi mejilla, maternalmente-. Bueno, ¿Estáis listos?- asentimos sonrientes-. Bien. Me parece que nos queda algo de tiempo antes de empezar, así que Gwen, si quieres, enseñales un poco el estudio.

-Claro Grace, nos avisas cuando tengamos que ir- hizo un gesto con la mano mientras miraba su ordenador. Lo tomé como un vale y arrastré a los chicos fuera de su oficina-. ¿Dónde vamos primero?

-Ni idea, eres tú la que conoces este sitio- dijo Zayn, encogiéndose de hombros.

-¿Hay cafetería aquí?- preguntó el glotón de Nialler.

-Mh, no. Pero en el pasillo donde estan los camerinos hay una máquina con comida y otra con refrescos.

-¡Vamos ahí, rápido!- me tomó por los hombros y empezó a tirar de mí, pero en la dirección contraria.

-Nialler, que es en la otra dirección- los chicos estallaron en carcajadas. Cuando por fin dejaron de reir, fuimos a por algo de comer a la máquina.

-¡Anda mira!- exclamó Harry, señalando una puerta con el nombre de One Direction-. ¿Es nuestro camerino, Coco?

-Pues supongo que sí, si está el nombre de la banda.

-¡La máquina!- exclamó Niall, feliz. Luego se rascó la nuca, pensativo-. ¿Alguien me presta algo de dinero? No llevo nada encima- nos empezamos a reir ante su inocente mirada.

-Venga, irlandés, yo te invito- caminé junto a él hasta la máquina-. Me sé un truquillo para abrir la máquina, pero no se lo digas a nadie- le susurré en el oído, y él asintió energéticamente. Desenrrosqué un tornillo que estaba medio suelto y con un par de maniobras más, abrí la puerta de la máquina dando a escoger a Niall cualquier cosa que él escogiese. Pilló una bolsa de patatas y unos M&M, y se esperó a que acabase de cerrar la puerta para que quedase como antes y nadie se diese cuenta-. ¿Una carrera hasta ellos?- los señalé.

-Venga- asintió divertido-. Pero no soy muy bueno corriendo.

-Yo tampoco, tranquilo- reímos.

-¡A la de tres! Uno...

-... Dos...

-¡Tres!- gritamos a la vez y echamos a correr lo más rápido que pudimos, aunque parecíamos tortugas. Nialler llegó antes que yo, pero por poco lo ganaba. Nos echamos los dos al suelo muertos del cansancio. Y mira que tampoco estaban tan lejos.

-¿Estáis bien?- rió Louis. Liam me tendió su mano para ayudarme a levantarme del suelo, a la vez que Zayn le tendía la suya a Nialler. Le hice un gesto a Liam de que me quedaría en el suelo, al igual que Niall le hizo a Zayn.

-¿Gwen?- escuché la voz de Roxanne a lo lejos. Me levanté prácticamente de un salto.

-Corred chicos- susurré lo bastante fuerte como para que me escuchasen todos ellos. Iba a echar a correr pero Niall agarró mi tobillo desde el suelo y caí, suerte que mis manos evitaron que me rompiese la nariz. Enseguida perdí de vista a los otros cuatro y me temí lo peor. El sitio es bastante grande, se perderán.




*Narra Louis*

Harry y yo corrimos todo lo que pudimos, sin saber por qué. Pero bueno, Gwen nos lo dijo. Encontramos una puerta medio abierta y nos metimos ahí. Detrás de ésta, habían unas escaleras un poco oxidadas que daban a otra puerta. A los dos nos dio curiosidad, así que dejamos la puerta medio ajusada otra vez y subimos las escaleras con cuidado. Harold abrió la puerta, dejando a la vista una bonita azotea.

-Wow- fue el único sonido que pudo salir de mis labios. La vista era increible, y todas las plantas que lo adornaban hacían de ese lugar un sueño. Corrimos como niños a sentarnos en la hamaca balancín.

-Es un lugar precioso- susurró Hazza.

-Lo sé- sonreí contemplando la vista una vez más.

-Oye Lou, ¿Por qué corríamos?- cuestionó mi amigo. Ya hablé con él, está todo solucionado.

-Ni idea, solo hacía caso a Gwen- reímos.

-¿Bajamos? Quizás ya es hora de empezar- asentí de acuerdo. Caminamos hasta la puerta y luego me di cuenta de un error que cometimos, cerrarla.

-Mierda Harry, solo se puede abrir desde el otro lado- nos miramos asustados, pero no pudimos evitar soltar una carcajada. Corriendo volvimos a la hamaca balancín.

-Alguien tendrá que notar que faltamos- comentó. Saqué mi móbil y envié un mensaje a Zayn, que siempre lleva el móbil encima.



*Narra Zayn*

Al ver la máquina rápidamente me escondí a un lado de ella, y Liam que iba conmigo, se escondió detrás de una planta lo bastante grande como para taparle. Nos fijamos bien, y no venía nadie detrás de nosotros. ¿Dónde se habían metido? Mientras corríamos escuchaba la risa traviesa de Lou.

-Zayn, no veo a Gwen- murmuró Liam, preocupado. Solté una carcajada.

-No te preocupes Leeyum, al menos ella conoce este sitio mejor que nosotros- asintió un poco más aliviado. Estuvimos unos minutos callados, por si las moscas. Hasta que noté como vibraba mi móbil y lo saqué.

Zayn, Harold y yo estamos encerrados en la azotea :(

P.D. Harry dice que eres sexy y le gusta tu trasero.

Reí. Me lo temía. Esos dos juntos son de lo peor. Volví a reir al leer la última frase. Me llegó otro mensaje, ahora de Harry.

Louis dice que te daría duro toda la noche.

Empecé a reir de nuevo. Y otra vez, otro mensaje.

A Harry le gusta verte sin camiseta. Se excita mucho.

Estos chicos están muy mal. Guardé el móbil en el bolsillo ignorando los mensajes que me iban llegando.

-Hay un problema, Liam- el aludido quitó la vista de su móbil y me miró atento-. Louis y Harry están encerrados en la azotea.

-¿Dónde está eso?- preguntó, intentando mantener la calma.

-Ni idea- me encogí de hombros.

-Tenemos que ir a buscarlos Zayn, o Gwen me matará.

-¿Lo haces por ellos o por Gwen?- enarqué una ceja, divertido.

-Por todos- sonrió sonrojado, y empezó a caminar para evitar el tema.

-¡Eh, chicos!- escuchamos la voz del pequeño irlandés a unos metros de nosotros. Corrimos hasta él, quien comía una enorme piruleta de colores-. ¿Qué hacéis? Gwen está como loca buscandoos.

-Me matará Zayn, me matará- me zarandeó fuertemente de los hombros.

-¡Liam cálmate!- grité para que me dejara. También se estaba volviendo loco-. Lo mejor será que llames a Gwen y le digas.

-¿Decirle qué?- nos preguntó Niall.

-Que Lou y Hazza están encerrados en la azotea, pero no sabemos donde está eso- expliqué. Liam cogió su teléfono y marcó el número de Gwen. A petición nuestra, puso el altavoz.

-¡Liam! ¿Dónde estáis?- chilló preocupada. Que tierna.

-Con Nialler- dijo-. Oye Coco, no te enfades pero...

-¿Pero...?

-Louis y Harry están encerrados en la azotea- escuchamos la gran carcajada de Gwen.

-Ahora mismo voy a buscarlos. Os quedáis con Niall, ¿Eh? Ni se os ocurra iros. Roxanne me matará, o aún peor, Grace- colgó sin dejarle decir nada más a Liam.

-¿Ves Liam? No hacía falta ponerse como un loco. Gwen no te iba a matar- palmeé su hombro, con una sonrisa divertida. Nos sentamos en el suelo con la espalda apoyada en la pared mientras esperábamos a que llegasen-. Oye Niall, ¿Y esa piruleta?

-Me la ha dado Roxanne- sonrió inocentemente. Volvió a darle una lametada.

-Chicos, tardan mucho- murmuró Liam, claramente preocupado por su princesita. A lo lejos escuchamos la risa de Lou y Liam relajó los músculos de la cara.

-Ya estamos aquí- rió Gwen, poniéndose de cuclillas frente a Liam y dándole un beso en la nariz-. Necesito que me ayudéis; lo más seguro es que Roxanne me mate por vuestra culpa.

-¿Nuestra culpa?- exclamó Hazza, divertido-. ¡Tú nos dijiste: corred! Y te obedecimos- se cruzó de brazos.

-Niña mala- murmuré de broma. Todos imitamos a Harry, cruzándonos de brazos y mirando a Gwen fijamente.

-Pues me voy a un rincón a llorar- empezó a caminar con pasos decididos, pero Liam, que se levantó de golpe, la cogió de la cintura y riendo la trajo de vuelta con nosotros.

-Era broma tontita- le dijo Nialler.

-Ya lo sé tontito, lo mío también. Yo soy más de llorar en el baño- nos reímos ante su tonto comentario.

-¿Gwen?- sonó la voz de antes, antes de que Gwen nos mandara a correr. La aludida rió levemente.

-Ya estamos todos Roxanne- elevó la voz para que la tal Roxanne la escuchase. Más tarde vimos aparecer una chica pelirroja de unos veintinueve años, con un moño como peinado.

-Hola chicos, encantada de conoceros- nos tendió la mano a cada uno, menos a Nialler que le revolvió el pelo. Seguro se conocían de antes, cuando todos echamos a correr y él se quedó en el suelo, ya que él mismo dijo que le dio la piruleta ella-. Gwen, enseguida estoy contigo cielo, pero la sesión será para ellos primero- Gwen asintió con la cabeza-. Esperame donde siempre.

-¿No puedo quedarme con vosotros, please?- sacó el labio inferior hacia fuera. Roxanne emitió una pequeña risa y nos hizo un movimiento con la mano para que todos entrasemos. Abrió la puerta donde un papel escrito a mano reposaba el nombre One Direction y nos dio vía libre para entrar.

-Venga, pero me ayudarás, ¿Vale?- la chica asintió, mirando maliciosamente a Liam.

-¡A mí no me hagas nada!- chilló asustado, escondiéndose detrás de mí. Gwen sacó una gran carcajada de su boca, mientras se acercaba hasta su novio. Finalmente lo abrazó dulcemente, depositando un beso en su mejilla.

-Era broma Leeyum- le revolvió el pelo.

-¿Empezamos?- Roxanne se giró hacia nosotros, con una brocha en una mano y un pote raro en el otro. No conseguía distinguir qué era eso-. ¿Quién quiere ser el primero?

Niall se escondió detrás de Gwen, que a la vez se escondió detrás de Liam, que se escondió detrás de Louis, que estaba detrás de Harry. ¿Y Harry dónde se había escondido? Detrás de mí. Roxanne agarró mi muñeca y tiró de mí hacia una silla de cuero negro. Me giré hacia mis amigos, dramatizando.

-Decidle a Lexi que la quiero- provoqué una gran carcajada en todos los presentes de la habitación.

*Narra Niall*



Acabamos la sesión de fotos más rápido de lo que creíamos. Fuimos de vuelta a nuestro camerino y nos cambiamos de ropa lo más deprisa posible, queríamos ver a Gwen en su sesión. Cuando todos estuvimos listos, volvimos al sitio donde estábamos antes, solo que esta vez, la que estaría enfrente de la tela blanca sería Gwen. Esperamos un rato más hasta que la vimos aparacer hablando animadamente con otra chica. Inconscientemente todos miramos a Liam, quien sonreía como un bobo, con los ojos brillantes.

-¿Qué tal estoy?- nos preguntó nuestra amiga. Llevaba el pelo recogido en una especie de moño y a los lados de su cara caían mechones rizados de pelo. Vestía un simple jersey negro y unos tejanos con estampado trival, junto a unos botas.

-Preciosa, como siempre- el primero en hablar fue Liam. Se acercó a darle un beso a su chica, pero ésta lo empujó por el pecho suavemente, riendo.

-Se irá el maquillaje y Roxanne se enfadará; es muy quisquillosa con eso.

-¡Gwen, cariño! ¿Empezamos?- Grace llamó la atención de la chica. Ella asintió y empezó con su trabajo.

***

-Vamos Gwen, ésta será la última foto- Grace, que hacía las fotos, se acercó hasta la aludida y le tomó una foto desde más cerca. El curioso de Liam se acercó para ver el resultado, como había hecho durante la pasada media hora.



-¡Envíamela!- chilló contento-. ¡Me encanta!

Grace empezó a carcajearse, junto a Gwen.

-Está bien, luego pásate por mi oficina y me das una dirección de correo electrónico para poder enviártela- Li asintió energéticamente con la cabeza. Que ilusionado que estaba, madre mía.

-Anda, voy a cambiarme- Gwen rió dulcemente mientras desaparecía de nuestra vista. Seguimos a Grace hasta su oficina. Estuvimos hablando sobre como es la vida de un cantante famoso (Grace sacó el tema) y después de veinte minutos entró Gwen. Grace se levantó de su asiento y abrazó a la chica fuertemente.

-Te voy a echar de menos Gwen, sin tus tonterías no será lo mismo.

-Anda Grace- se echó a reir-, me vas ha hacer llorar- se separaron.

-¿Prometes venir a darme una visita de vez en cuando?

-Lo prometo.

Estrecharon sus manos para cerrar su promesa.

*Narra Madison*

Maldita sea, otra vez el timbre. ¿Qué se les habrá olvidado ahora? Les dije que quería descansar. Ah, por cierto. Encontré un pequeño apartamento en el centro de Londres encima de un pequeño Starbucks, donde desde hace una semana soy camarera por las tardes. Y me mudé al apartamento. Quizás temporalmente, quizás no. Necesito pensar. Me levanté con pesar del sofá y caminé lo pocos metros que habían hasta la puerta.

-¿Qué queréis chi...- paré de hablar al ver a la persona que estaba delante de mí. Fui a cerrar la puerta, pero ella puso el pie y se coló-. ¿Qué haces aquí?- gruñí bruscamente.

-Quiero hablar contigo- dijo con voz segura.

-¿Y quién dice que yo quiero hablar contigo?- cerré la puerta de golpe, haciendo que Gwen se sobresaltase. Cerró los ojos intentando mantener la calma.

-¿Me escucharás?- preguntó con cuidado, yo sé que luchaba por controlarse.

-¿Qué parte de no quiero hablar contigo no has entendido, eh?- solté bruscamente. Y esa fue la gota que colmó el vaso.

-¡Madre mía Madison! ¿¡Cuándo abrirás los ojos y te darás cuenta que encerrándote en tus problemas no vas a solucionar nada!? ¿¡Alguna vez te paraste a pensar si realmente Harry fue besado a la fuerza!? ¿¡O solo crees lo que ves!? Madison, tú más que nadie sabes todo lo que te quiere Harry, y te lo ha demostrado las suficientes veces como para dejarte claro que no se iría con cualquiera. Te quiere a tí- cerró los puños con rabia-. Ojalá pienses en lo que te he dicho; porque de los dos, el que lo está pasando peor es Harry- sacó una especie de cajita de su bolso y me lo entregó sin mirarme a los ojos-. Espero que al menos antes de tirarlo le eches un vistazo- sin decir nada más, abrió la puerta y se marchó dando un gran portazo, como el día que discutimos. Miré la cajita con curiosidad. Descubrí que era un CD, pero estaba envuelto en papel de regalo. Lo abrí cuidadosamente. Abrí mi boca en una perfecta O. En la parte delantera del CD, habían las letras Don't let me go escritas con una letra muy bonita, hecha a mano. Giré para mirar la parte trasera. No había nada. Pero me fijé mejor y descubrí en la esquina inferior derecha, el nombre de Harry escrito en pequeño. Estaba en una pequeña batalla interior, no sabía si tirarlo ya que no quería saber nada de él o hacerle caso a Gwen y al menos echarle un vistazo. Cogí el CD y lo puse en el reproductor de videos. Me senté en el suelo frente al televisor. La verdad esperaba algún video o algo, pero cuando empezó a sonar una melodia de piano mis ojos se cristalizaron. ¿Una canción? Durante los más de tres minutos siguientes escuché atentamente la letra de la canción, sin poder evitar soltar un mar de lágrimas. Mierda Harry, no puedo dejarte ir.


Bueno, finalmente lo he podido subir hoy juju me voy a bailar un rato porque ya estoy de vacaciones cx así que espero que os haya gustado y feliz verano princesitas:)

lunes, 17 de junio de 2013

Capítulo 25.

Capítulo 25. No te quiero ver.

*Narra Madison*

Subí las escaleras lo más rápido que me permitieron mis piernas, pero antes de llegar al final una mano agarró mi brazo e hizo que frenase. Me giré bruscamente.

-¿¡Qué demonios quieres!?- exclamé enfadada. Se supone que era mi amiga. ¿Qué clase de amiga iría a ver a mi ex novio cuando él era el que me había roto el corazón? Me jaló del brazo hasta mi habitación y cerró la puerta.

-Hablar contigo Maddy, no es lo que crees, de verdad- le tapé la boca con la mano, no quería escuchar nada más salir de su boca.

-No te quiero ver más, Gwen. Sal de mi cuarto ahora mismo- solté, cerrando los ojos para no empezar a lanzar puñetazos a todos lados.

-Pero...

-¡Márchate!- grité. Un sollozo salió de sus labios, y en eso supe que estaba llorando. Cuando escuché el tremendo portazo que hizo, me atreví a abrir los ojos. ¿Me había pasado? No, se merecía eso y más. ¿O no? Gwen es mi amiga. No, perdón, ERA mi amiga. Ya no hay marcha atrás. Me cambiaré de casa, no quiero estar más aquí. Todo me recuerda a Harry. Decidido, aquí no puedo estar más.

*Narra Gwen*

Salí dando el portazo más grande de mi vida. Entré lo más rápido que pude a mi cuarto y me eché a mi cama a llorar. ¿Por qué tiene que ser tan terca y no escucharme? Me dolió lo que dijo. No me quiere ver más.

-¿Puedo pasar?- escuché detrás de la puerta. Me levanté y abrí, regalando un abrazo enorme a Liam. Cerró la puerta y nos sentamos en mi cama-. ¿Qué ha pasado? Hemos escuchado un portazo enorme y las chicas se han asustado.

-Maddy me odia, no me quiere ver más- sollocé secando mis lágrimas, que no podían parar de salir. Liam me abrazó.

-Las princesas no lloran- susurró en mi oído.

-No soy una princesa.

-La mía sí- no aguanté más y le regalé un beso en los labios.

-Oye Liam.

-Dime- me sonrió.

-¿Puedo quedarme a dormir esta noche en tu casa?- le pedí, con un poco de vergüenza.

-Claro que sí, Coco. ¿Puedo preguntar por qué? No es que me moleste, pero s...- le interrumpí.

-No quiero estar aquí- murmuré, echando mi cabeza en su hombro.

*Narra Lexi*

Gwen se marchó con Liam a su casa, que según lo que nos contó, Maddy no la quería ver y prefería no estar aquí. La entiendo, yo haría lo mismo. Más tarde, Laura, Jenna y yo fuimos a ver a Madison. Jenna, que iba primera, sin tan solo tocar la puerta entró. Así que Lau y yo la seguimos. Maddy estaba boca abajo en su cama (como siempre la encontrábamos).

-Madison- Jenna le tocó el hombro. Maddy sacó la cabeza para que pudiésemos verla.

-¿Qué hay?- intentó sonreir.

Las tres nos sentamos alrededor suyo.

-¿Gwen no te ha contado nada, verdad?- le pregunté enredando un mechón suyo de pelo en mi dedo.

-Mirad chicas, no quiero enfadarme ahora también con vosotras, así que si puede ser evitad el tema Gwen, Harry y si podéis, Liam.

Jenna se encogió de hombros, y las tres abandonamos su cuarto. Si no quiere hablar, no vamos a insistir. Maddy es una cabezota.

*Narra Harry*

Cambié varias veces de canal en la televisión. Nada, todo eran películas cutres y algún que otro cotilleo de los famosos (me incluyo, en el tema de mi supuesto engaño a Madison). Ahora incluso había un rumor de que le había pedido matrimonio a Zara, la chica de la foto. ¡Soy muy joven para casarme! ¡Tengo diecinueve años! Ya no saben que inventarse, jo. Me cansé de la tele, y me tumbé en el sofá, con las manos detrás de mí cabeza. Cerré los ojos, y en cuanto los cerré me vino una melodia a la cabeza. Luego, una letra.

Don't let me,

Don't let me,

Don't let me go,

'Cause I'm tired of feeling alone.

Abrí mis ojos de golpe. Sí, me gusta como suena. Una sonrisa cruzó mis labios. Me levanté de un salto y corrí por toda la casa hasta encontrar una libreta y un lapiz. Ahí, apunté todo lo que se me ocurría. Y después de unas dos horas sin parar de escribir, acabé terminando la canción. Mi canción para Madison.



*Narra Liam*

- ... ¿Qué te pasa Hazza? ¿No sabes qué hora es? ... ¡Estaba a punto de irme a dormir!- refunfuñó Gwen-. ... Está bién, dímelo ya. ... ¿De verdad? ¡Qué bonito! ... No, gracias; ya me la enseñarás mañana. ... ¡He dicho que no! Venga, un beso. Hasta mañana- sonrió soñolienta y colgó.

-¿Y ahora qué quería el pesado de Styles?- sonreí abrazándola contra mi pecho.

-No te pongas celoso, Payne- rió burlona. Negué con la cabeza ofendido, de broma-. Dice que le ha escrito una canción a Maddy.

-¿De verdad?- asintió-. ¿Y cómo se llama?

-Dice que Don't let me go. ¿Mañana me acompañarás a escucharla? Si no voy se pondrá de mala leche, y hasta seguro que se graba en video y me lo envía- se carcajeó, divertida.

-Es muy capaz- reí con ella. Bostezamos, prácticamente a la vez, provocando nuestras risas-. ¿Mueres de sueño, verdad?

-Sí- sonrió tiernamente-. Y tú igual, así que a dormir Li.

-A sus órdenes princesita- noté como se ruborizó, causando una tierna sonrisa en mis labios. ¿He dicho alguna vez que es adorable cuando se sonroja?

-Venga, métete. Quiero dormir contigo- palmeó el colchón. Abrí las sábanas y me metí, como ella dijo. La abracé por la cintura y la acerqué a mí. Ella apagó la luz.

-Te quiero Coco- susurré con los labios en su mejilla.

-Y yo a tí, Leeyum- rió levemente-. Oye Liam- me llamó.

-Dime- insté.

-Gracias por dejarme dormir aquí- noté su voz un tanto triste.

-No tienes por qué darme las gracias. Haría cualquier cosa por tí y lo sabes.

-No lo sabía pero gracias por el dato- reímos.

-Tontita- susurré de nuevo en su mejilla, que luego besé.

-Aquí no, Liam- susurró ella.

-¿Dónde?- volví a besar su mejilla. Hablábamos en susurros.

-Más abajo.

-¿Aquí?- besé su barbilla.

-No, más arriba.

-¿Y aquí?- ahora besé su nariz. Reí internamente por mi estúpido juego, pero me encantaría que dijese: Bésame en los labios de una vez.

-Bésame en los labios de una vez, haz el favor- esta chica me lee los pensamientos. Y ahora sí, besé sus labios deseándole las buenas noches.

*Narra Laura*

Por la mañana no encontramos a Madison por ningún rincón de la casa, así que supusimos que había ido a dar una vuelta para despejarse. Llamé a Niall y justo me dijo que él y Louis con Zayn venían de camino hacia aquí. Así que nos quedamos a esperar a que llegasen. Pasó media hora entre risas y tonterías hasta que llamaron al timbre. Lexi se levantó a abrir la puerta, ya que a Jenna y a mí nos daba flojera. De la puerta del salón apareció un rubito sexy con la camiseta que le regalé (que justamente hoy yo también llevaba la otra). Una carcajada salió de sus labios. Se puso delante de mí, cogió una de mis manos y tiró de mí hacia arriba para besar mis labios.

-¡Jenna! ¡Mira a quién he traído!- gritó el tonto de Louis, seguramente todavía en la puerta.

Oh, no. Boo. Más bién conocida como: La pesadilla come ropa chula. (Lexi y yo nos aburrimos mucho). A Lexi le comió sus calcetines de la suerte, y a mí una camiseta de pijama que me encantaba. Un fuerte ladrido resonó por toda la casa y caí de bruces al suelo por el tremendo susto que me dio. Iba sentada en las piernas de Nialler y como el también se había asustado, había hecho algo raro con las piernas haciendo que cayese; sin contar lo patosa que era yo. Maldita Boo.

-¡Oh, mi niña bonita!- chilló la Piña. Boo corrió a los brazos de Jenna, moviendo el rabo sin parar. Pasó por mi lado y por poco me da con él en la cara. Otra vez, maldita Boo. Es muy adorable, lo reconozco. Pero es un diablo-. ¡Eh! ¡Mirad lo que hacemos Boo y yo!- volvió a chillar. Jenna acercó su cara a Boo. Sacó la lengua, y Boo la imitó. Así lo repitieron unas veces hasta que Boo acabó lamiéndole la cara a su dueña. Bueno, después de todo, le puedo coger un poco de cariño.



*Narra Jenna*

Boo acabó lamiéndome la cara después de sacarnos tanto la lengua. Después de unas risitas y lavarme la boca, me senté en el sofá al lado de Lou.

-Jo, que asco Jenna- comentó Louis. Me acerqué para darle un beso, pero me apartó la cara-. Lávate la boca, que seguro que sabe a perro.

-Ya me la he lavado- refunfuñé-. ¡Y además, Boo te dio un beso a tí antes que a mí, así que no digas nada!

-Ni me lo recuerdes- murmuró, cruzándose de brazos-. Venga, que quiero ver como te lavas la cara- me empujó hasta el baño. Me lavé otra vez la cara, ante su antenta mirada. Terminé y sequé mi cara con una toalla.

-Ya está, ¿Contento?- pregunté cruzándome de brazos. Alargó una mano y dejó un mechón de pelo detrás de mi oreja.

-Contentísimo- sonrió, como él dijo, contento. Lo cogí de la mano y lo arrastré a la cocina. Saqué un paquete de galletas y empecé a prepararme un té. Louis se sentó en una silla, mirándome fijamente. Al final a él también le hice un té, por si las moscas. Después de un rato, dejé las dos humeantes tazas sobre la mesa, junto a las galletas-. Muchas gracias Jenna.

-De nada Lou- besé su mejilla suavemente.

-¿Eres un amor, lo sabías?

-No- reí levemente-. Tú eres adorable.

-No digas mentiras- se carcajeó, divertido.

-No miento, tonto- reí junto a él-. Es en serio. Me encanta la forma en la que sonries cuando ves algo que te gusta. Me encanta la forma en la que ríes. Me encanta tu pelo- pasé una mano por él, hacia atrás-. No lo sé, tú me encantas.

-¿Te he dicho alguna vez cuanto te amo?- preguntó rozando mis labios con los suyos.

-No hace falta que me lo digas, ya me lo demuestras cada día- acabó con la distancia que nos separaba, formando una dulce unión entre nuestros labios.

 
 
 
Hola princesitas! Solo so quería informar de que, como el viernes acabo el colegio oficialmente, posiblemente pueda subir capítulos más seguidamente, pero no es seguro. Hasta el viernes no voy a poder tomarme un suspiro, ya que durante los días que quedan tenemos que montar un trabajo para el jueves. Encima es un trabajo sobre una campaña institucional, con video, cartel y todo. Lo peor es que entramos al cole a las 9 y hasta que nos ponemos y eso se hace más tarde, luego el recreo dura tres veces más que ntes y salimos hacia la una, casi no tenemos tiempo de preparar nada, por lo tanto con mi grupo voy a quedar por las tardes para grabar el anuncio y acabar de perfeccionarlo todo. Y bueno, después de escribir todo esto (que espero que almenos alguien lo haya leído jajaj) solo decir que gracias por todo en general. En realidad la empecé mucho antes de empezar a subirla, pero no estaba del todo segura de si subirla o no. Y bueno, si hoy en día podéis leerla es gracias a una amiga mía que conocí de casualidad (supongo que si lees esto, ya sabrás que es para tí, no?). Así que bueno, esta novela está aquí en gran parte gracias a ella.
Y os quería decir otra cosa; esta novela terminará dentro de unos capítulos (no sé exactamente cuantos, pero no creo que dure mucho más, ya lo pensaré mejor). Peeeeeeeeeero c: Tengo una idea para otra novela! Así que cuando ésta acabe, empezaré la otra (antes de acabarla, me pondré a escribir los primeros capítulos para tenerla un pocito avanzada). Ya os avisaré :)
 
 
Venga, dejo de enrollarme, un beso crazy mofos ♥ Os quiero.